El ‘renting’ ya tiene más de un 50% de usuarios particulares o autónomos
Definitivamente, el renting ya no es feudo exclusivo de las empresas. Cuando, hace ya varias décadas, comenzamos a escuchar la palabra renting -y, unos años antes, otra aún más extravagante como era leasing-, la inmensa mayoría de quienes optaban por aquella fórmula de alquiler de vehículos eran, en efecto, las empresas de mayor o menor tamaño. Pero el paso del tiempo ha ido deslizando este estado de cosas en otra dirección.
Una vez conquistado el mercado de las grandes compañías, aquella modalidad fue llegando al de las más pequeñas y, poco a poco, asomándose al de los particulares, que es ahora mismo el único que presenta auténtico potencial de crecimiento, como reconocen todas las firmas involucradas en este negocio.
De la pujanza que experimenta hoy el sector hablan claramente las cifras recientemente publicadas por la principal entidad que defiende sus intereses en la actualidad, la AER (Asociación Española de Renting de Vehículos). En su Memoria Anual relativa a 2022, leemos que el parque de coches de renting en circulación el 31 de agosto del año pasado ascendía a 853.644 unidades y, más importante, que esta clase de vehículos sumaban 254.948 matriculaciones a lo largo de 2022, un 26,66% de todas las habidas en nuestro país.
El otro gran punto de interés del informe detalla que el 51% de los usuarios de esta forma de moverse son ya particulares y profesionales autónomos “con nombres, apellidos y DNI”, según destaca la propia AER. Su creciente popularidad ha llevado al portal especialista RentingCoches.com a analizar las claves que deben tener en cuenta todos los conductores particulares que decidan pasar por primera vez de la compra al alquiler de su coche. De ellas entresaca cinco:
1. Es aspiracional, sí, pero más accesible. El renting es un gran aliado para satisfacer el componente aspiracional mayoritariamente presente a la hora de que un usuario se decante por un vehículo, reduciendo así la necesidad de tener que recurrir al mercado de ocasión. De esta forma, el coche deseado puede estar más cerca de lo que uno imagina.
Sin embargo, es importante no olvidar que esta decisión ya determinará de inicio la cuota mensual a pagar, y aquí hay que echar cuentas: la cuota pasa a engrosar la lista de facturas de inicio de mes, con la hipoteca, las comunicaciones, etc. A cambio, el conductor tiene el gasto totalmente controlado, con la ventaja que ello supone. Además, puede decidirse por adquirir el vehículo una vez terminado el contrato de alquiler.
2. Duración según necesidades y prioridades. El renting tradicional suele contratarse por un periodo de tres, cuatro y hasta cinco años, si bien existen periodos de contratación menores, de seis a 12 meses.
De nuevo, es cuestión de determinar las necesidades. Si simplemente se pretende no ser dueño de, será interesante un contrato a largo plazo. En cambio, hay modalidades flexibles perfectas para aquellos indecisos con el coche que quieren, para los que hacen tiempo mientras llega o está disponible el que desean o, tal vez, para los que quieren dar el paso a la electrificación con posibilidad de vuelta atrás.
3. Se paga por kilómetros recorridos. En este aspecto, el cliente debe tener muy claro el uso real que va a hacer, algo crucial ya que determinará la mayor o menor cuantía de la cuota mensual.
En aquellos casos en que se vaya a realizar un uso esporádico del vehículo, el kilometraje recomendado es de 10.000 kilómetros. Para un uso algo más intensivo se recomienda recurrir a la opción de entre 15.000 y 20.000 km. Si el usuario se desplaza de forma asidua y realiza grandes recorridos, lo mejor será que elija modalidades de 30.000 a 40.000 km.
No obstante, como la vida puede cambiar de la noche a la mañana, siempre es posible renegociar el kilometraje con el operador de renting, aunque también es cierto que algunos echan cuentas y prefieren pagar una penalización por exceso que una cuota mayor por más kilometraje.
4. Entrega inmediata. Si por alguna razón se necesita un vehículo de forma inmediata, es decir, la opción más recomendable es la del renting de seminuevos. En caso de disponerse de más tiempo, el cliente puede escoger uno recién matriculado.
5. Oportunidad para probar nuevas tecnologías. ¿Combustión o electrificado? He ahí la cuestión. Cada vez un número mayor de usuarios se inclina por lo segundo, entre otras razones por la entrada en vigor en algunas ciudades españolas de las Zonas de Bajas Emisiones.
Como explica Íñigo Breña, responsable del antes mencionado portal de renting, apostar por este “es sinónimo de la puesta en circulación de vehículos más seguros y eficientes, con el consecuente menor impacto medioambiental que conlleva la renovación de nuestro envejecido parque móvil. Además, es una gran oportunidad para facilitar la transición hacia la electrificación de todos aquellos usuarios sumidos en la incertidumbre tecnológica que rodea al sector”.