Reacción

¿Por qué a personas como yo,  distantes ideológicamente en los aspectos económicos y en las políticas públicas con Ángela Merkel, nos reconforta y admira su reacción ante los votos de Alternativa para Alemania para hacer presidente de la región de Turingia a un miembro del partido liberal con apoyo de la CDU?

No es la primera vez, ya pasó ante la “crisis” de los refugiados por la guerra en Siria, aceptando y defendiendo los cupos de acogida de personas que huían de la barbarie y la guerra, a pesar del riesgo para sus intereses electorales.

Como es posible, que los mismos que la hemos “acusado” de imperialista o “emperatriz del euro”, entre otras cosas, le felicitemos por su posición y compromiso contra el nazismo en cualquiera de sus formas y caras modernas que se muestre.

Es sencillo, compartimos  un mínimo común denominador, es decir, unos valores sobre la convivencia y la democracia que incluye ser anti-racista y xenófobo y respetuoso con las normas que nos hemos dado.

Es posible además, que tengamos en común un análisis de la complejidad de la sociedad actual, que, sin compartir soluciones, sabemos que no se explica con reacciones populistas, patrióticas y raciales, si no que requiere de un difícil equilibrio de intereses, prioridades y acuerdos, es decir, de la política. Y de marcos ideológicos perturbables.

Sería fácil aprovechar esto para criticar o ridiculizar a la dirección de la  derecha española (PP y Ciudadanos), por su comportamiento divergente respecto a sus homólogos alemanes de la CDU, por los votos de VOX o por “blanquear” su discurso.  Pero creo que no sirve de nada y no es el camino.

Necesitamos que esa derecha entienda que comparte más cosas importantes con la izquierda social y política, que con la extrema derecha racista, xenófoba y fascista. Que los bloques no son constitucionalistas frente al resto (independentista, reformistas, pro-dialogo, nacionalistas). Si no una diversidad de “bloquecitos” que discrepamos en grandes y profundos aspectos sobre como entendemos nuestro país y nuestra sociedad, pero construimos juntos y juntas espacios de convivencia y progreso haciendo propios principios o valores comunes.

Me diréis que son cantos de sirena, pero estoy convencido de que en lo más material del interés electoral la posición de Merkel garantiza a la CDU mantenerse como un partido imprescindible y perdurable, ya sea coyunturalmente en la oposición o en el gobierno. Pero lo contrario, transigir con los neo nazis e imitar sus discursos machistas, racistas y clasistas solo alimentará a la bestia en su propio detrimento.