“Hay un poco de monumento en tu rotonda”: las reacciones al vídeo final de los arreglos en la Puerta de Alcalá

El Ayuntamiento de Madrid anunciaba el miércoles el fin de uno de sus proyectos estrella en el ámbito patrimonial: la rehabilitación de la Puerta de Alcalá. Once meses de obras, precedidas de un estudio previo, con más de tres millones de inversión que han tenido el monumento cubierto por una parte de 2022 y casi todo 2023. Pero la publicación de la noticia por parte del consistorio ha acabado rodeada de cierta polémica.

Como rodeado está de vehículos el monumento en el propio vídeo que el Ejecutivo municipal adjuntaba para difundir el final de la reforma. Una circunstancia que no ha pasado desapercibida para muchos usuarios, máxime cuando la contaminación es uno de los factores que hizo necesaria la actuación sobre el emblema de la ciudad (además de fenómenos adversos como Filomena), según informes del propio Gobierno municipal.

“Hay un poco de monumento en tu rotonda” es el comentario que mejor resume este sentir, aunque son varios los mensajes que apuntan en esta dirección. “Qué bien que hayan restaurado la Puerta de Alcalá. Ahora podremos ver lo nueva que está a seis carriles de distancia entre los coches que pasan”, añadía con ironía otro usuario.

El debate sobre la peatonalización parcial o total del enclave ha estado presente desde que los trabajos empezaron en el verano de 2022, con un estudio previo para valorar daños y plantear los mejores métodos para solventarlos. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, llegó a plantear la posibilidad de “reflexionar” sobre la limitación de los vehículos en la zona. La Puerta de Alcalá forma parte del Paisaje de la Luz, declarado en 2021 Patrimonio Mundial de la Unesco.

Además de la peatonalización, otra de las protestas más repetidas es la dificultad de acercarse al monumento y la imposibilidad de visitarlo (ha sido solo durante las obras que el Ayuntamiento abrió algunas plazas para conocer su interior). Hay quien apunta con sorna que al menos los conductores podrán contemplar de cerca la belleza restaurada de la edificación.

Claro que dada la afición por lo barroco de las autoridades madrileñas, a algunos les sabe a poco esta estampa. Quizá a los coches se les podría sumar “una menina, un gastrobar, una terraza y 428 banderas de España”. Ana Belén y Víctor Manuel se lo pasarían bien, desde luego.