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Espacio libre de violencia de género

Paula Maroño y Andreia Agra

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Todas las personas que pasamos día tras día por a Ponte da Pasaxe, la vía principal de entrada y salida de A Coruña, conocemos esa fachada despintada y de aspecto lúgubre.

Ondea la bandera de España de colores envejecidos por el viento y la lluvia en uno de sus balcones y las cortinas rosas, en las habitaciones que están siendo aireadas. La verja permanece bajada a cualquier hora, durante todo el año.

El establecimiento (La Riviera Pub) se anuncia en marquesinas (si están cerca de un hotel, mejor que mejor) y dípticos. La noche de viernes y sábado se hace el reparto de folletos. Los colocan por los barrios de marcha, en los limpiaparabrisas de determinados coches. En ellos se puede leer “Espacio libre de violencia de género”. Sí, libre de violencia de género.

La publicidad se esfuerza en presentar, además, una imagen festiva e inofensiva de un local en donde, en realidad, se negocia con los cuerpos de mujeres ofreciendo sexo a varones como un objeto de consumo más. Los flyers y carteles lanzan eslóganes ambigüos con tipografía rosa chicle como “¡Vive la noche!” o “Despedidas de solteros”, acompañados de imágenes de chicas vestidas como azafatas de Fórmula 1 o bailarinas con ropa sexy. Todo muy pulcro, para transmitir el mensaje de que no es nada sórdido comprar una mujer, que es una forma más de celebrar una fiesta.

“Espacio libre de violencia de género”, se atreven a añadir para decirle al putero que todo está bien, que no hace nada malo. El putero limpia de este modo su conflicto moral, ya que irá a un puticlub en el que “no hay violencia de género”. Gracias a esa notita rodeada de rosa chicle, pueden ir con la conciencia bien tranquila, limpiándola a golpe de incongruencia.

El establecimiento construye con este folleto una turbia contradicción, intentando hacer ese lavado de cara para sus clientes. Usa, evidentemente, agua sucia para ello, ya que con esa excusatio non petita, “Espacio libre de violencia de género”, descubre la realidad que intenta ocultar todo el año bajo esa verja cerrada.

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