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Largas colas para recoger las mascarillas gratuitas de Madrid: “Hay un problemón con las personas sin tarjeta sanitaria”

Imagen de una farmacia del centro de Madrid.

Marta Maroto

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Con paciencia, largas colas y alguna discusión por la espera. Así han ido recogiendo sus mascarillas los madrileños que este lunes se han acercado a las farmacias, los puntos donde la Comunidad de Madrid repartirá durante las próximas dos semanas 14 millones de mascarillas FFP2 de forma gratuita.

“Lo hemos intentado esta mañana pero no se podía”, cuenta Basilio, dueño de la Farmacia La Latina, donde tras observar los largos retrasos del sistema informático han terminado por colgar el cartel de que será esta tarde, a partir de las cinco, cuando comenzarán a repartir las mascarillas.

En la farmacia de enfrente un señor pierde la paciencia, “No dejo pasar a nadie, llevo más de media hora esperando y tengo prisa”. Es el siguiente en entrar de una larga fila precedida por un cartel que pide “paciencia” en mayúsculas, “el sistema de receta electrónica para la entrega de mascarillas de la Comunidad de Madrid va muy lento”, reza.

Sin aglomeraciones y con varios metros de distancia en las calles más amplias del centro, el goteo de personas que acudían a recoger su mascarilla ha sido constante durante toda la mañana. El Gobierno regional ha informado de que a medio día ya habían sido distribuidas un total de 242.966 mascarillas entre las cerca de 3.000 farmacias de la comunidad.

Los requisitos para la entrega son ser portador de la tarjeta sanitaria madrileña, donde la mascarilla figura como una receta electrónica. Los casos de las personas de otras comunidades con la tarjeta desplazada han provocado algunos problemas. Alicia, almeriense que ha ido encadenando contratos temporales en Madrid, se ha acercado esta mañana a la farmacia de su barrio y, tras una larga espera, se ha ido con las manos vacías.

“Me han dicho que era solo para gente empadronada en Madrid, porque si no podría venir cualquier persona de otra comunidad a recogerla”, explica Alicia. Cabe recordar que los desplazamientos entre provincias no están permitidos mientras dure el estado de alarma y hasta que se supere la tercera fase de la desescalada.

La saturación del sistema ha llevado a que muchas de estas tarjetas desplazadas dieran error, pero la respuesta de la mayoría de los farmacéuticos ha sido apuntar nombre y DNI en la misma lista en la que anotan a los mutualistas y entregar la mascarilla. Este registro, válido para los que no tienen tarjeta sanitaria, será entregado a la Consejería, que espera poder informatizar los datos a lo largo de estas dos semanas. “No tenemos manera de comprobar que los vienen y dicen que han perdido la tarjeta sanitaria sean de la Comunidad de Madrid, pero en cualquier caso las estamos dando”, explica Maite.

No hay protección para los inmigrantes sin papeles

“Nosotros tenemos un problemón con la gente sin tarjeta sanitaria”, apunta María, trabajadora en la Farmacia de Lavapiés, el barrio con mayor cantidad de población migrante del centro. Las personas sin papeles no tienen opción de empadronarse, “no tienen NIE, ni nada”, y continúa: “Cuando viene una persona sin papeles les decimos que la Comunidad de Madrid no les atiende, no les da mascarilla pero tampoco les atiende en el sistema de salud”.

“Proteger a la gente que tiene tarjeta pero no a la que no tiene para mí es poco sanitario”, continúa. Y, por eso, junto a la caja para donaciones al banco de alimentos del barrio, la farmacia ha colocado una nueva para que aquellos que no necesitan la gratuita de la Comunidad de Madrid la donen a las personas indocumentadas.

En Alcorcón, esta mañana una chica sin NIE tampoco ha podido llevarse una mascarilla. Ha mostrado su pasaporte y otras facturas y recetas de su médico en la zona, para demostrar que había sido atendida en esa misma farmacia en más ocasiones. Sin embargo, la única respuesta que han podido darle en la farmacia ha sido que esperase a que la comunidad cambiase de criterio, según informa un testigo.

Otros que tampoco tienen acceso a una mascarilla adecuada son los niños. Si tienen tarjeta sanitaria pueden retirarla, pero son demasiado grandes para ellos y la única forma de conseguir una a medida es comprándola, lamenta Rocío, que carga con varias tarjetas y DNI, de su familia y de algunos vecinos —“y espérate que me quedan tres más”, dice mientras despliega los documentos en la mesa—.

Llevaba más de media hora esperando fuera, y toda su gestión ha durado más de 10 minutos. Avanza la tarde y la cola se reduce, dicen aliviados los farmacéuticos, que esperan que en los próximos días se acerque menos gente y puedan seguir dedicando el grueso de su trabajo a entregar medicamentos.

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