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Adiós al mural de Jack Babiloni “Todo es Felicidá”

Somos Chueca

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Tan solo diez días han bastado para que los murales que decoraban el palacete de la calle Orellana 8 hayan pasado a la historia. La obra, firmada por el artista Jack Babiloni, no ha sido indultada por el Ayuntamiento de Madrid y los operarios municipales han procedido a pintarla para restituir la fachada a su estado original, tal y como establecía la ley.

Sin embargo, la técnica empleada en la ejecución de los dibujos hace aventurar que, con el paso del tiempo y la lluvia, los frescos de “Todo es Felicidá” volverán a surgir en los muros, aunque sin el esplendor de la obra original. Un pronóstico que llenaría de satisfacción a los vecinos y admiradores de esta obra, que consideraban a 'Todo es felicidá' un atractivo de valor para el barrio de Justicia.

Una noticia que Jack Babiloni ha vivido con mucha tristeza, que le ha llevado a compartir un comunicado en el que lamenta la falta de apreciacion del trabajo de los artistas por parte de las administraciones públicas:



«El vandalismo de los gestores públicos hacia mi obra TODO ES "FELICIDÁ" (2008) sólo redemuestra el sempiterno desprecio de los políticos españoles contemporáneos hacia los trabajadores de la cultura. Por otra parte conviene no olvidar que gestando y creando mi enorme fresco TODO ES "FELICIDÁ" servidor alumbró una obra PÚBLICA; de aquí se infiere, como resulta obvio, que con su destrucción se pisotea el derecho que a todo ciudadano -residente o forastero- asiste, de disfrutar del arte y la cultura de manera GRATUITA y a pie de calle en cualquier latitud geográfica planetaria.



Con la destrucción de TODO ES "FELICIDÁ" (por parte del Ayuntamiento de Madrid y la elíptica y silente anuencia tanto de la Dirección Gral. de Patrimonio de la Comunidad de Madrid como del equipo de gobierno de la propia Comunidad de Madrid) se cristaliza un indefendible y aberrante extremo: el EROSTRATISMO como medida ejecutiva, lo que no sólo resulta aberrante per se, sino, por encima de todo, absolutamente intolerable en tanto que cercena el libre y gratuito acceso a la cultura que, como es bien sabido, resulta un derecho humano protegido por inviolable ley en toda sociedad con pretensión de elevación espiritual».



Pero lo que más le duele al artista es que ninguno de los representantes municipales y autonómicos se hayan puesto en contacto con él para lamentar la desaparición de los murales ni hayan intermediado para que su obra se conservara, máxime cuando días antes la Concejala de Cultura, Celia Mayer, había anunciado un plan para mejorar los muros de Madrid gracias al arte urbano:



«ni la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ni la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ni la directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Paloma Sobrini, ni la concejala de Cultura del Ayto. de Madrid, Celia Mayer, se hayan dignado a dirigirse a servidor sobre este luctuoso particular a través de procedimiento verbal o escrito alguno, ni delegado en cualquiera de sus compañeros del ejecutivo de sus respectivos organigramas de gobierno para tal extremo, ni que tampoco hayan considerado estas damas la emisión de una declaración oficial pública a este respecto. Esto significa que mi fresco TODO ES "FELICIDÁ" ya ha sido devastado y el ostracismo es el único que conoce las estrictas lindes del porqué.



No obstante todo el exordio pretérito, los gestores públicos podrán destruir las obras que los artistas constantemente creamos con intención de belleza ética pero, sin embargo, nunca podrán borrar, tachar, agredir, insultar, demoler o arrasar a las que están por venir.».



«TODO ES “FELICIDÁ” ya es -por mor de su infefable destrucción por parte del Ayto. de Madrid- un inveterado recuerdo artístico, emocional y espiritual para todo viandante con vocación de mirada poetizadora», lamenta Babiloni, «pero mis obras por venir lucen intactas», avisa.



«Los gestores públicos podrán destruir las obras que los artistas constantemente creamos con intención de belleza ética pero, sin embargo, nunca podrán borrar, tachar, agredir, insultar, demoler o arrasar a las que están por venir [...]. Gestaré y alumbraré una nueva obra pública matritense semejante a la recién demolida en inmueble de relevancia histórica idéntica a la del hoy damnificado -siglo XIX o precedentes-, que retorne a la ciudad de Madrid al foco del interés internacional artístico, económico, empresarial y turístico, como ya logró TODO ES "FELICIDÁ" en el octenio en el que estuvo en pie (2008-2016), siendo loada por expertos artísticos, empresariales, económicos y turísticos de los cinco continentes, y glosada en multitud de publicaciones en decenas de idiomas internacionales».



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