Rusia afirma haber desplegado en Bielorrusia misiles con capacidad nuclear
Rusia ha afirmado que ha desplegado su último sistema de misiles con capacidad nuclear en Bielorrusia tan solo un día después de que Moscú acusara a Ucrania de haber lanzado un ataque con drones a gran escala contra la residencia de Vladímir Putin.
Las imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa ruso mustran el nuevo misil Oreshnik avanzando por un bosque nevado. En él se ve a soldados camuflando vehículos de combate con redes verdes e izando una bandera en una base aérea en el este de Bielorrusia, cerca de la frontera con Rusia.
El vídeo parece formar parte de un intento coreografiado para intimidar a Europa y preparar a los rusos para una nueva escalada en la ya brutal guerra contra Ucrania. El despliegue, de ser cierto, reduce simbólicamente el tiempo que tardaría un misil ruso en alcanzar una capital de la UE.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aseguró que 10 sistemas Oreshnik serán desplegados en su país. Putin anunció que entrarían en servicio activo en una reunión el lunes con sus generales, donde reafirmó su intención de capturar más territorio ucraniano, incluida la ciudad meridional de Zaporiyia.
Anteriormente, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió de que se llevarían a cabo “represalias” contra Kiev y que los objetivos ya estaban preparados. Según él, estas represalias se produjeron tras un ataque perpetrado el domingo por la noche en el que participaron 91 drones ucranianos contra el palacio del presidente ruso en la región de Nóvgorod, según Moscú.
El Kremlin, sin embargo, no ha presentado pruebas que respalden sus acusaciones. Dmitry Peskov, portavoz de Vladímir Putin, dijo el martes que no se ofrecerían pruebas, ya que todos los misiles habían sido derribados y afirmó que no podía comentar la ausencia de restos.
Según el medio de comunicación independiente ruso Sota, los habitantes de la zona afirmaron no haber oído explosiones ni el sonido de fuego antiaéreo. No se emitió ninguna alerta de ataque aéreo, ni se compartieron en Internet vídeos de teléfonos móviles que mostraran humo y llamas, algo habitual cuando se confirman impactos.
El martes, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, afirmó que Rusia se había inventado la historia e instó a otros países a ignorarla. “Ha pasado casi un día y Rusia aún no ha aportado ninguna prueba plausible de sus acusaciones. Y no lo hará. Porque no hay ninguna. No se produjo ningún ataque de ese tipo”, publicó en la red social X.
No criticó a Donald Trump, quien el lunes respaldó airadamente la versión de Rusia y afirmó que Putin le había informado del ataque en una llamada telefónica. “Una cosa es ser ofensivo, porque ellos son ofensivos. Otra cosa es atacar su casa. No es el momento adecuado para hacer nada de eso”, declaró el presidente estadounidense.
Sybiha expresó su irritación con India, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos, después de que estos países manifestaran su preocupación por las informaciones. “Esas reacciones a las afirmaciones manipuladoras y sin fundamento de Rusia solo favorecen la propaganda rusa y animan a Moscú a cometer más atrocidades y mentiras”, comentó.
Los comandantes ucranianos dijeron que los drones kamikaze rusos sobrevuelan regularmente un palacio gubernamental utilizado por Zelenski en su camino hacia la capital. Un oficial, jefe de la unidad de defensa territorial 112, dijo que su equipo derribó dos drones el sábado sobre la residencia estatal en Koncha-Zaspa, al sur de Kiev.
“Siempre que hay ataques a gran escala, vuelan en nuestra zona. Siempre hay shaheeds. Muy a menudo los derribamos en este lugar”, señala un soldado ucraniano al periódico The Guardian. El militar ha compartido con el periódico un vídeo en el que se ve un dron enemigo volando a baja altura en un cielo invernal blanco.
Los ucranianos están dispuestos a mantener la atención en los continuos esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto, tras la reunión de dos horas de Zelenski con Trump el domingo en Florida. Los dos líderes discutieron un plan de paz de 20 puntos según el cual Estados Unidos ofrecería a Kiev garantías de seguridad para la posguerra votadas por el Congreso.
No hubo avances sobre el futuro de la región oriental de Donbás, que según Putin debe ser entregada a Rusia. Zelenski ha descartado ceder territorio a Rusia. Ha propuesto una zona desmilitarizada, que podría confirmarse en un referéndum si Rusia acepta un alto el fuego de al menos 60 días.
Zelenski afirma que los rusos estaban difundiendo “noticias falsas” debido a su “conversación y reunión bastante satisfactorias” con Trump durante el fin de semana, y a los avances logrados en las últimas semanas por las delegaciones estadounidense y ucraniana. Rusia estaba lanzando acusaciones porque no quería “ningún resultado positivo para nadie en este formato”, añade.
El presidente de Ucrania se reunirá con sus aliados europeos el 6 de enero en Francia, en una conferencia organizada por Emmanuel Macron. Los líderes debatirán la contribución de Europa a una operación de mantenimiento de la paz. Es probable que se celebre una reunión posterior entre los jefes de Estado europeos y Trump y su equipo de la Casa Blanca en Washington.
Los comentaristas afirman que las promesas de seguridad de Estados Unidos no tienen sentido si Trump está dispuesto a aceptar todo lo que le diga el presidente ruso. “Si la posible supervisión del alto el fuego la llevan a cabo las mismas personas que ahora creen lo que dice Rusia, estamos en un gran problema”, afirma Phillips O'Brien, profesor de estudios estratégicos de la Universidad de St Andrews.
3