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“Esta vez ha sido Alfon, mañana podría tocarle a cualquiera”

Elena Ortega, madre de Alfon, el único detenido del 14N aún en prisión, es una de las integrantes de la Asociación de Madres contra la Represión

Olga Rodríguez

Llamo por teléfono a Elena Ortega, la madre de Alfonso Fernández, el único preso del 14N que permanece en prisión preventiva a día de hoy. Lo primero que Elena me dice da buena cuenta de su compromiso social:

-Me pillas recogiendo panfletos, que estamos a punto de irnos a la manifestación por la educación pública, cuenta.

De fondo, se oye a alguien repartiendo los paquetes de las octavillas y la voz de Lola Onieva, amiga de Elena y una de las integrantes de la recién creada Asociación de Madres contra la Represión.

-Llevábamos un tiempo hablando de la necesidad de organizar una asociación de madres contra la represión- explica Elena- El objetivo es claro: defender a nuestros hijos contra la impunidad policial, tener más fuerza a la hora de presentar denuncias y ofrecer apoyo a todas las madres que se quieran acercar a nosotras, y no solo a las madres, también a los chicos y chicas que se ven perseguidos o criminalizados por la policía.

Tras un suspiro, añade:

-Lo de mi hijo Alfon simplemente ha acelerado la puesta en marcha de la asociación. Ya somos treinta las que estamos encabezando las manifestaciones de estos días, para que la policía no cargue contra los chavales que protestan contra la detención de Alfon. Procedemos de diversos barrios. Y además está la Plataforma por la libertad de Alfon, que aglutina a diversos colectivos sociales, políticos y vecinales.

Después, toma el auricular Lola:

-Queremos difundir una idea clara: Nuestros hijos no son delincuentes. Están educados en unos valores, son integrantes de la clase trabajadora, tienen unos principios, y una ideología. No estamos dispuestas a esperar a que haya otro detenido o incluso un muerto encima de la mesa. Hay una persecución y una intención de criminalizar a los jóvenes que luchan por sus derechos. Y Vallecas es un objetivo claro, no hay más que ver los dispositivos policiales que se montan.

Prosigue Elena:

-A Alfon le han asignado un régimen Fies-5, de aislamiento y vigilancia penitenciaria las 24 horas del día. Le achacan presunta pertenencia a banda organizada. En Vallecas no hay ni bandas terroristas, ni organizaciones armadas, aquí lo que hay es gente luchadora, hemos tenido que luchar siempre para conquistar nuestros derechos, estamos acostumbrados a demandar. Y nuestros hijos tienen escuela, porque vienen de los abuelos que vienen, y de los padres que vienen.

-Ahora algunos jóvenes del barrio se ven señalados con el dedo -dice Lola- Los agentes han hecho seguimientos de algunos, han ido a su casa o a su trabajo, los han identificado, ¡todo por escribir cartas a Alfonso!. En la asociación las madres queremos articular una respuesta a este clima de presión, de persecución.

-Somos madres que hemos sufrido que nuestros hijos hayan sido maltratados por la policía, cacheados, multados -denuncia Elena- Al principio les reñíamos, pensando que hacían algo malo, pero con el tiempo te vas dando cuenta de que no es un problema de nuestros chavales, sino un problema de la calle. Para crear la Asociación de Madres contra la Represión nos hemos inspirado y hemos tenido contacto y apoyo de las Madres contra la Droga y de las Madres de Plaza de Mayo argentinas.

Alfonso, el hijo de Elena, está acusado de tenencia de material para fabricar un artefacto explosivo casero y de presunta pertenencia a banda organizada. Fue arrestado a primera hora del 14 de noviembre, junto a su novia. Había salido un momento de su casa y pensaba regresar para ir con su padre a un piquete. Elena defiende su inocencia:

-Detuvieron a mi hijo y a su novia y les atribuyeron la propiedad de un paquete que no era suyo. Él me lo ha dicho muy claro: “Estate tranquila, mamá, que yo no he hecho nada malo, solo soy un cabeza de turco”. Le tenían ya fichado, porque una vez un policía le pidió el DNI, él a su vez pidió al agente que se identificara, este le abofeteó y le llevaron al calabozo.

La conversación continúa ya solo con Elena:

Pregunta: ¿Cómo estás llevando todo esto?

Elena: Duermo mal, estoy mal, sobrecargada, Mis amigas me dicen que no haga tantas cosas, pero es que cuando estoy tranquila es cuando me entra la pena. Necesito estar activa. También me dicen que sufro porque soy demasiado ingenua, porque sigo creyendo que esto es un Estado de derecho y una democracia y me parece terrible que en un Estado de derecho mi hijo lleve un mes en prisión preventiva y vigilado continuamente por policías.

P:¿Y cómo está él?

E: Él está dándonos una lección. Nos han llegado dos cartas, y en ambas es él el que nos da ánimos a nosotros, nos dice “imaginad que me he ido a la India”, a su padre le dice “imagina que me he ido a hacer la mili en Melilla y ya está”. A su hermana pequeña le dice que disfrute de la vida, de su juventud. Es todo un ejemplo de entereza la suya. Aún así, la última vez que le vi noté su semblante serio, estaba más preocupado, es lógico, porque al estar en régimen Fies le vigilan continuamente, debe resultar terrible esa sensación.

P:¿Cuántas veces has podido verle?

