Atentado contra El Retiro

La propuesta del alcalde de Madrid de construir un macroaparcamiento subterráneo de 1000 plazas en el borde del parque de El Retiro es un gravísimo atentado contra todo el barrio de Retiro y contra el propio parque.

Contra el barrio porque al ser de rotación la mitad de sus plazas (500) supondrá un incremento de tráfico en sus calles que se puede cifrar entre 2000 y 3000 vehículos diarios, con sus correspondientes emisiones contaminantes, ruidos y riesgos.

Todo ello en un barrio muy denso y compacto, saturado ya de tráfico en la actualidad.

En relación con el parque hay que tener en cuenta que se trata de un Jardín Histórico protegido, la zona verde más emblemática, extensa y cualificada de todo el centro de la ciudad. Perfectamente accesible en transporte público (líneas 2 y 9 de Metro además de varias docenas de líneas de bus que circulan por calles próximas).

Las obras alterarán con toda probabilidad el delicado sistema de escorrentías subterráneas que fue el origen del parque, dañarán el sistema radicular de cientos de ejemplares maduros de arboles próximos al límite este del parque y supondrán la tala de, al menos, otros 100 árboles de las aceras de Menéndez Pelayo.

Por no hablar de los insoportables ruidos que afectarán durante 3 o 4 años a buena parte del barrio y a al menos a la mitad oriental del parque.

Y todo ello ¿porqué, y para satisfacer qué intereses? ¿Los de las grandes empresas constructoras?, con toda seguridad; ¿los de ciertos empresarios del floreciente negocio de la restauración y el ocio de la zona, que verán multiplicarse su clientela potencial?, es muy probable.

Hay que detener este disparate urbanístico y este atentado medioambiental.

Madrid corre el riesgo de convertirse en un referente europeo de las peores prácticas y los más desfasados idearios urbanos