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Sabah Yacoubi (ATIM): “El discurso de la ultraderecha contra los menores inmigrantes no acompañados es inhumano, asqueroso”

Sabah Yacoubi, presidenta de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM)

Erena Calvo

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Feminista “desde la Universidad” y defensora de los derechos del colectivo inmigrante residente en España, Sabah Yacoubi llegó desde Fez -una de las Ciudades Imperiales de Marruecos- hace casi dos décadas. Vino a terminar sus estudios de Derecho (había cursado tres años ya en el reino alauí) y en este trayecto ha pasado por distintos empleos. “En fábricas de conservas, en las limpiezas, una confitería y de mediadora social”. Hace ahora un año que está vinculada a ATIM (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes), de la que es presidenta y abrió recientemente una delegación en la Región de Murcia. Este sábado han convocado una manifestación antirracista, a las 17.00 horas, en el Jardín de Floridablanca de la capital murciana, debido a lo que consideran un “incremento de los discursos de odio racista en la Región en los últimos meses, y un deterioro de la convivencia”

¿Crees que ha habido un incremento de los discursos racistas en la Región en los últimos meses? ¿En qué lo habéis constatado?

Es muy evidente, si vas por los barrios, por las calles, por los pueblos, por lugares como bares, y otros centros de encuentro, especialmente en aquellos territorios en los que Vox ha obtenido importantes resultados se percibe que existe un prejuicio muy negativo hacia las personas inmigrantes. Están muy 'crecidos'. Se atreven más que antes. Se escuchan frases racistas y xenófobas 'dichas al aire' o dichas a alguien de al lado, en voz alta: “Hay muchos moros y muchos negros en este pueblo”; “las (mujeres) del pañuelito nos quitan las becas de comedor”; “¿Ves a esa conduciendo un Mercedes? Se lo ha comprado con las ayudas que les dan”… “Nos quitan las ayudas sociales”; “nos han quitado el jamón del menú del comedor”, y otros muchos disparates y mentiras que se lanzan como veneno desde algunas 'fábricas de noticias falsas' que abonan el crecimiento de la extrema derecha. Y que muchas personas, de forma irresponsable e inconsciente repiten como papagayos sin medir las consecuencias de propagar tales mentiras, incluso a sabiendas, malmetiendo.

¿A qué lo atribuís?

Hay un trabajo muy intenso por parte de diversos centros de 'creación de opinión' vinculados a la extrema derecha, que se encargan de envenenar de odio las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram) y también se envían fotos manipuladas, fake news (noticias falsas), vídeos fuera de contexto o manipulados, etc. Todo ello tiene antecedentes en lo que se ha venido haciendo años atrás en diversos países europeos por parte de las organizaciones racistas, xenófobas e islamófobas.

Son la versión del siglo XXI de los movimientos neonazis y neofascistas del siglo XX. Buscan un 'chivo expiatorio' a quienes culpan de todos los males, y lanzan contra ese grupo a todos los sectores sociales que se dejan, como forma de descargar las frustraciones. Se basan en el esquema: Sé fuerte con el débil, y débil con el fuerte. No es nada nuevo. Así llegaron al poder Hitler y Mussolini. No cuestionan las causas de los problemas. Descargan cobardemente la frustración en los débiles.

Habláis de retroceso en la sanidad pública y el bloqueo de iniciativas de defensa del derecho de las personas… ¿Podrías dar algún ejemplo concreto?

En la Comunidad de Madrid, gobernada, como aquí, por PP y Cs con apoyo de Vox, se ha eliminado el derecho al acceso universal a la sanidad pública. Sienta un precedente muy preocupante, por la tentación a aplicarlo en otras comunidades con la misma composición de gobierno.

Estamos viendo en estos días cómo se han saboteado, por parte de Vox, declaraciones institucionales sobre violencia machista y los derechos de las mujeres a la integridad y a la vida. Y algunos grupos políticos parece que no tienen muy claro lo del cordón sanitario para no seguir alimentando al monstruo. Lo más reciente ha sido cómo se ha impedido una declaración unánime institucional en la Asamblea sobre los derechos de la infancia. Tremendo.

Y si descendemos a nivel municipal, en Murcia hemos visto cómo se regalan presidencias de Juntas Vecinales a Vox, y lo primero que hacen es retirar una pancarta sobre violencia machista. Es su prioridad.

