Una diputada laborista instala una habitación del pánico en su oficina tras ser amenazada
La parlamentaria laborista Jess Phillips ha revelado que ha instalado una habitación del pánico en la oficina de su circunscripción después de una serie de amenazas. La diputada por Birmingham Yardley también ha dicho que tendrá dificultades para permanecer en el partido si no cesa la crispación política.
“Sería muy difícil para mí si Jeremy Corbyn gana y no cambia algo drásticamente en la forma en la que se trata a la gente en Internet y en las calles”, explica. “No puedo imaginarme por qué querría seguir en un lugar en el que obviamente no soy bienvenida”, apunta. Sin embargo, más tarde aseguró a the Guardian que no estaba estudiando dimitir.
En una entrevista en World at One en Radio 4, Phillips también habló sobre su actitud de cara a la seguridad personal, especialmente después del asesinato de su amiga y diputada Jo Cox. Explicó que su casa había sido “reacondicionada” por cerrajeros. “Hay una habitación del pánico instalada en mi oficina, y ahora llevo encima con un sistema de alarmas, que hace que haya gente que pueda escuchar las conversaciones”, cuenta.
Phillips, que ha sido muy crítica con el liderazgo de Corbyn, dice que no se siente bienvenida por “amplios sectores” del Partido Laborista y habla de ataques diarios. “Cada día recibo mensajes que dicen que no soy lo bastante buena, que debería perder mi puesto”, asegura.
“Alguien pensó que era divertido hacer una imagen de broma de una mujer con el corazón atravesado por una lanza y ponerle mi cabeza”, añadió. “Tengo dos niños pequeños. Soy un ser humano”.
La parlamentaria también denunció la incapacidad del partido de colocar a mujeres en posiciones más importantes, y que debe hacer un examen de conciencia sobre este asunto.
Phillips añadió que siempre estaría decepcionada por este fracaso, ya que su partido tiene a más mujeres parlamentarias que otros, pero que los conservadores “nos han adelantado” con dos mujeres en el cargo de primer ministro. Finalmente, apuntó que había permitido que los tories “dieran rienda suelta y se mofasen de mí” sobre este tema.
Traducción de Cristina Armunia Berges
