Lo peor que le puede pasar a una organización es convocar una Convención basada en el adversario político. Eso denota una falta de iniciativa propia preocupante. Más aún, prohibir la entrada a la autocrítica e imponer el pensamiento único es fruto del despotismo o la inmadurez. El resultado final siempre es el mismo: autocomplacencia, debilidad intelectual, cierre de filas en torno al presidente, y el 99% de los asistentes haciendo palmas a quien les ha puesto sueldo y cargo a costa del erario público.
Sería bueno que el partido popular aprovechara su cónclave para abrir puertas y ventanas, que se analizara por qué ha perdido las últimas elecciones, le ha ganado el PSOE por la izquierda y Vox por la derecha. Y sería bueno que entrara por la puerta grande la autocrítica, los grandes fallos, los despilfarros, la corrupción, las obras ostentosas que no han servido para nada, las políticas públicas que no han conseguido que Cáritas nos saque los colores con la pobreza, que el fracaso escolar siga golpeando nuestra educación o qué han hecho mal para que millones de peces muertos delatara nuestra inexistente política medio ambiental.
Pero me temo que el resultado de la Convención está escrito con dos meses de antelación. ‘Nosotros somos la hostia, somos buenísimos, altos, jóvenes y guapos, y representamos lo mejor de la sociedad murciana, y, si seguimos año tras año, lustro tras lustro y década tras década liderando los rankings de abandono escolar, precariedad y pobreza es por culpa de Pedro Sánchez y la herencia de Zapatero’.
Es una lástima que Ciudadanos no le haya hecho al PP murciano el gran favor del siglo XXI, que hubiera sido enviarlo a la oposición para su regeneración, para oxigenarse, para recomponerse, de modo que esta Convención sólo servirá para seguir acostumbrándose al olor a rancio, a alcanfor, a pasado. Lo mejor que le podría haber pasado al Partido Popular murciano, que es lo mismo que decir a la democracia en este rincón del Sureste español, hubiese sido iniciar su particular travesía por el desierto.
La única Convención o Congreso que interesa ya a los murcianos no será éste, sino el que va a celebrar Ciudadanos, donde seguramente se decidirá algo más que si Inés Arrimadas lleva a su partido a la desaparición. De momento, en Murcia el sector liderado por Miguel Sánchez, Miguel Garaulet (Francisco Igea y Juan Marín) y muchos otros llevará a su Congreso más representantes que el grupo liderado por el binomio Mario Gómez/Jerónimo Moya (Inés Arrimadas). Incluso podría ser que el cónclave naranja condicione el cónclave azul regional. La vida cambia de dirección cuando menos te lo esperas.
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