Carmen y Begoña celebran su boda en la residencia de mayores: “Hay que amar sin miedo y sin edad”
“El amor no se jubila, no envejece, no se cansa”. Con estas palabras ha comenzado la ceremonia la directora de la residencia de mayores Seniors La Estrella de Logroño. Carmen y Begoña han celebrado su amor este viernes arropadas por el cariño de sus amigos y de sus compañeros y compañeras de la residencia en la que se conocieron y de la actual. Ante un altar repleto de luces y velas, las dos mujeres se han dado el 'sí quiero' que ya firmaron legalmente en el Juzgado hace unas semanas.
Lo que ha sucedido en ese salón de actos de la residencia no ha sido solo una boda. Ha sido, en palabras de la directora del centro, “una lección de vida”, un recordatorio de que “el amor no se gasta con los años, no pierde sentido y nunca llega tarde”. La historia de Carmen y Begoña es la de dos mujeres valientes que han regalado a la sociedad en este fin de año una historia única que para ellas, sin embargo, sigue siendo la más simple.
“No nos merecemos tanto”, repetía Carmen insistentemente en el altar mirando a todos los asistentes y a los medios de comunicación que han querido ser testigos de este momento. Su emoción se ha desbordado cuando han recibido el regalo de la dirección de la residencia: una luna de miel a Alcalá de Henares, donde vive su mejor amiga a la que no ve desde hace 30 años. “Por fin le voy a presentar a Begoña, es que ni me lo creo”, decía Carmen con la voz temblorosa.
Ataviados con pajaritas y flores de papel, sus compañeros y compañeras de la residencia no dejaban de aplaudir emocionados ante la mayor muestra del amor entre personas mayores y de que la residencia no es el final de la vida sino que puede ser el principio de las historias más felices. Así lo explicaba una de las madrinas de la ceremonia, Nekane Pascual, la directora territorial de la zona norte de Clariane. “Merecían tener su día soñado, celebrar que aquí en La Estrella hay dos estrellas con un amor único”. Toñi, la otra madrina, amiga de ambas de su primera residencia, no podía dejar de hablar. “Es que las quiero mucho, son muy especiales”, repetía.
“Hemos visto cómo se ha esforzado todo el mundo en preparar esta fiesta y estamos muy ilusionadas, este día lo recordaremos siempre, ¿verdad cariño”, decía Carmen a Begoña momentos antes de la ceremonia. Maquillaje, peluquería, ropa nueva... “Todos tan pendientes de una historia tan sencilla... La gente nos va a coger manía”, reían ambas. “Ha sido una casualidad muy bonita encontrarme a Begoña; esperamos ser eternas, esa es nuestra felicidad, cada día juntas”, añadía Carmen.
Ya en el salón de la ceremonia ambos han descubierto el altar blanco, flanqueado por dos grandes fotografías de las dos, con luces y con sus nombres en letras doradas. Se han prometido amor eterno, se han besado y han brindado. Y no han dejado de agradecer y de insistir en que no merecen tanto. “Vemos las noticias todos los días y todo son malas noticias, la política mal, los gobiernos mal, guerras... Todos es un desastre y da pena. Pienso que a lo mejor una historia tan simple como la nuestra hace ver a las personas que dentro de todo eso malo hay felicidad, cosas pequeñas buenas, naturales, sencillas, que a las personas nos hacen felices”, trata de entender Carmen.
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