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Los nuevos buses gratuitos de Madrid reabren el debate: no hay evidencia de que reduzcan el uso del coche

Inauguración de la línea 002 gratuita y cero emisiones. / Ayuntamiento de Madrid

Sofía Pérez Mendoza

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Madrid estrenaba este martes su segunda línea de autobús gratuita y cero emisiones entre Puerta de Toledo y Argüelles. Hace dos semanas, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, inauguraba la primera, que conecta Atocha con Moncloa. La doble iniciativa, presentada por el Ayuntamiento como parte de su plan para reducir la polución en la ciudad, reabre el debate sobre la eficacia de la gratuidad en el transporte. ¿A qué tipo de viajeros atrae la oferta sin coste? ¿Entre ellos hay conductores que, por ser gratis, dejan el coche?

Existe literatura científica sobre el asunto pero pocos datos concluyentes, según los expertos consultados, que coinciden en que no hay evidencia de que esta medida incentiva la reducción del uso del vehículo privado porque se cambie por el autobús. “Esta medida puede ser efectiva si va acompañada de introducir más restricciones al uso del coche. Si a la vez se incentiva el vehículo privado, no sirve. Para lograr una movilidad sostenible hay que usar palo y zanahoria. No se puede esperar que la gente se suba solo porque no cuesta y deje el coche por ello”, analiza Gianni Rondinella, doctor en sistemas de Ingeniería Civil y codirector de la cooperativa CambiaMo.

Tallín (Estonia) fue una ciudad europea pionera en poner en marcha transporte público de coste cero. La semana pasada Luxemburgo implantó la gratuidad en todo el país (600.000 habitantes). Varios investigadores del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (Suecia) midieron el impacto de la política estonia en 2014 y concluyeron que el uso de los tranvías y los autobuses creció hasta un 11% en las zonas más pobres y con más tasa de desempleo. Sin embargo, no se pudo concluir que esta subida correspondiera a usuarios del coche que se pasaban al transporte público incentivados por la gratuidad. A los científicos les llamó la atención la reducción de la longitud de los viajes un 10% e interpretaron que el tranvía y el autobús estaba atrayendo viajeros que antes iban en bicicleta o caminando. Para conocer los resultados de Luxemburgo habrá que esperar.

La iniciativa en Tallín dista bastante del proyecto madrileño porque se hizo extensible para todo el sistema público –y no únicamente dos líneas– y solo era aplicable para residentes. En Madrid cualquier persona puede subirse gratis a las líneas 001 y 002, incluidos los turistas. Salvando las diferencias, los expertos creen que en Madrid podría reproducirse el mismo comportamiento. “Fomentar el transporte público siempre es una buena noticia. La experiencia nos dice que hay un porcentaje de desplazamientos que son viajes cortos y muy cortos que podrían efectuarse andando o en bicicleta. Esto significa que viajes que tienen cero emisiones reales pasen a tener algo más”, analiza Pilar Vega, geógrafa y profesora de la Universidad Complutense de Madrid. La experta insiste en que “si no se pone freno al coche, poco se consigue con el resto de medidas”.

Otro factor para analizar es si la gente que opta por el coche lo hace por dinero. “En general los dos factores que influyen son el tiempo y la comodidad, no el económico porque es más caro. Solo el seguro cuesta igual que un año de abono transporte”, apunta Adrián Fernández, responsable de Movilidad de Greenpeace. Fernández asegura que está demostrado que el transporte público gratuito modifica los patrones de comportamiento de los viajeros, pero a veces no de la forma deseada. “La experiencia de Tallín nos ha permitido aprender algunas lecciones. Aunque la premisa de la gratuidad parece intuitiva de momento se ha demostrado incorrecta”, remacha. Otros dos factores determinantes para elegir el modo de transporte, según Rondinella, son “la comodidad y la fiabilidad, tener la certeza de que vas a llegar a tiempo”.

Primer balance: 7.000 viajeros de los 13.000 previstos

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, hacía este martes un balance positivo del funcionamiento de la primera línea gratuita, inaugurada hace dos semanas. “Estamos satisfechos, se están cumpliendo las expectativas. Están yendo cada vez más viajeros en esta línea y no se ha alcanzado todavía el tope de 13.000, que es el objetivo que nos hemos marcado”, expresaba el regidor. Sin embargo, una portavoz del área de Medio Ambiente y Movilidad cifra en 7.000 los viajeros diarios.

Otro temor expresado por los expertos es que las líneas gratuitas acaparen viajeros de otras de pago y eso desequilibre la financiación del transporte público. La puesta en marcha de la línea gratuita 002, operativa desde este martes, ha provocado la desaparición de la M2 porque prácticamente coincidía en el trazado. “Lleven mucha o poca gente habrá que estudiar el impacto en la red de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). El que tenga abono da igual, pero el que no va a dejar de abonar un billete”, subraya Fernández. En Madrid los billetes de bus están financiados más o menos al 50%. El Ayuntamiento está financiando íntegramente las dos nuevas líneas con un coste de 4,4 millones de euros al año, según datos municipales. “De momento”, matiza una portavoz del área de Medio Ambiente. Está por ver si el Consorcio Regional de Transportes aporta una parte.

¿Hay otras alternativas entonces para fomentar el uso del transporte público? ¿Cuáles son? Carriles bus VAO para garantizar más rapidez y una “política tarifaria integrada” o “por renta”, dicen los expertos. “Con la gratuidad de dos líneas los usuarios de vehículos motorizados no van a dejar el coche. En la Comunidad gran parte del territorio urbanizado y áreas productivas no cuentan con un servicio de transporte público adecuado y la población depende del coche”, considera Vega, que aboga por crear tarifas en función de la renta de los viajeros.

Sin embargo, en el caso de estas dos nuevas líneas no se da este problema. Pasan por el centro y en la mayoría de paradas ya hay otras alternativas de transporte público, como Metro u otras líneas de la EMT de pago. El Ayuntamiento no ha hecho públicos estudios de demanda. El alcalde la cifró en ocho millones de viajeros al año pero después su equipo rebajó ese número a la mitad justificando que se trataba de un error del regidor en la presentación pública.

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