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El juicio por la expulsión de Mantecón muestra las costuras de Ganemos

Julián de Fabián, fundador de Ganemos, declarando en el juicio. | LARO GARCÍA

Laro García

El juicio en el que se debe dirimir si hubo vulneración de los derechos fundamentales del concejal de Santander Antonio Mantecón tras ser expulsado de Ganemos, un partido instrumental en el que no militaba y que únicamente prestó la marca para concurrir a las elecciones municipales de 2015, ha dejado más preguntas que respuestas después de casi cinco horas de vista oral.

A pesar de los testimonios de los múltiples testigos llamados a declarar por ambas partes, la cuestión fundamental, si Ganemos siguió un procedimiento legal y garantista en la tramitación del expediente disciplinario en el que se decidió expulsar a Mantecón, ha pasado casi de puntillas a lo largo de todo el juicio, en el que no se ha aclarado si esta formación política tenía potestad para actuar así contra un cargo electo o si este hecho suponía su expulsión del grupo municipal, como interpretó el Consistorio y aplicó de forma inmediata.

Sin embargo, las declaraciones de algunos testigos, como la también edil Tatiana Yáñez, con quien Mantecón compartió candidatura, o el fundador de Ganemos, Julián de Fabián, que instruyó el proceso que provocó la demanda, han estado plagados de evasivas, respuestas contradictorias y acusaciones que no han podido sostener con pruebas, y que incluso han llegado a apuntar posibles delitos como amenazas, coacciones o daños que no se han denunciado ante la justicia hasta el momento.

En una vista muy accidentada, con enfrentamientos constantes entre las partes y llamadas al orden de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Santander, se ha hablado más de temas colaterales como las posibles causas que motivaron supuestamente la expulsión del actual concejal no adscrito que del fondo del asunto, algo que ha quedado aún más evidencia después de que el Ministerio Fiscal rechazara interrogar al propio Mantecón, que no ha tenido oportunidad de explicar su versión de los hechos.

Lo que sí ha quedado claro tras la declaración de Julián de Fabián como máximo dirigente de Ganemos a nivel nacional o de Ángel Luis Conejo como representante legal del partido es que esta formación política no tiene afiliados ni militantes en Cantabria ni dispone de estructura ni organización interna y que su única vinculación con la candidatura que encabezó Mantecón fue a través de Santander Sí Puede, que no pudo formalizarse como partido antes de las elecciones y llegó a un acuerdo para utilizar la marca como paraguas legal con el que concurrir a los comicios.

A partir de ahí, las versiones son divergentes: mientras la parte demandada acusa a Mantecón de incumplir el Código Ético de Ganemos y asegura que todos los cargos electos estaban sometidos a la fiscalización de Julián de Fabián y su gente -una tesis que ha mantenido Tatiana Yáñez, por ejemplo-, Mantecón y sus compañeros Roberto Mazorra, Susana Ruiz o José Gabriel Lastra han defendido que no se pactó ninguna contraprestación por el uso de la marca Ganemos, que no existían esas “directrices éticas” y que la autonomía del grupo municipal era “absoluta”.

Transparencia y coordinación

En sus intervenciones, otros testigos como el teniente alcalde de Santander y portavoz municipal del PP, César Díaz; el concejal y líder del PSOE en la ciudad, Pedro Casares; el interventor municipal, Ignacio Gómez, o el secretario general del pleno, José María Menéndez, han confirmado que no les constaba “ninguna acción ilegal o irregular” por parte de Mantecón, uno de los argumentos de Ganemos para provocar su expulsión y limitar sus derechos políticos en el Ayuntamiento al dejarlo como edil no adscrito.

De hecho, el interventor ha certificado que Mantecón fue “absolutamente transparente” e “informó en todo momento” en relación a la cuenta bancaria que se abrió para recibir las aportaciones que correspondían al grupo mixto cuando estaba integrado en él, una cuenta en la que nunca llegó a haber dinero ni a producirse ningún movimiento y que sin embargo ha sido objeto de la polémica porque tanto Fabián como Yáñez han utilizado para insinuar presuntos desvíos de fondos públicos y que han llegado a calificar como “una técnica análoga a la que se emplea en el blanqueo de capitales”.

“Ni Ganemos ni ninguna organización aceptaría que ningún cargo electo se monte su propio chiringuito y desvíe hacia allá la voluntad popular. En sí mismo es motivo más que suficiente para la expulsión”, ha reiterado Fabián sobre la creación de Santander Sí Puede, otra de las causas que alegan desde el partido instrumental para justificar su actuación, a pesar de que esta agrupación política ya existía a falta de registro en el Ministerio del Interior cuando se pactó con Ganemos concurrir a las elecciones.

También el fundador de Ganemos ha acusado a Mantecón de “montar pollos ante la prensa”, “manejar a su antojo las asambleas locales utilizando a sus familiares”, “manipular a la opinión pública con mentiras” o “actuar con gravísima deslealtad”, hechos que, en su opinión, “han quedado sobradamente probados” en el expediente que instruyó, que no incluía pruebas fehacientes de tales acciones como él mismo ha reconocido y ante el que el concejal sancionado presentó “abundantes alegaciones”.

El abogado de Mantecón ha tratado de demostrar cómo el expediente se tuvo paralizado durante meses, y que solo se tomó la decisión de expulsarlo del partido cuando se constituyó el grupo municipal Ganemos Santander Sí Puede, dejando a Yáñez como único miembro, con todas las atribuciones económicas y políticas, ejerciendo de portavoz y disponiendo de todos los recursos disponibles.

Finalmente, dada la duración de la sesión oral, el juicio ni siquiera ha quedado visto para sentencia puesto que la jueza ha permitido, con carácter excepcional, y a petición del abogado de Mantecón, que las partes presenten sus conclusiones por escrito.

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