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Hay vida más allá de Word y Excel: si no quieres pagar licencias, este es tu plan B

Un portátil de Apple ejecutando Microsoft Word (Foto: Denis Dervisevic en Flickr)

José Barreiro Solano

A lo largo de los años, ciertos productos han alcanzado una popularidad o fama que trasciende su propia marca. Nadie habla de pañuelos de celulosa, refresco de cola o de bañera de hidromasaje; se habla de Kleenex, Coca-Cola y Jacuzzi. El mismo ejemplo se puede aplicar a un documento de Word, a una hoja de Excel o a una presentación de Power Point. Está claro que Microsoft y su Office han conseguido calar entre los usuarios y volverse imprescindibles.

Sin embargo, los tiempos cambian y productos y servicios que parecían no tener rival, como Internet Explorer, tienen ahora que luchar para no seguir perdiendo cuota de mercado ante las alternativas de calidad que han surgido en los últimos años. Microsoft Office sigue sin tener rival, pero no debería descuidarse, ya que los que vienen detrás lo hacen pisando fuerte.

Hay vida más allá del Word

GNU/Linux es a Windows lo que OpenOffice es a Microsoft Office, una 'suite' ofimática libre accesible a todo el mundo y con las herramientas necesarias para resultar suficiente a la gran mayoría de los usuarios. ¡Ah, y encima sin pagar licencias! Esta 'suite' se creó a partir del código liberado de StarOffice, que fue adquirida por Sun en 1999. Durante los últimos años, OpenOffice.org se convirtió en la salvación de miles de usuarios, desde estudiantes hartos de rebuscar copias piratas del Office de Microsoft en internet hasta defensores del software libre que no entendían por qué no podían usar su procesador de texto y hoja de cálculo con libertad. Tras la compra de Sun por Oracle, este proyecto sufrió varios vaivenes, que terminaron en la donación del mismo a la Apache Software Foundation, que se encargaría de su desarrollo a partir de ese momento.

La ahora conocida como Apache Open Office es una 'suite' que contiene todas las herramientas necesarias que el usuario corriente puede necesitar: procesador de textos, hojas de cálculo, presentaciones, base de datos, editor de gráficos vectoriales y edición de fórmulas matemáticas. Este programa utiliza prioritariamente formatos abiertos como .odt (Open Document), accesible desde prácticamente todas las suites ofimáticas del mercado. Sin embargo, la fuerza de Microsoft y su Office es todavía muy grande y el uso de los formatos privativos es aún mayoritario. El .doc, o el .xml aún dominan el mercado, con lo que sigue y seguirá habiendo problemas de compatibilidad entre ambas plataformas. Esta es una de las razones por las que en la empresa privada se sigue utilizando sobre todo la 'suite' de Microsoft.

En muchas ocasiones, al igual que ocurre con las redes sociales, los usuarios tienden a elegir la opción que más personas utilicen, al margen de cuál satisfaga mejor sus necesidades. Actualmente el formato .doc y sus derivados son los más usados, por lo que sobre todo en ámbitos empresariales se opta por la 'suite' de Microsoft con el fin de asegurar la compatibilidad de sus documentos con el resto de empresas. La potencia y opciones de edición del programa de Microsoft sigue siendo superiores a día de hoy, con lo que nadie ve claro el cambio a nivel profesional. Sin embargo existen otros ámbitos como el académico donde el uso de este tipo de herramientas libres representa una alternativa ideal para los estudiantes. Muchos no quieren pagar las decenas de euros que cuesta la licencia del Office de Microsoft, por lo que optan por piratearlo. Sin embargo, herramientas como OpenOffice podrían cumplir sus expectativas en la mayoría de los casos y no imponen restricciones al usuario. Es una cuestión de conocer tus necesidades y optar por aquella opción que mejor las satisfaga.

Las alternativas libres

Al ya mencionado OpenOffice, la más famosa de las suites ofimáticas, se le ha unido hace poco LibreOffice. Este proyecto surgió mediante un 'fork' o una rama de desarrollo derivada del original OpenOffice, después de que Oracle comprara Sun. Su desarrollo está en manos de The Document Foundation, además de la propia comunidad. Al estar basado en OpenOffice, comparte código y características con este programa, con lo que sus capacidades técnicas son prácticamente idénticas. Sin embargo su popularidad va en aumento y a día de hoy está sobrepasando a OpenOffice en popularidad y apoyo.

Existen otras alternativas de calidad a la suite privativa de Microsoft. Es el caso de Lotus Symphony, un proyecto de IBM basado también en OpenOffice pero con algo de código añadido por la propia IBM y de Lotus SmartSuite. Lotus ha hecho especial hincapié en diseñar una interfaz más moderna y estilizada, con lo que es una opción ideal para todos aquellos que busquen un software más visual. Además podemos encontrar NeoOffice, el OpenOffice de Mac y alternativas exclusivas de GNU/Linux como GnomeOffice o Calligra.

La interfaz como arma principal

¿Qué es lo primero que se le debe pedir a una suite ofimática? Potencia, estabilidad, compatibilidad, herramientas... Hay muchas cosas importantes, y probablemente para la mayoría de los usuarios el aspecto y la interfaz del programa esté en la zona baja de prioridades. ¿O no? Los chinos de Kingsoft piensan que si un usuario tiene una alternativa que se ve igual y se maneja igual que la original, no hay razón para no usarla, ya que el proceso de adaptación es casi nulo.

Kingsoft Office es un clon de la 'suite' de Microsoft, casi indistinguible. Pese a que la interfaz es prácticamente idéntica, sus herramientas trabajan de manera diferente, con lo que el usuario va a notar que no está trabajando con Microsoft Office. Sin embargo, esto es lo más parecido que se puede encontrar en la Red a Word y Excel, con lo que para más de uno será una salvación. Sin embargo hay un 'pero' a esta opción: Kingsoft es actualmente software privativo y pese a que sus versiones básicas están disponibles para descarga actualmente, no tiene mucho sentido prescindir del Office original por una copia del mismo que tampoco ofrece más libertad al usuario.

Las alternativas online

Pero en la época de internet y la nube, no podían faltar las alternativas online como Google Docs o Zoho. Lo primero que destaca de estas aplicaciones es su comodidad. Puedes acceder en cualquier momento desde cualquier dispositivo que tenga conexión a la Red, y los documentos se guardan en la nube, con lo que no hay peligro aparente de que se pierdan o se borren por error. Sin embargo, no todo son ventajas: el hecho de que los archivos estén guardados en servidores externos no es completamente seguro, ya que están a merced de la empresa que los almacena. Además, al ser online, deben ser programas ligeros y con un número limitado de opciones para que funcionen correctamente y sean sencillos de usar. Es complicado que una 'suite' ofimática online sea tan completa como una de escritorio.

La todopoderosa Google y su Docs, ahora integrado en Drive, es la alternativa más evidente, ya que la mayoría de los usuarios ya dispone de una cuenta de correo de Gmail, suficiente para darle uso. Sin embargo hay muchas opciones interesantes como Zoho, que lleva ya un tiempo demostrando ser una alternativa sólida a Google. Microsoft se ha subido al carro de las suites ofimáticas online con Office We b Apps, que nos ofrecerán la experiencia más similar a nuestro Word y Excel de toda la vida. Los usuarios de Apple pueden probar con la versión en la nube de iWork.

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