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La evolución del coronavirus en Galicia lleva a la Xunta a abandonar el optimismo de las comparaciones con la media española

Una terraza vacía en el centro del caso monumental de Santiago

Gonzalo Cortizo

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La evolución de la estadística durante la segunda ola de la pandemia preocupa a los dirigentes de la sanidad gallega, que empiezan a abandonar la práctica, usada sobre todo por Feijóo hasta la fecha, de asegurar que en esta parte de la península todo va mejor cuando se habla de contagios. Ya no se descarta nada; ni un cierre total de la comunidad autónoma ni nuevos protocolos de protección para los alumnos que siguen asistiendo a las aulas bajo el amparo de mascarillas y ventanas abiertas. Atrás quedan los días en los que Feijóo aseguraba que Galicia estaba en el top europeo de lucha contra la pandemia.

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ha comparecido este martes para ofrecer los últimos datos y explicar las nuevas decisiones. En cuanto a lo segundo, nada nuevo sobre la mesa: Galicia no asume nuevos límites más allá de adaptarse al toque de queda nocturno impuesto por el Gobierno central entre las once y las seis de la madrugada. Sobre los datos, expuestos en tono preocupado, Comesaña ha destacado el alto porcentaje de positividad: uno de cada diez test arroja ya un resultado positivo, muy cerca del 12,2% de positividad de la media estatal. Cada vez más cerca de la curva que hasta hace unas semanas parecía exclusiva de la meseta.

La mayor preocupación se centra en la capital de la comunidad. Santiago de Compostela, en cuyo interior ya está prohibida la reunión de personas que no vivan bajo el mismo techo, sigue arrojando cifras que alarman a quien gestiona el día a día de la crisis sanitaria. La Xunta reflexiona sobre el cierre del centro administrativo y final del Camino de Santiago y se da plazo hasta este viernes para tomar la decisión definitiva.

El gerente del Servicio Galego de Saúde (Sergas), José Flores, asegura que la capacidad asistencial está garantizada, aunque continúa aumentando día a día el número de ingresos hospitalarios y el porcentaje de unidades de UCI ocupadas por pacientes con COVID-19. En estos momentos el número de pacientes en las UCI asciende a 58 y el de hospitalizados en planta es de 401. La semana ha arrancado con otro dato para la preocupación, doce personas perdieron la vida con coronavirus este lunes, marcando la mayor cifra en 24 horas en el último medio año. También se ha marcado el récord de casos activos en toda la pandemia, 7.074.

Otro de los factores que preocupa a los responsables médicos tiene que ver con la falta de efectividad de algunas de las decisiones adoptadas en los ayuntamientos más afectados en la provincia de Ourense. Los cierres ordenados en lugares como Ourense, Barbadás o Verín no están ofreciendo los resultados esperados y, mientras se esperaba un descenso de los casos, estos simplemente se han estabilizado en valores planos.

Pese a todo, el Gobierno gallego sigue pensando en salvar la navidad y lo que eso supone a efectos de negocios, consumo o, incluso, turismo. Como si en sus competencias también estuvieran las relacionadas con la economía, el conselleiro de Sanidade ha asegurado: “Está en las manos de cada uno de nosotros que la navidad no sea todo lo mala que algunos auguran”.

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