Toni Cantó se pasa al reguetón
“Disputarle a los EEUU el centro de la producción musical en español”. Las palabras son de Isabel Díaz Ayuso y las ha pronunciado este viernes desde el Círculo de Bellas Artes, cerca de la Puerta de Alcalá. La presidenta de la Comunidad de Madrid presentaba, a escasos metros del Instituto Cervantes, la que será la Oficina del Español, esa dirección que creó ad hoc para Toni Cantó por 75.000 euros anuales después de que este se quedara fuera de las listas del PP en las elecciones del pasado 4 de mayo. “Sí, somos ambiciosos”, reconocía Ayuso a renglón seguido sobre el calibre de la hazaña que le encomienda al exdirigente de Ciudadanos, antes de UPyD y mucho antes actor de televisión. “Disputarle a los EEUU –y en concreto a Miami, según había focalizado el tiro poco antes– el centro de la producción musical en español”. Ayuso aspira a que el reguetón tenga su centro neurálgico en Madrid y para ello hay que quitárselo a Miami. Poca broma.
La “ambición” no es poca, como reconocía Ayuso. Pero es todo el grado de dificultad al que se enfrentará Cantó. El deseo de la presidenta de la Comunidad de Madrid es convertir a Madrid en la “capital europea del español”. Y no parece que esa vaya a ser una tarea complicada teniendo en cuenta que el español en Europa solo es primer idioma en España, valga la redundancia. “Queremos ser la capital europea del español, que no cuna del español. [...] Si competimos con alguien es con las otras grandes capitales europeas”, trataba Ayuso de sofocar las críticas que han surgido en otros lugares del país contra el proyecto personal de la presidenta madrileña.
Pero la cita de este 17 de septiembre no solo servía para presentar la Oficina del Español, de la que ya se había hablado mucho. El evento se había preparado también para dar a conocer el que será el primer proyecto del organismo del que Cantó dijo “el chiringuito soy yo. No hay otra estructura que yo”: el primer festival de la Hispanidad. Del 28 de septiembre al 12 de octubre, Madrid organizará el evento que pretende tener carácter anual, y que contará con un programa de cerca de 80 actividades, 17 conciertos, conferencias y exposiciones, así como la participación de más de 250 artistas.
“Mientras hay gobiernos populistas (nacionalistas, indigenista, identitarios…) que están negando a sus ciudadanos su mejor legado cultural y violentando su derecho constitucional a conocer y dominar el español, la Comunidad de Madrid sigue trabajando en beneficio de todos: sumando, incluyendo, acogiendo”, defendía Ayuso durante su intervención.
En el caso de Cantó, ha aprovechado su intervención para llenar de elogios a la presidenta madrileña, la mano que le da de comer. El actor no desaprovechaba la ocasión para elogiar de nuevo el trabajo de su nueva jefa y hablar de Madrid en los términos que más le gustan: “Somos uno de los lugares más seguros, más igualitarios, con mejores comunicaciones y con una sanidad extraordinaria”, además de su defensa del español frente a los que quieren acabar con un idioma que habla más de 600 millones de personas en el mundo. Cualquiera diría que está amenazado.
Cantó se va con todos estos deberes. Pero está todo controlado. El trabajo por el que se embolsa 75.000 euros anuales le deja tiempo para desempeñar otras labores, y además de embajador madrileño del español por el mundo y nuevo caza del reguetón, al actor aun puede sacar un hueco para ejercer de profesor en el curso de liderazgo que pilota su exjefe y excompañero de filas, hoy retirado de la política –al menos de momento–, Albert Rivera.
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