La condición humana

El ser humano, a través del tiempo, ha desarrollado transformaciones tanto físicas como intelectuales, dignas de mención.

Físicamente, en un principio, se desarrolló como primate a cuatro patas y en su evolución paulatina, a grandes rasgos, fue irguiéndose hasta formar la figura humana que es hoy día.

Al mismo tiempo que su evolución física, iba pareja la evolución de su inteligencia. Al menos en apariencia.

Y es en esta evolución de la inteligencia donde el género humano ha sido capaz de conseguir los logros más extraordinarios para beneficio de la propia humanidad como para su habitat, así como de todo lo contrario, esto es, los más grandes desastres para dicha humanidad y el planeta.

Posiblemente una de las causas, del deterioro humano, es la globalización donde los poderosos se aprovechan de los débiles acaparando sus riquezas naturales de maneras ruin, infame cuando no por la fuerza. También puede influir el trasiego de gente que viaja por negocios o por placer de un país a otro con la consecuencia, lógica por otra parte, de transmisión de enfermedades que pueden convertirse en pandemias, como está ocurriendo.

La droga del poder sobre las demás naciones así como intereses espurios, hacen a los poderosos iniciar unas guerras que afectan sobremanera a la población civil, causándoles cantidades ingentes de muertes así como la destrucción de sus casas. En esto EEUU tiene mucha sabiduría.

Y cuando estas gentes que salen de sus países para no ser masacrados, u otras que quieren encontrar algo mejor que la miseria de su país, solicitan apoyo internacional, se les vuelve la espalda. En general los gobiernos del mal llamado primer mundo hacen caso omiso a ello, son cada vez más insolidarios y por ende nos hacen, al pueblo llano, cada vez más insensibles a esa desgracia. Sólo cuando hay desgracias funestas, muertes por ahogamiento o por hambruna y sale en televisión es cuando parece que estamos más sensibles. Alguien tiene que morir para que esa sensibilidad afluya, pero en el fondo todo es fachada.

Pero la culpa de que los países pobres estén doblegados al saqueo de los poderosos, es también culpa de los dirigentes de esos países pues son vasallos y están al servicio de ellos masacrando a su propia población.

Es un mundo muy conflictivo, donde el hombre es su propio enemigo, donde se premia más la corrupción que la honestidad, donde la envidia es un mal endémico que no nos deja apreciar las virtudes de los demás. Donde se desea, aunque no se diga, la destrucción del prójimo.

En definitiva es la condición humana.