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Dirigentes del PP que apoyaron a Santamaría aventuran una nueva batalla interna si Casado es imputado

Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, durante el XIX Congreso del partido, el pasado 20 de julio.

Iñigo Aduriz

El PP contiene la respiración a la espera del Tribunal Supremo y se prepara para mantener ese estado de incertidumbre durante todo un mes, hasta septiembre. Será entonces cuando el Alto Tribunal decidirá si imputa al presidente de los conservadores, Pablo Casado, por cohecho y prevaricación por el caso de su máster, tal y como le ha pedido la jueza Carmen Rodríguez-Medel. Si eso sucede, las filas conservadoras volverán a vivir un terremoto interno. La batalla por el liderazgo resurgirá pocas semanas después del XIX Congreso del partido que quiso zanjarla con la sucesión de Mariano Rajoy. 

Así lo reconocen en declaraciones a eldiario.es dirigentes que en las recién concluidas primarias que dieron la victoria a Casado se posicionaron y trabajaron a favor de su rival interno, la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, y que piden no ser identificados con sus nombres. Si se produce esa imputación, “habrá movimientos”, explica un dirigente regional. “Entonces habrá que posicionarse”, añadía otro de los colaboradores de Santamaría en el Ejecutivo. Aseguran que no se pueden adelantar acontecimientos, pero reconocen que si hay imputación “el partido estará en una situación muy delicada”.  

“Prefiero abstenerme de opinar, de momento”, aseguraba un líder provincial del PP que apoyó a Santamaría, que evitaba en todo caso manifestar su apoyo a Casado y no aclaraba si está satisfecho con las explicaciones ofrecidas por el máximo dirigente del partido. “No voy a hacer declaraciones”, agregaba otro exdirigente del Gobierno que se sentó en el último Consejo de Ministros del Gobierno de Mariano Rajoy. “Estoy de vacaciones”, añadía por su parte uno de los miembros más destacados del equipo de la exvicepresidenta, sin querer tampoco respaldar al presidente del PP. 

Todos ellos se sumaban así a la propia Santamaría, cuyo silencio evitando un apoyo explícito o velado al ganador de las primarias evidenciaba el lunes que está a la espera del desenlace de las pesquisas judiciales para decidir si pone en valor su triunfo en la primera vuelta del proceso interno –al ser la más respaldada en la votación de los afiliados del 5 de julio– y el importante porcentaje del 43% que obtuvo en la segunda –en la votación de los compromisarios en el XIX Congreso– para forzar la salida de Casado o, por lo menos, para exigirle cuentas ante el partido.

“Víctima de una persecución”

Tratando de aplacar cualquier movimiento que cuestione el liderazgo del presidente, la cúpula del PP se ha volcado este martes en defensa de Casado, al que consideran que está sufriendo una suerte de conspiración. A pesar de la contundencia de la exposición razonada que la jueza del 'caso Máster' hizo llegar al Supremo el lunes y que considera que al presidente de los conservadores le regalaron el Máster en Derecho Autonómico y Local de la Universidad Rey Juan Carlos “a modo de prebenda o dádiva” por su “relevancia política”, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, considera que Casado es “víctima de una persecución” por parte de otras formaciones políticas.

“Entiendo que los rivales políticos lo utilicen”, pero este caso “va a quedar de nuevo en nada”, aseguraba en una entrevista en RNE. Preguntado sobre si el líder de los conservadores debe presentar su dimisión si es imputado, García Egea insistía: “Los inocentes no deben dimitir”. Y reiteraba su convencimiento de que la causa que ahora está en el Supremo es “un intento de desacreditar su honorabilidad y profesionalidad”.

El número tres del partido, el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, consideraba por su parte “injusto” que se haya puesto el foco mediático en el caso del máster de Casado porque, según apuntaba, “nadie ha imputado nada”. “Esto es un país muchísimo más serio, y hablamos del líder de una formación política que es un ciudadano más y tiene que ser tratado como tal no como un ciudadano menos”, añadía en una entrevista en la Cadena Cope.

El traje de hombre de Estado

También la número cuatro, la vicesecretaria de Comunicación del PP, Marta González, aseguraba que “existe una persecución” contra Casado. Además, ponía en cuestión que el líder de los conservadores pueda presentar el ordenador en el que hizo los cuatro trabajos con los que aprobó el máster, como sugería la jueza en su exposición razonada, al considerar que el aparato que el propio Casado dijo conservar puede que ahora no lo encuentre. “¿Cuánto tiempo dura un ordenador en casa de una persona? ¿Con cuántos años solemos cambiar y deshacernos del anterior?”, se preguntaba la diputada en Antena 3.

Mientras en España el caso Máster protagonizaba la actualidad política, Casado intentaba escapar de la polémica en su viaje a Colombia. Allí trataba de ponerse el traje de hombre de Estado participando en distintas reuniones con dirigentes conservadores latinoamericanos. Sin embargo, el líder del PP no lograba esquivar la pregunta sobre la investigación de sus estudios. Él insistía: “Eso ya está muy explicado. Ahora mismo me remito a lo que he dicho”.

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