Inversión en infraestructuras: Más para el empleo, menos para los seis gigantes
Es indudable el papel central de las infraestructuras como cordón umbilical de la economía, tanto por su peso en inversión como por su papel performativo de las conexiones comerciales.
En este momento constituyente que vivimos, poco se ha escrito sobre este asunto fundamental. Sin embargo, España adolece de enormes asimetrías en el sector. Me detengo hoy en estas lineas en la que es quizá una de las disonancias más evidentes, a saber: en España el 83,9% del transporte de mercancías se realiza por carretera, mientras que el ferrocarril solo ejecuta un 4% de los transportes, muy lejos del 28% de Alemania o el 16% de Francia.
Un observador ajeno a nuestra geografía podría apuntar que esto se debe a la complejidad del entramado de conexiones de entrada y salida de las mercancías de un país con extensas fronteras terrestres. No obstante, nuestro país es un ejemplo precisamente de lo contrario: escasas fronteras terrestres y concentración de los puntos de entrada y salida de mercancías. Así, el 85% de las importaciones y el 60% exportaciones pasan por nuestros puertos, es decir, tienen un punto fijo de origen y destino. Si descartamos el comercio con la UE, hablamos del 96% del comercio exterior.
También en lo que respecta a la infraestructura de alta velocidad nos hallamos lejos de los estándares internacionales. En este sentido, un estudio reciente de Fedea apuntaba que España es actualmente el país que cuenta con más kilómetros de AVE por habitante en el mundo, al tiempo que es el que tiene menos pasajeros por kilómetro.
Y aún más lejos de los estándares internacionales se encuentra la insólita desconexión del puerto de Algeciras (uno de los más importantes del mundo) del ferrocarril de mercancías.
En este contexto, nuestro Gobierno paradójicamente distribuye los recursos escasos del presupuesto del Grupo Fomento para 2016 (10.129 millones de euros) asignando la parte del león al desarrollo de la alta velocidad, y destinando apenas un 10% a puertos y un 6% a vivienda.
Esta cifra de cuatro ceros coincide con los estimados 11.736 millones de euros que facturan las 6 grandes constructoras ACS , ACCIONA, FCC, Ferrovial, Sacyr y OHL en España, según nos recordaba hace un año EuropaPress.
Cualquier observador imparcial y cualquier estudiante de ingeniería de primero de carrera se haría las mismas preguntas ante tal incapacidad planificadora de la ministra Pastor: ¿Por qué no conectar el puerto de Algeciras con Francia por ferrocarril? ¿Para qué incrementar la distancia con los estándares en km/habitante de vía de alta velocidad? ¿Por qué no invertir en rehabilitación de viviendas para capilarizar las inversiones e impulsar y arraigar el golpeado sector de la construcción de viviendas en lugar de apostar por las megainfraestructuras -el Plan de Transición Energética de Podemos calcula 400 mil empleos en el primer año-?
Quizá los apellidos protagonistas de la transición de 1978 que jalonan los consejos de administración de Acciona -Entrecanales Franco-, Ferrovial -del Pino Calvo-Sotelo-, OHL -Villar Mir, que fue Ministro de Hacienda y Vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos entre el 12 de diciembre de 1975 y el 5 de julio de 1976- y otras compañías expliquen parte de la paradoja.
Como vemos, estas cuestiones, así como la revisión de privatizaciones como la de AENA o expolios como los de las autopistas, que abordaremos en otra ocasión, conforman tareas pendientes para el sector para esta España que se actualiza.
Tic Tac.
