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El espejismo del sorpaso

Albert Rivera y Pablo Iglesias. EFE /Emilio Naranjo

Javier Pérez Royo

'Sorpaso' es un término que goza de un inmerecido prestigio. La evidencia empírica de que disponemos certifica que cada vez que se invoca la posibilidad de un sorpaso, no se acaba produciendo. El primero y más famoso, de donde viene el término, fue el del Partido Comunista Italiano en la década de los setenta y primeros años de los ochenta. Durante casi toda una década se estuvo calculando el momento en que se produciría el sorpaso, que nunca se materializó. El PCI nunca consiguió adelantar electoralmente a la DC.

El término, sin embargo, hizo fortuna y en España, sobre todo, se ha venido haciendo uso del mismo hasta nuestros días, a pesar de que el éxito cosechado por todas las operaciones que han invocado el sorpaso ha brillado por su ausencia.

Fue Julio Anguita al frente de IU en los años noventa del siglo pasado el que calificó como sorpaso la operación de adelantar electoralmente el PSOE y sustituirlo como referente de la izquierda española. Aunque en las elecciones municipales de 1995 y en las generales de 1996 IU experimentó un crecimiento notable respecto de las anteriores, todavía quedó a una distancia muy considerable del PSOE. Sí consiguió que se produjera el sorpaso del PP, que conseguiría alcanzar por primera vez el Gobierno de la Nación en 1996. Con José María Aznar en La Moncloa, IU retrocedería electoralmente de manera significativa. Para el PP fue un gran negocio. Para IU fue una catástrofe.

Con la erosión del bipartidismo a partir de las elecciones europeas de 2014, el término sorpaso ha sido recuperado, por Podemos en un primer momento y por Ciudadanos en otro momento posterior.

Las elecciones del 20 de diciembre de 2015, y las del 26 de junio de 2016, estuvieron presididas por la posibilidad de que Podemos adelantara al PSOE y se convirtiera en el primer partido de la izquierda española. En realidad, si se repitieron las elecciones ante la imposibilidad de que el Congreso de los Diputados resultante de las elecciones de diciembre de 2015 invistiera a un Presidente del Gobierno fue porque Podemos se negó a abstenerse para que Pedro Sánchez pudiera ser investido. La expectativa del sorpaso en la obligada convocatoria electoral posterior es lo que estuvo detrás de la decisión de Pablo Iglesias.

Nuevamente sería el PP, presidido por Mariano Rajoy, el beneficiario de la operación. Aunque no volvería a los registros de la época dorada del bipartidismo, sí se recuperaría electoralmente, distanciándose de manera apreciable de todos los demás partidos. Mariano Rajoy sería investido presidente, aunque para ello fuera necesario la abstención del PSOE con Pedro Sánchez fuera de la Secretaría General.

Tras el fracaso de Podemos, sería Ciudadanos el que se plantearía la operación sorpaso en el terreno electoral de la derecha. Tras la intensificación del desgaste del PP durante la legislatura iniciada en junio de 2016, que acabó expresándose en una moción de censura del grupo parlamentario socialista, que condujo a la elección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno, Ciudadanos convirtió en el eje de su acción política provocar la disolución de las Cortes Generales y la convocatoria de nuevas elecciones generales con la esperanza de desbancar al PP como primer partido de la derecha española.

La operación sorpaso ha vuelto a fracasar. Ciudadanos ha crecido electoralmente, pero ha quedado lejos del objetivo que perseguía: primero en Andalucía en diciembre de 2018 y después en la generales del 28-A y en la municipales, autonómicas y europeas del 26-M de 2019.

Tanto Podemos como Ciudadanos han sido víctimas del espejismo del sorpaso, que parece verosímil en la distancia, pero que se desvanece en la proximidad. Conduce a cometer errores, como el de Pablo Iglesias en la investidura de Pedro Sánchez en 2016, o como el de Albert Rivera en la moción de censura de 2018. Y les obliga a tener que gestionar posteriormente la frustración por el derrumbe de las expectativas que ellos mismos habían alimentado.

¿Habrán aprendido la lección?

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