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Cifuentes, yo no me río
A mí no me da risa. Y a mis padres tampoco. Mi hermana y yo hemos estudiado en universidades públicas madrileñas, la Rey Juan Carlos entre ellas. Fuimos universitarias gracias al empeño, tesón y esfuerzo de nuestros padres. Nuestro padre, obrero de una gran factoría internacional y mi madre, limpiando casas.
Fuimos y somos una familia obrera, como muchas otras de este país. Y no nos da la risa, Cifuentes. Porque nosotras teníamos mucha presión, un suspenso significada una derrota, para nosotras, para nuestros padres y para la economía familiar. No nos podíamos permitir suspender, ni malgastar el tiempo, ni reírnos demasiado. Fuimos las primeras universitarias de la familia y eso es un orgullo, pero también una responsabilidad.
La herencia que siempre decían que nos iban a dejar fue el fruto de ese sacrificio: los estudios universitarios y una conquista social (también de dignidad). Creo que la mejor de las herencias.
Y sí, claro que sí, yo también hice un máster oficial, señora Cifuentes, en una universidad pública, la UNED. En esta ocasión, me lo costeé yo, pero el esfuerzo que invertí trabajando y estudiando fue ingente. Sí, fue a distancia, es lo que tiene la UNED, precisamente su carácter no presencial dificulta el seguimiento de las materias, ya que requiere mayor autonomía y constancia por parte del alumnado.
Todo lo demás, señora Cifuentes, es trato de favor. No me regalaron nada, ni a mí, ni a mis compañeros. Fue un camino duro y exigente, hacerlo a distancia complicaba el proceso, pero al final conseguí aprobar todas las asignaturas. En la universidad están las actas. El TFM no fue un panfletillo y punto, tuve que invertir dos cursos académicos y muchas horas de sueño. Han pasado cuatro años, pero me acuerdo perfectamente del día de la defensa: 30 minutos de exposición y 30 minutos de preguntas del tribunal. Y aún podría dar más detalles de ese día. Y sí, conservo una copia del trabajo (que casi enmarco) y el acta firmada por el tribunal (que me dieron una vez finaliza la defensa).
No fue una lectura, fue una defensa, una argumentación de un trabajo de investigación serio y riguroso. Señora Cifuentes, un TFM es la antesala de un doctorado. Es algo muy serio. A mí no me da la risa, señora Cifuentes, porque la Universidad Pública es un símbolo en este país, es una conquista, en sus aulas está nuestra dignidad de clase media que un día luchó por ese derecho y que costó tanto conseguirlo. Y usted, con esa risa, con su actitud, está despreciando una institución que nos pertenece, no es suya, ni de su partido, es de la ciudadanía. A mí no me da la risa. Y me imagino que al alumnado de la Universidad Rey Juan Carlos tampoco.
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