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La patronal de las motos aprovecha el fin de Madrid Central para presentarse como alternativa “sostenible” sin serlo

Manifestación de motociclistas en Madrid.

Raúl Rejón

Sin haberse hecho todavía efectivo, ya hay quien ha visto en el desmantelamiento de la zona de bajas emisiones Madrid Central –prevista para el 1 de julio, cuando no habrá multas– una oportunidad para relanzarse. La patronal de las motocicletas, Anesdor, ha aprovechado el previsto fin del área de tráfico restringido para promocionar su sector como solución “medioambiental” y “sostenible” de movilidad. 

El anuncio del nuevo Ayuntamiento de Madrid –sostenido por el PP, Ciudadanos y Vox– de que dejará sin efecto las multas por acceder a la zona restringida sin permiso ha sido música para los oídos de esta patronal: “Una oportunidad para mejorar la regulación municipal en materia de acceso al centro de la ciudad de los vehículos más sostenibles”, ha argumentado. Las marcas de motos revisten de verde sus productos para justificar su circulación libre: “Responde de forma favorable a los retos medioambientales por sus bajas emisiones”, aseguran. Ahora, las motos con distintivo C o B pueden circular sin problemas entre las 7.00 y las 22.00 –las eléctricas no tienen restricción–. Después de esa hora tienen que aparcar si entran en Madrid Central.

El actual alcalde José Luis Martínez-Almeida es un defensor de esa postura: “Es un vehículo que garantiza una movilidad sostenible. Es un vehículo no contaminante”, aseguraba en diciembre 2018 al protestar contra las medidas de Gobierno de Manuela Carmena.

Las motos contaminan

¿No contamina el motor de combustión de una motocicleta a base de gasolina? Lo cierto es que estos vehículos emiten más óxidos de nitrógeno (NOx) por kilómetro recorrido que los automóviles de gasolina aunque menos que los de gasoil.

Los turismos de gasolina tienen un factor de emisiones contaminantes de entre 0,056 y 0,061 gramos de NOx por km. Los ciclomotores emiten (de promedio) 0,17 gramos. Las motocicletas de más de 50 cc oscilan entre 0,197 y 0,317, según recoge la última versión del Manual de Emisiones Contaminantes de la Agencia Europea de Medioambiente de julio de 2018. Por su parte, los coches diésel se mueven entre los 0,21 y 0,61 gramos de óxidos de nitrógeno por cada kilómetro que recorren dependiendo de la normativa Euro (4, 5 o 6) que les afecte por su fecha de matriculación.

A la luz de estos datos, Juan Bárcena, de Ecologistas en Acción, analiza que no es justificable conceder un privilegio a las motocicletas por supuestas bondades ambientales: “Las motos contaminan, en cuanto a óxidos de nitrógeno, más que los coches de gasolina, por lo tanto no deberían tener un tratamiento distinto a estos”, resume.

Anesdor asegura que “en términos de NOx, una moto expulsa de media menos de una vigésima parte que otros vehículos”, aunque no especifica con qué tipo de automóvil hace la comparación: turismo, furgoneta o vehículo pesado.

Etiquetas ambientales más fáciles

El propio sistema de etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico  –utilizado para clasificar ecológicamente los automóviles y poder aplicarles restricciones de circulación– ya favorece a las motocicletas. Las dos ruedas reciben el distintivo C o B (que les franqueaba, por ejemplo, la entrada a Madrid Central) si cumplen la normativa EURO III-IV (más estrictas) para la primera y la II para la segunda.

Por su parte, los automóviles de gasolina deben cumplir una normativa más dura para tener la etiqueta C (las EURO IV, V o VI, según indica la DGT) y la III para la B. Los diésel están obligados a ser EURO VI (la más exigente) para lucir el distintivo C y la EURO IV para el B. Cuanto más avanzada es la normativa EURO, menos gramos de NOx, es decir, menos contaminación por nitrógeno, están autorizados a emitir al aire cuando circulan. 

Con todo, la asociación de marcas de motos ha visto un problema en las zonas de bajas emisiones. Ahora retoman ese discurso a la estela de lo avanzado por el Ayuntamiento madrileño y han planteado que se permita a sus unidades “que circulen sin restricciones horarias” para, entienden, facilitar la “sostenibilidad” y “la compleja situación en la que se encuentran las motos de los servicios de reparto a domicilio”. También quieren convertir la “primera plaza de aparcamiento de coche contigua al paso de peatones” en plazas para motos. Lo cierto es que en Madrid la ordenanza ya contemplaba que las motos pudieran aparcar “en la propia banda de estacionamiento general” y sin pagar. 

Madrid Central es una zona de bajas emisiones diseñada, primordialmente, para reducir la contaminación proveniente de los tubos de escape de los automóviles. A menos vehículos a base de combustible fósil, menos emisiones. La zona impedía, básicamente, utilizar el centro como vía de paso para trayectos dentro de la ciudad. El pasado mayo la red de estaciones de Madrid arrojó los mejores datos de dióxido de nitrógeno desde que se mide la contaminación

A pesar de ello, Martínez-Almeida ha anunciado que pondrá en marcha una moratoria de dos meses para no multar a los vehículos que utilicen Madrid Central indiscriminadamente. La patronal de las motos, sabedora de que el ejemplo de Madrid puede marcar tendencia en el resto de España, mete prisa: “Que se resuelva cuanto antes para evitar que otras ciudades, que tienen la capital como referencia, mantengan paralizados sus planes de movilidad urbana”.

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