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Opinión - Noticias que no interesan. Por Esther Palomera

Menos personal y presupuesto en las bibliotecas públicas

Estudiantes en una biblioteca.

Celia Bustamante

Los bibliotecarios navarros se suman al colectivo de funcionarios que hacen que el servicio público funcione, pese a las malas condiciones, sobre todo, respecto al personal. Denuncian bajas que no se cubren, incluso reducciones de jornada, que son un aspecto previsible, que motivan que algunas bibliotecas tengan que reducir su horario de apertura porque no cuentan con personal que cubra la otra mitad de la jornada. Desde la Asociación de Bibliotecarios de Navarra aseguran que las bibliotecas públicas están llenas de “bibliotecarios sobrecargados y sobrepasados que se abochornan por no poder hacer su trabajo con la dignidad que quisieran y que han de dar la cara ante unos usuarios de biblioteca, los suyos, que protestan con toda la razón”.

Desde hace más de una semana la biblioteca de Castejón está cerrada porque el responsable está de baja, y no se ha contratado a un sustituto. Así lo denuncia Asun Maestro, presidenta de la Asociación de Bibliotecarios de Navarra que asegura que los bibliotecarios se deben a sus usuarios, que en muchos casos son sus propios vecinos, y trabajan más horas de las que les correponden o realizando funciones que no les competen por prestar un buen servicio en su barrio. Pero además de estas bajas que no se cubren, denuncian, por ejemplo, la reducción de plantilla en la Biblioteca General de Navarra. Aseguran que ahora están atendiendo al público 3 personas menos de las que lo hacían en la antigua ubicación, en la plaza San Francisco, pese a que el edificio es mucho mayor y también es mayor el número de salas que atender.

Esto es precisamente lo que se está dando en las bibliotecas atendidas por una o dos personas, que son más del 80% del total de bibliotecas de la Comunidad Foral. Edificios que abren sus puertas, pero se ven obligados a mantener salas cerradas porque no disponen de personal que se encargue de los servicios que se prestan en ellas. Esto es lo que ha pasado recientemente en la bilbioteca de Ansoáin y San Jorge, que han tenido que cerrar parcialmente porque no tenían plantilla para funcionar con normalidad.

Desde la asociación ven con preocupación la privatización de servicios que dependían de la Red de Bibliotecas, como la antigua biblioteca general en la plaza San Francisco o la sala infantil de la Biblioteca General de Navarra que, según la asociación, están siendo gestionadas por empresas privadas en coordinación con el personal dependiente de la administración. Estas privatizaciones, junto con la ausencia de oposiciones, genera inestabilidad entre la plantilla que se ve obligada a coordinarse, al margen de sus funciones, para que las bibliotecas puedan seguir abiertas con normalidad.

Nuevas adquisiciones

La otra gran denuncia del personal de las bibliotecas públicas es la reducción de presupuesto para nuevas adquisiciones. Desde 2013, según la asociación de bibliotecarios se destinan 50.000 euros al año para la compra de nuevos materiales en la Biblioteca General y otros 50.000 para el resto de la Red de Bibliotecas de Navarra. En 2008, se destinaban 187.000 euros para la biblioteca de Mendebaldea y 900.000 para el resto de Navarra. Una reducción del presupuesto de más del 90% que motiva la queja de los profesionales que ven mermar la calidad del servicio que prestan.

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