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Prueba del Kia XCeed Plug-in, enchufado al éxito

Kia XCeed Plug-in.

Pedro Urteaga

La lluvia de versiones híbridas, ya sea enchufables o mild hybrid, que Kia ha dejado caer sobre su gama en los últimos meses ha tenido al Ceed como modelo más beneficiado. Ahora se presenta una combinación que lo tiene todo para triunfar en el mercado: la de la tecnología híbrida enchufable con la carrocería más exitosa del compacto coreano, la crossover del XCeed.

Adornado por ejemplo con el color Orange Fusion de las imágenes, no es extraño que el XCeed esté obteniendo una gran acogida gracias a la fusión de una estética SUV con el dinamismo y las proporciones contenidas de un turismo. El sistema híbrido enchufable puede poner la guinda al pastel al permitir realizar la mayor parte de los desplazamientos cotidianos sin emisiones, por sus al menos 42 kilómetros de autonomía eléctrica, y beneficiarse en consecuencia del siempre goloso distintivo Cero emisiones de la DGT.

El XCeed Plug-in incorpora un motor de gasolina 1.6 y otro eléctrico que, juntos, entregan 141 caballos de potencia, además de una batería de 8,9 kWh con la que se pueden recorrer sin emisiones entre 42 y 48 kilómetros (ciclo WLTP), dependiendo de las versiones y el equipamiento. La unidad que recogimos mostraba en el cuadro de instrumentos un alcance de 54 km, aunque en el uso real la cifra se acerca bastante más a lo establecido en el ciclo de homologación. Basta en todo caso para cubrir la mayor parte de los trayectos habituales de cualquiera sin contaminar, siempre que el usuario cargue a diario el vehículo.

Es interesante anotar también que, si se opta por conducir el XCeed todo el tiempo en modo híbrido, es decir, combinando el motor térmico con el eléctrico, es posible estirar la carga de la batería hasta los 120 kilómetros, con un consumo medio de 4,5 litros/100 km aproximadamente, un registro muy bajo para un coche de este tamaño y peso (casi 1.600 kilos) con motor de gasolina.

Hemos probado el modelo de Kia en su versión más lujosa, eMotion, que cuesta 32.752 euros y sumaba en esta unidad el paquete Premium (2.500 euros), en el que se concentra el máximo equipamiento que cabe embarcar en el XCeed, esto es, asistencia de frenada de emergencia con reconocimiento de peatones, seguimiento de carril con tráfico intenso, control de crucero adaptativo con función stop & go, asiento del conductor con ajuste eléctrico (ocho posiciones), ajuste lumbar y memorias, asientos delanteros con calefacción y ventilación y traseros con calefacción, portón trasero manos libres, tapicería de cuero y volante calefactado.

Sin entrar en consideraciones de precio, este pack presenta el inconveniente de que se pierden las levas tras el volante que en otros modelos, sin ir más lejos el Kia Niro híbrido enchufable, cumplen para la doble función de cambiar de marcha manualmente y de regular la recuperación de energía para la batería. El conductor, por tanto, tiene que ingeniárselas aquí para forzar esa regeneración bien pisando el pedal del freno, dejando al coche avanzar por inercia o reduciendo marchas por medio de la palanca del cambio automático, de doble embrague y seis velocidades.

Otro elemento que echamos en falta es el sistema, habitual en otros vehículos de esta misma tecnología, que permite conservar la carga de la batería para usarla posteriormente y también recargarla en marcha haciendo uso del motor de combustión, funciones que suelen denominarse eSave y eCharge, respectivamente.

Los modos de conducción disponibles son el eléctrico puro (EV), el híbrido y el deportivo (Sport), en el que los dos motores funcionan a la vez y ofrecen las máximas prestaciones. A ellos se añade un modo automático que no hemos logrado discernir bien en qué se diferencia del híbrido, salvo en que quizá otorga más protagonismo al propulsor eléctrico siempre que se disponga de carga suficiente en la batería.

En los tres primeros programas, el XCeed muestra cierta resistencia a ganar velocidad, y es necesario pisar con decisión el pedal del acelerador para obtener una respuesta de cierta contundencia. Por el contrario, el modo Sport transforma ese carácter ligeramente perezoso y saca a la luz el verdadero potencial del coche, sin que ello suponga un consumo de combustible excesivo. Una vez agotada la batería, este modo nos parece el más apropiado para viajar con garantía de seguridad y entrega enérgica de potencia.

La batería de alto voltaje está dividida en dos partes, una situada bajo los asientos traseros y la otra, en la parte inferior del maletero. Esta circunstancia no afecta al espacio en la parte posterior del habitáculo, pero sí al volumen del maletero, que pasa de 426 a 291 litros -muy aprovechables, eso sí-, y a la capacidad del depósito, de 37 litros en vez de los 50 que tienen los XCeed de combustión. Con todo, la autonomía total que proporcionan la batería y el tanque de combustible puede superar los 600 kilómetros.

El espacio disponible en las plazas traseras es satisfactorio, más para las piernas que en altura, aunque personas de al menos 1,80 metros de estatura pueden ir sentadas con comodidad. A su disposición tienen además un reposabrazos con posavasos y salidas de aire específicas.

La potencia máxima a la que se puede realizar la recarga es 3,3 kW, y con ella son necesarias algo menos de tres horas para completar la operación. La toma se halla en la aleta delantera izquierda.

A pesar de tener un precio abultado, como todos los modelos electrificados, el XCeed Plug-in es uno de los híbridos enchufables más asequibles, junto con el Niro, el Ceed Tourer y el Hyundai Ioniq dotados de esta misma tecnología, todos ellos equipados con idéntico sistema de propulsión y pertenecientes al mismo consorcio automovilístico.

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