Dos bancos de piedra menos y una terraza más en el centro de Madrid
Dos de los siete bancos alargados de piedra con los que se reformó la calle Santiago, una pequeña e histórica vía del centro de Madrid, han desaparecido. El Ayuntamiento de Madrid los ha retirado y, en su lugar, el bar situado justo al lado ha aprovechado para ampliar su terraza.
El máximo beneficiado de esta retirada es el propio local, el Taberneros, situado en el número nuevede la citada calle Santiago. Según los últimos datos publicados por el Ayuntamiento de Madrid, el local cuenta con licencia para colocar dos mesas de terraza y cuatro sillas, aunque con la retirada de los bancos se ha expandido para instalar cinco mesas y diez sillas, el 150% más de lo que permitía su permiso inicial.
La asociación de vecinos del barrio de los Austrias ha criticado en redes sociales la actuación urbanística, que achacan al concejal de Centro, José Fernández, a quien recuerdan que los bancos formaban parte de la actuación urbanística del Eje peatonal Prado-Palacio, un diseño arquitectónico que mereció el premio urbanístico Europa Nostra del año 2022.
El Ayuntamiento de Madrid ha colocado un banco de madera y metal unos metros más allá, un elemento que rompe la estética urbanística de la calle y que -entendemos- ha llegado para compensar la pérdida del espacio de asiento situado junto al bar.
En el lugar en el que estaban los bancos han quedado, como recordatorio de lo que hasta hace poco había allí, los restos de hormigón con los que estas estructuras se habían quedado fijadas al suelo.
La desaparición de estos bancos va en la misma línea que la pérdida de otros espacios para sentarse, como lo que ocurrió con el banco corrido de la calle Carretas.
En este lugar cercano a la Puerta del Sol la Junta de Centro decidió enmendar la actuación urbanística de la legislatura anterior y colocar un vallado alrededor de un banco de varias decenas de metros que era habitualmente usado por los viandantes. A su lado, otra terraza de hostelería coloca ahora sus mesas y sillas pegadas a la valla.
La Ordenanza de Terrazas impide a los negocios de hostelería colocar sus veladores pegados al mobiliario urbano, por lo que la desaparición de esstos elementos es solicitada muchas veces por los establecimntos para poder ocupar el espacio de la acera que conviene más a su actividad, aunque choque con lo que interesa a los peatones que por allí pasan y necesitan sentarse a descansar en un banco público.
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