Madrid instala un bicihangar para guardar ciclos de forma segura en la calle

El Ayuntamiento de Madrid busca espacios para dejar las bicicletas de forma segura en la calle. Dentro de esta idea ha presentado, en colaboración con una empresa de aparcamientos ciclistas, el bicihangar Madame Cicleta, un módulo metálico que se asemeja a un contenedor en el que cualquier persona puede, desde hoy, dejas sus bicicletas estacionadas.

El uso del bicihangar es sencillo: el usuario reserva la plaza desde la web de Don Cicleto (la compañía que ha ideado y desarrollado este ingenio), paga la tarifa correspondiente (desde 50 céntimos por 2 horas hasta 19,95€ por todo el mes) y obtiene un código para desbloquear la jaula ciclista. Después deja su bicicleta y vuelve a clausurar este aparcamiento, que queda sellado hasta que otra persona quiera utilizarlo.

Madame Cicleta da alternativas a los ciclistas que no disponen de espacio en sus viviendas o en el trabajo para almacenar su bici y quieren evitar dejarla en la calle, por el peligro de sustracción de las piezas de la bicicleta o del vehículo entero. El bicihangar cuenta, además, con un seguro contra el robo.

El primer bicihangar de Madrid está ubicado en el número 35 de la calle Calatrava, junto al Parque de la Cornisa, y tiene una autorización de 12 meses para probar. Si resulta exitosa, la idea podría extenderse a otras zonas de la ciudad en la que los vecinos reclamen su uso o el Ayuntamiento estime conveniente su implantación.

La idea de los bicihangares no es nueva. Estructuras como esta ya se emplean en otras ciudades como Londres o Dublín, aunque la tecnología sí que es propia y ha sido desarrollada por Don Cicleto dentro de un proyecto incubado en el MAR de Movilidad gracias a la financiación pública de la Unión Europea. La compañía comercializa desde hace años con éxito plazas para bicis en aparcamientos subterráneos de la almendra central de Madrid.

En Chamberí, dos proyectos similares presentados a los Presupuestos Participativos obtuvieron centenares de votos de los vecinos, pero el Ayuntamiento de Madrid los descartó por no contar en ese momento con la pieza homologada dentro del mobiliario urbano de la capital. La necesidad de una estructura así en la zona es cuanto menos pertinente, a la vista de robos de bicicletas como el perpetrado en el aparcabicis de Islas Filipinas, junto al Estadio de Vallehermoso, del que un cuadro ciclista queda como testigo.