La Conservera se adentra en el tiempo
“¡Con razón se te ha hecho tarde! ¡Este reloj tiene dos días de atraso!”, le dice el Sombrerero al Conejo blanco en 'Alicia en el País de las Maravillas'. Con la muestra 'Gramáticas de la temporalidad', en cambio, desembarcan con puntualidad catorce artistas murcianos nacidos después de 1975 en el centro de arte contemporáneo La Conservera de Ceutí.
Esta exposición nació cuando el colectivo curatorial 1erEscalón –formado por Isabel Durante, Ana G. Alarcón y Miguel Ángel Hernández- llevó a cabo hace un año un archivo de artistas visuales en Murcia. Con algunos de estos artistas el colectivo puso en marcha esta propuesta que ahonda en la dimensión temporal del arte.
Las obras, que se pueden ver en tres salas de la antigua fábrica de conservas, juegan a relacionar pasado, presente y futuro, mientras que el tiempo se convierte en el arte en una herramienta primordial para pensar la sociedad actual. Si corrientes del arte contemporáneo en la década pasada se centraron más en la especialidad influidos por la globalización, ahora hay una vuelta a la dimensión temporal.
El corte generacional de los artistas que conviven en 'Gramáticas de la temporalidad' comienza en la democracia. Es la primera exposición que ocupa la totalidad de este espacio de exhibición poco convencional. El centro también pugna por su propia dimensión temporal con su antigua identidad de fábrica de conservas.
La temporalidad de la muestra se divide en pasado, presente y futuro. Con un pasado industrial que nos arrojó a tiempos compartimentados y exactos para la producción y la burocracia. También a la intimidad burguesa. La sección del pasado, se centra en la fotografía, a excepción de los dispositivos fílmicos de Salvi Vivancos.
Juegan con las texturas los lienzos positivados de fotografías antiguas y cosidos de Sonia Navarro; como juegan a adivinar el pasado tanto el dibujo de una fotografía antigua de Concha Martínez Barreto como las propuestas fotográficas de Rosell Meseguer y Tatiana Abellán, quien borra la mayor parte de fotografías familiares antiguas como proceso de recuperación de la memoria.
Ya en el presente, Juan Sánchez propone una pieza en tres dimensiones con pintura obtenida de los productos que se utilizaban en la conservera, Gil Antonio Munuera nos lleva a la abstracción, Ramón Lez nos muestra en un vídeo la disolución de figuras sobre hielo hasta convertirse en un masa de color informe, Fito Conesa nos traslada en su instalación a un mundo burocratizado y de turnos, mientras que María José Climent desvela el lenguaje policial en su instalación.
Una vez en el Espacio 4, los 'Futuros (im)posibles' apuestan por la búsqueda de nuevas propuestas políticas. Hemos de transformar nuestro campo de deseo y así cambiar todo lo demás. De este modo se aúnan las propuestas de los ensayos visuales de Clara Boj y Diego Díaz, la intervención ecológica de Juanli Carrión en las que una plantación de pimiento, cuyo origen es mexicano, se combina con la ley de extranjería pintada letra a letra formando el dibujo de plantas. Juan Antonio Cerezuela cuestiona la relación de lenguaje y tiempo con su instalación.
Pasado, presente y futuro se interrelacionan y se acompasan en estas piezas visuales. Hasta el 20 de marzo estás a tiempo.