¿Ha habido un deterioro de la convivencia?

Sí. Ahora más que antes gente se mira de reojo, con desconfianza, incluso con temor.

¿También habéis registrado agresiones racistas? ¿De qué tipo?

Lo más extendido son los insultos, como agresiones verbales. Algunos estragos en establecimientos, pintadas racistas, e islamófobas. Especial importancia tienen los patios de los colegios y los institutos, en los que hay que mimar mucho la convivencia. Y los menores, muchas veces sólo repiten lo que escuchan o lo que ven en casa.

¿Qué opinas del discurso de la ultraderecha contra los menores inmigrantes no acompañados?

Inhumano. Asqueroso. Se trata de niños y niñas que necesitan precisamente acompañamiento para sobrevivir y para vivir. Así habrá integración. De lo contrario los estás empujando a la marginación social, con todos los riesgos que eso conlleva.

¿Qué organizaciones están convocadas para la manifestación del sábado?

Primero decir que esta iniciativa abierta fue promovida por ATIM y La Binza ante lo preocupante del panorama de ascenso y normalización de la extrema derecha, en los medios de difusión, en las instituciones y nuestras vidas cotidianas. Nos inspiramos en otras iniciativas recientes de ciudades como Madrid.

Nos hemos dirigido a todas las organizaciones que hemos podido, pero se trata de una convocatoria abierta, con vocación de 'autoconvocatoria', solo que alguien tenía que dar el primer paso. Y seguiremos trabajando con el horizonte puesto en el 21 de marzo, Día Internacional Contra el Racismo de Naciones Unidas.

Hasta ahora, estamos colaborando con sindicatos como OTRAS, CCOO, UGT, Intersindical; colectivos como la Plataforma Pro-Soterramiento, Yayoflautas, FAI (Frente Antiimperialista e Internacionalista) NO + Precariedad, La Binza, Antonete Vive, Puente Sur, Convivir Sin Racismo, FAAM (Federación de Asociaciones Africanas en Murcia), MurciaSUR News, BDS. También están apoyando Juventudes Socialistas, PSOE, Jóvenes IU, Izquierda Unida-Verdes, Rebeldía, Podemos, República en Marcha, Revolución Ciudadana... y siguen sumándose entidades diversas.

¿Qué acciones se podrían poner en marcha para fomentar la buena convivencia?

Es importante facilitar la mezcla, la relación entre personas vecinas que se conocen poco o no se conocen, empezando por la convivencia en los centros de estudio, y siguiendo por los centros de trabajo, de vida y de ocio.

Las llamadas 'fobias' se alimentan de una mezcla de 'miedo' y 'odio'. En muchos casos vienen de prejuicios no fundamentados, por desconocimiento y por falta de contacto, de mezcla.

Convivir es algo más que coexistir. Se puede coexistir en espacios cercanos: Tal comunidad de personas vive en un barrio, tiene sus costumbres, sus creencias, sus comidas, sus bailes, sus músicas, sus carnavales, sus celebraciones... pero no se comparte todo eso con otras personas vecinas. Es decir, no se convive. Para que haya buena convivencia, primero tiene que haber convivencia. Más allá de la coexistencia. Un hecho histórico, a reflexionar, es el caso del pueblo gitano, presente desde hace muchos siglos en esta sociedad.

Se puede empezar por saludarse, echarse una mano,… lo que se llama buena vecindad. Una sonrisa abre muchas puertas, una mano tendida, también.

¿Y a otros niveles?

A otros niveles, llama mucho la atención cómo hay pueblos donde hay presencia (y vecindad) abrumadora, desde hace más de 20 años, de personas de diversas procedencias y etnias, y en cambio, hay poca participación en directivas de asociaciones de madres y padres, asociaciones de vecinos, sindicatos, organizaciones empresariales… por no hablar ya de la casi nula presencia en listas a elecciones municipales, autonómicas, generales y europeas, a pesar de que hay muchísimas personas nacionalizadas, desde hace muchos años.

O incluso mucha gente joven y muy preparada, que han crecido aquí. Aumentar esa participación ayudaría mucho a normalizar la multiculturalidad y la diversidad crecientes de nuestra sociedad. Y facilitaría, en buena medida, todo lo demás, incluida la convivencia.

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