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Cosas que se me ocurren cuando habláis despectivamente de los “escritores millennial”

Libro

Luna Miguel

1/ Decir que un escritor con 20.000 seguidores en la red social de turno tiene que ser forzosamente malo -y que si interesa a la industria editorial es sólo por la cantidad de potenciales clientes que hay entre sus likes- es casi como atreverse a decir que un escritor con una columna semanal en el periódico de turno es irremediablemente malo -porque si interesa a la industria editorial, es sólo por la cantidad de potenciales clientes que hay entre los lectores de tal medio-. En verdad, las dos cosas podrían resultar más que ciertas, con la salvedad de que al primero le acusaremos de estar matando a la literatura y al segundo le coronaremos en la lista de “lo mejor del año”.

2/ Caso A: 'Prestigioso Premio Literario' de 'Una Gran Casa Editorial' es entregado a un escritor de culto que ha rebajado su nivel para llegar al público 'mainstream' con una 'novelita' sencilla de amor. Caso B: 'Prestigioso Premio Literario' de 'Otra Gran Casa Editorial' es entregado a una escritora que ya llegaba al público 'mainstream' pero que quiere ganar otro tipo de prestigio con una 'novelita' sencilla de amor. Adivinen contra quién se publicarán los artículos más incendiarios. Adivinen en cuál de los dos casos las reseñas irán acompañadas de alusiones a la vida personal, al físico, al tipo de fotografías que sube a Instagram o al simple hecho de ser, ay, 'millennial'.

3/ Guía para publicar tu reportaje sobre “escritores millennial que sobreponen la cantidad a la calidad”: A) Empieza mencionando a alguien grande, a alguien tocho. A ser posible, empieza con una cita de un Premio Nobel para demostrar así cuánta distancia hay entre los 'Jovenzuelos de Instagram' de los que vas a hablar y los inamovibles 'Señores del Canon' que definen tu idea de gran literatura. B) Habla de cifras. Sólo de cifras. Ni te molestes en comentar el contenido de los libros que esos 'jovenzuelos' han escrito. C) Utiliza como fuentes a otros escritores. Procura que le echen bien de mierda a los protagonistas de tu reportaje, porque estamos hablando de la decadencia de la literatura contemporánea, pero en este artículo sí que nos vamos a permitir rebajarnos al barro. D) Ni se te ocurra pillarte los dedos analizando las tácticas de las editoriales. E) Ilustra tu reportaje con fotografías de escritoras jóvenes, aunque ni siquiera las hayas mencionado en tu texto, y no dejes pasar así la oportunidad de que tus comentaristas les recuerden que “si lo que quieren es fama, que no escriban, que se dediquen al porno”.

4/ Artículos de tal periodista o suplemento literario para hablar del “terrorífico fenómeno de los instapoetas” desde 2015: media docena. Artículos del mismo periodista o suplemento literario para hablar de cualquier otro libro de poemas/poeta/fenómeno dentro de la edición de poesía desde 2015: cero.

5/ Ojo. Tampoco quiero que esto sirva para alabar obras, estilos y sentimientos que la mayoría de las veces no me interesan como lectora. Pero puestos a analizar el momento, abramos el foco. Aprovechemos para dar luz a aquellas propuestas que quedan eternamente marginadas. Ya sé que es muy tarde para cambiar las reglas de este estúpido juego. Y supongo que ya lo dijo todo Marianne Moore en este poema titulado 'La Poesía'. Me quedo con eso:

“A mí también me desagrada.

Sin embargo, al leerla con perfecto desprecio,

se descubre en ella, después de todo,

un sitio para lo genuino“.

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