Denuncian erosión en los suelos adyacentes al Mar Menor
En muchos lugares del entorno del Mar Menor no se respetan las bases agronómicas ni medioambientales. Prácticas como la mala preparación de la tierra para los cultivos y el trazado de surcos en sentido de la pendiente, además de ignorancia sobre la capacidad de infiltración y de retención de agua, provocan que el suelo, un valioso recurso natural que debe protegerse, no solo se pierda sino que se convierta en un elemento contaminante más de las aguas del Mar Menor. Esto constituye, por lo tanto un doble delito medioambiental por parte de las empresas que las llevan a cabo.
El suelo es un recurso natural que hay que proteger, y así se recoge en varios instrumentos de protección de la naturaleza y el medioambiente, firmados por España, entre ellos la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, en los cuales se señala que la erosión del suelo provoca además de la desertificación de los territorios en los que incide, su degradación medioambiental y ecológica.
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África (CLD), fue aprobada el 17 de junio de 1994 en París, con el consenso de más de un centenar de países, y se abrió a la firma en octubre de ese año.
La CLD entró en vigor el 26 de diciembre de 1996, noventa días después de firmarse la 50ª ratificación. Fue firmada por España el 14 de octubre de 1994, se expidió el instrumento de ratificación en enero de 1996 y su texto fue publicado en el BOE nº 36 del 11 de febrero de 1997, por el que adquiere el rango de Tratado Internacional de obligado cumplimiento para nuestro país.
La protección de los suelos contra la erosión es un tema clave en este tratado, y como vemos en estas fotos y el vídeo, las empresas que ocasionan este desastre vulneran los principios del mismo y son responsables directas de la contaminación del Mar Menor y de la degradación del territorio en el que realizan las prácticas agrícolas de forma irresponsable.
