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Navarra apuesta por ser “muy prudente” en la desescalada para no cometer los errores de las dos primeras olas

La presidenta de Navarra María Chivite, este viernes

Rodrigo Saiz

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Navarra no quiere repetir los errores de la desescalada de la primera ola de la pandemia que la llevaron a ser la comunidad con mayor incidencia acumulada del país durante los meses de octubre y noviembre, llegando a superar los 1.300 casos por 100.000 habitantes en 14 días. Por ello, prefiere apostar por la “prudencia” que ya aplicó en el periodo navideño. Entonces, en Nochevieja mantuvo el toque de queda de 23:00 a 6:00 y restringió las entradas y salidas de la comunidad, a diferencia del resto de territorios que permitieron reagrupamientos familiares. Mantener estas restricciones en fin de año le sirvió para ser de las comunidades con los mejores indicadores en la tercera ola, tanto en contagios como en presión hospitalaria y fallecimientos, si bien el permitir las comidas y cenas de varias familias no convivientes llevó a los hospitales a cierto nivel de estrés que podría haber sido “evitable”, como reconocieron después los responsables sanitarios.

Esta semana el Gobierno de María Chivite ha anunciado que prorroga otros 15 días, hasta el 25 de febrero, las medidas aprobadas en enero para contener el crecimiento de los casos tras la Navidad. A diferencia de otras comunidades, que han apostado por flexibilizar las restricciones, en Navarra los interiores de la hostelería continúan cerrados, solo se puede consumir en terrazas hasta las 21:00, las reuniones continúan estando limitadas a 4 personas en el ámbito público y a convivientes en el privado y se mantiene la prohibición de fumar en la calle si se está en movimiento.

“Vamos a ser muy prudentes en la desescalada, muy, muy lentos, en la desescalada para no tener que dar pasos atrás”, señalaba este viernes la presidenta de Navarra, María Chivite, dejando clara cuál es la apuesta de su Ejecutivo para las próximas semanas. Este jueves apuntaba también que la comunidad foral “aún” no podía desescalar, al ser preguntada por si levantaría algunas de las restricciones durante la Semana Santa.

La presidenta de Navarra ha señalado que así se les trasladó a las autonomías en el último consejo interterritorial de Salud, que se debía ser “prudente” y mantener las restricciones hasta que se consoliden más los datos. En la comunidad foral los contagios llevan bajando más de una semana, y este viernes se ha pasado al nivel tres de alerta tras varias semanas en el cuatro, después de registrar un descenso en la ocupación hospitalaria. De hecho, la propia presidenta le ofreció hace unos días a su homóloga de La Rioja, Concha Andreu, la posibilidad de trasladar pacientes con COVID-19 riojanos a los hospitales de Navarra, más liberados.

El Departamento de Salud quiere esperar otros 15 días para que la incidencia acumulada en los últimos 14 días, ahora situada en los 362 casos, continúe bajando hasta niveles de menor riesgo. Será entonces cuando se valore si volver a reabrir los interiores de la hostelería y flexibilizar algunas de las otras medidas, conscientes de que hacerlo “conlleva un mayor riesgo a un nuevo incremento de los contagios”, tal y como apuntó la consejera de Salud, Santos Induráin, el jueves en el Parlamento foral.

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