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Por un puñado de dólares

Miquel Iceta

Sergi Sol i Bros

Jaume Collboni le soltó a Ernest Maragall que no cuente con él para su investidura o Gobierno en la capital de Catalunya. La pieza más preciada del Reyno. Barcelona es poderosa, Barcelona tiene poder. Tampoco es que Maragall se lo hubiera pedido, ni por activa ni por pasiva. Por contra, esa misma Declaración no se la hemos oído a Iceta con la misma rotundidad, en ningún caso, sobre el candidato de esa derecha rancia que espolea los comandos del cúter y el pasamontañas. Es decir, el paracaidista Valls y sus consortes de Ciudadanos.

Además Collboni lo proclama a los cuatro vientos, justo cuando el PSC y el PSOE exigían a los republicanos que den su apoyo Iceta para que pueda estar en el Senado y presidirlo. Como el capataz a sus jornaleros. El único argumento hasta la fecha ha sido que Iceta es catalán. Catalán, por lo menos de ancestros, también es Valls. Menudo argumento el de ser catalán, como menudo argumento sería el de ser español. Semejante chorrada, que tiene algo de casposa, es de una pobreza política e intelectual que ralla el patriotismo chusquero. Para que luego digan de los posconvergentes.

Esta misma semana, el bueno de Iceta siguió haciendo puntos y en una entrevista con Ana Rosa Quintana soltó que él no se abstendría en una votación del 155 como hizo Montilla, que a él no temblaría el pulso. Vamos, que Iceta es un machote y no tiene esas debilidades sentimentales que llevaron a Montilla a no votar la suspensión de la autonomía junto a Ciudadanos y PP. Claro que Iceta ya ha dado muestras de su lealtad. Algunos parecen no recordar que Iceta -que en 1982 ya estaba con Felipe González en el Gobierno de España- protagonizó una célebre anécdota. Cuando Maragall sacó el Estatut del Parlament y lo mandó a Madrid a negociar (con Carod, Mas, Saura y Manuela de Madre de escuderos del texto votado en el Parlament) se encontraron con una enorme sorpresa, puesto que en el otro lado de la mesa estaba Miquel Iceta, pasando el cepillo junto a Alfonso Guerra. Puigcercós (entonces diputado en Madrid) no salía de su asombro, y aún suele recordar como se quedó pasmado puesto que una semana antes el mismo Iceta había votado el Estatut junto a él en el Parlament.

Iceta es un hombre muy flexible como ha demostrado no pocas veces. También un hombre astuto. Si fuera marinero tal vez tampoco hubiera llegado a Ítaca como pretendía Mas pero seguro que habría entrado con una sonrisa en bahía de acogedor puerto, cualquiera donde le pudieran llevar los elementos, viento en popa a toda vela.

Iceta ha puesto el grito en el cielo. Parecía santiguarse como si de un pecado se tratara puesto que ERC no le va a facilitar su deseo de ser Presidente de Senado. Pero se antoja difícil entender por qué Iceta y antes Pedro menospreciaron a ERC como colofón al resultado electoral. Jamás se muerde la mano que te puede dar de comer. O es la arrogancia de quien mira a sus convencinos por arriba del hombro. O sencillamente estamos en periodo electoral y lo que sea por un buen puñado de votos. Como ya ocurrió con los Presupuestos, ¿no se busca la excusa para cargar sobre ERC el mochuelo de la intransigencia y quedar así la mar de bien ante su electorado más voluble a las críticas de la derecha ante los pactos secretos con los golpistas?

¿En serio Miquel Iceta quería realizar su sueño con la bendición de ERC? Pues menuda arrogancia el tipo, con esos aspavientos tan teatrales, denunciando que se pisotean derechos y bla bla bla. Oiga, que hay unos señores, a los que usted pide su voto, en la cárcel desde hace 18 meses. Oiga, que ayer mismo la cárcel de Soto del Real (Ministerio de Justicia) denegó a Oriol Junqueras participar en un debate electoral. Puede estar molesto por el fiasco de su nombramiento. Lógico. E incluso puede ser discutible. Pero en su caso no se ha producido atropello a derecho fundamental alguno. Parece ver Iceta la paja en el ojo del vecino. Y tal vez sea así. Pero se muestra incapaz de ver la viga en ojo propio. Por cierto, que ERC ya tiene un candidato a la presidencia del Senado: Raül Romeva. Está preso. Y pese a eso fue el senador con más apoyo de toda España. Elegido por votación popular. Amigo Iceta, vamos a ver cómo se portan con Romeva. Pero no me cabe duda alguna de que Romeva no sólo no podrá ejercer sus derechos como electo con plenitud sino que le van a privar de ellos en un tiempo récord. ¡Hay que joderse! Pobre Miquel, qué gran desgracia le ha ocurrido, como se pasan los de ERC.

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