Una victoria demócrata en el Senado sería “más sorprendente que el triunfo de Trump en 2016”
Para que los demócratas consigan hacerse con el Senado de Estados Unidos en las elecciones legislativas de noviembre necesitarán unos resultados “más sorprendentes que los obtenidos por Trump cuando ganó las presidenciales de 2016”. Así lo ha indicado un destacado analista electoral, rebajando las expectativas de una posible victoria demócrata.
Según la información de YouGov publicada por Hoover Institution, un thinktank conservador de Palo Alto, California, los demócratas se sitúan por delante de los republicanos a nivel nacional (54% frente a un 46%). De cumplirse las previsiones, podrían conseguir 225 escaños y hacerse con la Cámara de Representantes por una mayoría ajustada.
En cambio, los republicanos tienen una mayoría ajustada en el Senado (51 escaños frente a 49). Ahora, diez senadores demócratas están defendiendo estados en los que ganó Trump en las presidenciales de 2016. “Las posibilidades de que los demócratas ganen en estos estados me parecen bastante bajas”, ha indicado Doug Rivers, analista de sondeos de YouGov.
“Para tener mayoría, los demócratas tendrían que defender los senadores que ya tienen en estados muy disputados y además conseguir dos adicionales”, ha señalado.
“Tienen bastantes posibilidades en Tennessee, Nevada y Arizona, y una posibilidad más remota, que sería una auténtica tragedia para los republicanos, en Texas. Si haces números, ves que probablemente no se producirá un cambio. [Que los demócratas se hicieran con el Senado] sería más sorprendente que la victoria de Trump en 2016”, añade Rivers.
Rivers, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Stanford, señala que la participación de los votantes demócratas en comicios recientes ha sido superior a la esperada y cree que hay un 75% de posibilidades de que los demócratas consigan la Cámara de Representantes. “Pero como aprendimos en 2016, a veces el 25% restante termina imponiéndose”, recuerda.
Según Gallup, cuando faltan apenas dos meses para las elecciones legislativas de noviembre, el índice de aprobación a la labor de Trump es de menos del 40%. Este hecho se interpreta como un obstáculo para que los republicanos consigan una mayoría en la Cámara de Representantes, especialmente en lo relativo a los votantes independientes, es decir, votantes que no están registrados como de un partido u otro, y las mujeres.
Trump, rodeado de problemas, resiste la embestida
Los problemas más recientes que ha tenido el presidente, que van desde la columna de opinión anónima escrita por un alto funcionario de la Casa Blanca en The New York Times [en la que afirmaba que hay un movimiento de resistencia en la Casa Blanca para que algunas de las propuestas de Trump no prosperen] hasta el hecho de que el candidato al Tribunal Supremo Brett Kavanaugh haya sido acusado de abuso sexual, hacen que los demócratas tengan ahora la esperanza de conseguir también una victoria en el Senado. En Texas, el senador republicano Ted Cruz tendrá que enfrentarse a un durísimo rival, el demócrata Beto O’Rourke.
Sin embargo, Lanhee Chen, investigador de Hoover Institution, cree que “los republicanos mantendrán y consolidarán su mayoría en el Senado”. “En cuanto a la Cámara de Representantes, no estoy seguro. No es tan fácil como, 'Oh, los demócratas van a ganar un montón de escaños'. Es demasiado pronto para saberlo. En tres o cuatro semanas será un poco más fácil hacer previsiones”, añade.
Chen, exdirector de políticas de la campaña presidencial de Mitt Romney en 2012, insinúa que se ha sobredimensionado la posibilidad de que los estados republicanos voten a los demócratas.
“Al final, hay un conjunto de elementos esenciales que hay que tener en cuenta al hacer previsiones, y para llegar a la conclusión de que los demócratas van a ganar tendrías que comprar la teoría de que la participación de sus votantes va a ser tan mayúscula que va a tirar por los suelos lo que ahora sabemos de los habitantes de estos estados”, afirma Chen.
“Esto no significa que no haya motivo de preocupación en un estado como Tennessee, por ejemplo. Solo quiere decir que a veces tienes que reflexionar antes de afirmar… no parece que Texas vaya a cambiar de manos. A eso me refiero. ¿Cómo se vive en estos estados? ¿Quién vive en estos estados?”, añade.
Aunque todo hace prever que los votantes demócratas se van a movilizar en estas elecciones, motivados por la posibilidad de imponer algunos controles sobre Trump, aún no está claro cuántos votantes independientes se sumarán a las filas demócratas.
David Brady, profesor de ciencias políticas de la Stanford Graduate School of Business, señala: “Los demócratas conseguirán una victoria en la Cámara de Representantes, pero por el momento no veo unos resultados de 230 o 240, precisamente porque hoy por hoy no me queda claro que los independientes se vayan a movilizar de esa forma”.
Nueve escaños al Senado están tan ajustados que es difícil prever un resultado. “Ahora deberíamos ver una reacción en contra de Trump y, por el momento, no veo nada parecido entre los votantes independientes. Tampoco lo veo entre los republicanos. Las mujeres republicanas todavía afirman que votarán al partido en las legislativas”, añade Brady. “Para hacerse con el Senado, los demócratas deberían conseguir siete de estos nueve puestos. Es poco probable que eso suceda”.
Sin embargo, Brady también menciona un reciente sondeo de YouGov que deja entrever que solo el 49% de las personas que aprueban la gestión de Trump como presidente quieren que se vuelva a presentar en 2020.
“A algunas personas que aprueban algunas de sus medidas, como por ejemplo, que haya menos regulación, no les cae bien Trump”, explica. “Los estadounidenses están de acuerdo en un punto. A muchos demócratas y republicanos les gustaría que dejara de tuitear”.
“Así que creo que lo que pasa es que muchos republicanos aprueban las medidas que está impulsando pero desaprueban cómo lo hace. Esto me parece comprensible, incluso si eres un republicano convencido”, concluye Brady.
Traducido por Emma Reverter