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El caballero sin espada II

Ignacio Gómez-Acebo

Los resultados de audiencia, las quejas de los espectadores y la pobre puesta en escena que RTVE lleva a cabo en Río 2016 confirman que el modelo actual de la radio, televisión y web públicas del estado está agotado. Perder la oportunidad de unos Juegos Olímpicos para poner en valor la necesidad de unos medios públicos a la altura de las necesidades de sus ciudadanos demuestra cómo la actual cúpula de RTVE está muy lejos de cumplir con la misión que la sociedad, a través del parlamento, les tiene encomendada. Parece ser que opina lo mismo el presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que prefiere el modelo de la BBC, la SEPI propietaria de la empresa y la CNMC también controlada por el partido del Gobierno. Me congratulo con este cambio. Más vale tarde que nunca.

La relación de RTVE con los poderes debe estar clara. Respeto a la Constitución y las leyes e independencia de esos poderes. Respecto al Jefe del Estado, RTVE debe informar y difundir sus actividades, esenciales para nuestro sistema constitucional, como garante del cumplimiento de la Constitución y los deberes que le encomienda. A menudo observamos cómo los presidentes del Gobierno actúan como si fueran presidentes del Estado y olvidan que ese rango le corresponde al rey. Si algún partido no está cómodo con el sistema que proponga su cambio, pero que no lo pervierta en su propio beneficio. El rey es el jefe del Estado y RTVE debe respetar su posición en cualquier momento y circunstancia. En muchas ocasiones esto no es así.

La Constitución establece una división de los poderes del Estado con independencia entre ellos. Legislativo, ejecutivo y judicial. Importantísima es la relación de RTVE con el poder legislativo. La soberanía nacional reside en el pueblo español que la expresa a través de sus representantes en Las Cortes. A menudo y dada nuestra historia de bipartidismo, el Parlamento ha ocupado una posición secundaria pues el Ejecutivo, una vez más controlado por partidos con democracia interna muy débil y con líderes “caudillistas”, han obviado la importancia vital de un respeto escrupuloso hacia los representantes de los ciudadanos.

RTVE tiene el deber, en la situación actual, de girar absolutamente el foco de su atención y dirigirlo al Congreso y Senado. La2 o el 24 horas deben dejar de ser una continua repetición de noticias, que no se actualizan, para ser la voz del Parlamento, su diversidad y pluralidad. Directo puro y duro.

La relación con el Ejecutivo también debe dar un giro de 180 grados. El partidismo actual debe cambiar hacia un escrupuloso respeto al Gobierno sin olvidar que la función de los partidos en la oposición en una democracia avanzada es aún más importante que la del gobierno pues controla a este. Los gobiernos deben quitar sus manos de los medios públicos para que estos recuperen el aprecio, respeto y credibilidad de los ciudadanos. Los órganos de dirección de RTVE deben surgir de un amplio acuerdo y consenso parlamentario y el control de la actuación de estos órganos también tiene que ser ejercida directamente en sede parlamentaria. Presidente independiente y profesional con una gestión transparente y con un control real por los representantes de sus ciudadanos.

Los ciudadanos también pueden ejercer este control de forma directa a través del Defensor del Espectador, que debe actuar de forma independiente también de los órganos de gestión de la Corporación y dejar de ser correa de transmisión de los mismos.

El poder judicial es el gran olvidado por los medios. Es urgentísimo que pase a un primer plano en el interés de los medios públicos. Un Estado democrático tiene la obligación de que sus ciudadanos conozcan la justicia y sus mecanismos para que esta sea realmente útil a la sociedad. También debe recuperar el respeto de los ciudadanos. Los medios públicos son básicos en la difusión de la verdadera utilidad de la justicia.

RTVE debe tener una especial relación con las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos como parte fundamental del Estado. Es urgente que RTVE cumpla con su misión vertebradora de un estado diverso y plural. Propongo que RTVE ponga en marcha, al igual que la ARD alemana, un canal que emita producciones de las diferentes comunidades autónomas y sus medios públicos para todo el Estado. De esta forma podríamos conseguir un mejor conocimiento de todos nosotros. RTVE y los medios públicos de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos deben cooperar para conseguir una mejor gestión de los recursos públicos. Deben compartir medios, negociar compras de derechos de forma coordinada y repartirse el cumplimiento de la misión que cada uno de ellos tiene encomendada de forma eficiente evitando duplicidades y competir innecesariamente.

Finalmente, RTVE tiene una misión especial en la divulgación de nuestra posición internacional como país muy especialmente como miembros de la Unión Europea y euro. La falta de un conocimiento profundo por parte de los ciudadanos sobre la importancia de nuestra presencia en estas organizaciones es vital. Igualmente RTVE debe ser impulsor de las relaciones exteriores de España en América, en toda América, norte de África y Asia y ser vehículo de conocimiento de lo español en el mundo.

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