En pleno siglo XXI, mientras deberíamos haber integrado a las enfermeras especialistas en la sanidad pública tras el Real decreto 404/2005, la Región de Murcia sigue rezagada, sin un plan claro de reconversión de plazas y sin estructuras específicas en este tema que debería ser prioritario. Hablar de especialidades de Enfermería no es un debate técnico ni gremial: es una cuestión de calidad asistencial, de modernización del sistema y de respeto al desarrollo profesional del personal sanitario.
España reconoce oficialmente siete especialidades de Enfermería: Familiar y Comunitaria, Pediátrica, Obstétrico-Ginecológica (matrona), Salud Mental, Geriátrica, del Trabajo y Cuidados Médico-Quirúrgicos (aunque esta última aún no se ha desarrollado). Todas ellas responden a necesidades reales, específicas y crecientes dentro del sistema sanitario. Sin embargo, en la Región de Murcia, salvo la especialidad de matrona y salud mental, el resto no están integradas de forma efectiva en el Servicio Murciano de Salud. A pesar de que cada año se forman profesionales a través del sistema EIR (Enfermero Interno Residente), una gran mayoría no puede ejercer en su especialidad por falta de reconocimiento institucional.
La FSS-CCOO Región de Murcia considera que esta situación es especialmente grave en contextos como la atención primaria, la atención pediátrica o el cuidado de personas mayores, donde la intervención enfermera especializada puede marcar la diferencia entre una atención básica y una atención verdaderamente integral. Las enfermeras especialistas en Familiar y Comunitaria, por ejemplo, están formadas para liderar estrategias de promoción de la salud, seguimiento de enfermedades crónicas y coordinación de cuidados domiciliarios. Sin embargo, en Murcia apenas se han creado plazas de esta especialidad, habiendo centros de salud que no cuentan con suerte con un especialista.
El problema no es falta de profesionales: Murcia cuenta con enfermeras con especialidad, muchas de ellas en situación de precariedad, contratadas en plazas genéricas o incluso sin poder ejercer su especialización. Tampoco es falta de necesidad: la presión sobre el sistema, las listas de espera, el envejecimiento de la población y la complejidad de los cuidados exigen perfiles especializados. El problema es de planificación y de voluntad política.
La Consejería de Salud no ha elaborado aún un plan de reconversión de plazas que permita adaptar la estructura del Servicio Murciano de Salud a la realidad del siglo XXI. Esto implica un doble perjuicio: se desaprovecha talento ya formado y se desincentiva el desarrollo profesional, al no ofrecer salidas reales para quienes se han especializado con esfuerzo y compromiso.
Reforzar las especialidades enfermeras no es un capricho ni una petición corporativa. Es una medida basada en evidencia, que mejora la calidad de la atención, reduce la sobrecarga médica, optimiza los recursos y potencia un modelo de salud más preventivo y comunitario.
CCOO insta a que la Región de Murcia apruebe urgentemente un calendario de implementación de especialidades enfermeras, que incluya la reconversión progresiva de plazas, la creación de unidades específicas, el reconocimiento económico y laboral, y la incorporación plena de estos perfiles al diseño de políticas sanitarias. No se trata sólo de mirar al futuro, sino de corregir una deuda presente.
En conclusión, la FSS-CCOO Región de Murcia considera que apostar por las especialidades de Enfermería no es solo una cuestión de justicia profesional. Es, sobre todo, una oportunidad para transformar el sistema sanitario murciano en un modelo más moderno, eficiente y centrado en las personas. Murcia no puede permitirse seguir mirando hacia otro lado. La salud de su ciudadanía y la dignidad de sus profesionales está en juego. La especialización enfermera debe dejar de ser una promesa incumplida y convertirse, al fin, en política pública real.
0