E: Tres. Solo nos permiten verle los sábados, entramos allí en la cárcel, atravesamos largos pasillos, nos cachean, hablamos separados por cristales, 45 minutos máximo, las dos últimas ya vigilados porque ya le habían aplicado el Fies, así que nos dedicamos a contar anécdotas familiares, de los primos pequeños, para que se ría. Pero es todo muy forzado, imagínate.

P:¿Cómo describirías a Alfonso?

E: Como ayer decía una ex maestra de Alfon, “le han detenido por practicar los valores en los que ha sido educado”. Las madres de la asociación contra la represión hemos educado a nuestros hijos con mucho respeto y amor, con una buena educación. Mi hijo fue educado para saber reivindicar sus derechos, para saber negociar, para saber respetar a los demás. Y ahora se les estigmatiza y se les reduce a un adjetivo: antisistema.

P:¿Cómo fue la detención y el posterior registro de vuestra vivienda?

E: A Alfonso le han tratado como si fuera un terrorista. En los calabozos de Moratalaz ya le colocaron en una celda aislada, luego hicieron el registro en nuestra casa y en la de la novia de Alfon, los policías aparecieron en la vivienda con la cara tapada, registraron todo, no encontraron nada. Nos dijeron que si confesábamos lo que supiéramos, que le pondrían en libertad, y mi marido contestó: “Lo único que hay que contar es que salió, le esperamos para regresar porque íbamos a ir a un piquete de la huelga juntos y ya nunca regresó porque ustedes le detuvieron”. Primero le encerraron por “alarma social”, nuestro abogado protestó, porque es un concepto que ya no existe, así que lo cambiaron por “riesgo de fuga”, ya ves, un chaval totalmente vinculado al barrio, a su familia, a su novia...

P: Antes mecionaste que hay más vigilancia policial en Vallecas que en otros barrios...

E: Sin duda. De los ciento cuarenta y pico detenidos en todo el Estado el día de la huelga, catorce eran de Vallecas. Es decir, un diez por ciento de los arrestados eran del barrio. Esto prueba que es una zona azotada por la crisis y a la vez con capacidad de organización, de contestación, de reacción. Ya al día siguiente de la detención de mi hijo, hubo 50 concentrados para exigir su puesta en libertad, pero es que al día siguiente ya había trescientas personas.

Allá donde vamos los vallecanos llevamos más policía y vigilancia de lo normal, solo porque somos personas que planificamos, dialogamos y organizamos. Es así: los que no se callan son reprimidos. Si lo hiciéramos todos, si nadie se callara, todo sería diferente. Pero Vallecas es Vallecas, tiene más vigilancia policial. En este barrio, pedir a un policía que se identifique supone que te acusen de atentado contra la autoridad, y te envíen al calabozo.

P:¿Cómo interpretas la actuación policial?

E:Está habiendo intentos de criminalizar las protestas y las huelgas. Son tiempos muy difíciles. Anteayer en la Junta Municipal de Vallecas hubo una protesta contra los recortes, la policía apaleó a tres chavales y los detuvo. Cada vez que detienen a alguien le acusan de atentado contra la autoridad, eso supone que hay que afrontar un juicio, pagar una multa, y así los señalan como semi-delincuentes, para que reculen y digan “mejor ni me muevo, para no perder lo poco que tengo”. Pero aquí en Vallecas estamos preparados ideológicamente para afrontar esto. Está claro que la escalada represora va a ir a más.

La conversación telefónica dura casi una hora, y termina poco antes de que Elena y Lola se sumen a la manifestación por la educación pública.

-¿Sabes qué? - dice Elena al otro lado del auricular mientras se baja del coche- La gente tiene que entender que lo que le ha pasado a mi hijo les puede pasar también a ellos. Esta vez el detenido es Alfonso, mañana podría tocarle a cualquiera.

Y prosigue:

-Estamos en un momento de gran desamparo. Los trabajadores, la gente que produce y que se gana la vida está perdiendo los derechos conquistados. Bueno, más bien nos los están quitando. Es una situación dramática. Tiene que haber un cambio, una modificiación en este equilibrio actual en el que mucho está en manos de muy pocos.

Los que tendrían que ceder, que son los que más tienen, no van a ceder, y nos proponen que nos sometamos ilimitadamente.

Todo se decide por decreto ley, sin diálogo, sin negociación. Y si no nos sometemos, nos van a dar mucha leña. La única respuesta a esta situación actual es la solidaridad, la unión, el apoyo mútuo. La movilización por la libertad de mi hijo es prueba de ello. Está siendo un ejemplo, yo misma estoy sorprendida por la cantidad de gente que nos está apoyando. Hemos recibido el respaldo de grupos sociales, políticos y vecinales muy diversos que han dejado aparcadas sus diferencias para estar juntos en esto. También de agrupaciones como Izquierda Unida, que este viernes se reúne con la delegada del Gobierno para hablar de este asunto.

P: ¿Qué le dirías a la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, si te reunieras con ella?

La parte política se la dejaría a los políticos. Yo le preguntaría si tiene hijos, le contaría cómo quiero a Alfon, cómo le he educado, cómo le he criado. Le hablaría de madre a madre. Y le diría que los malos no están precisamente donde ella creen que están. Ya sé que ahora se corea mucho 'PP-PSOE la misma mierda es'. Y es verdad que en cuanto al modelo económico por el que apuestan, es así, son muy parecidos. Pero en otros tema no, como pueden ser los asuntos de los derechos humanos. Una delegada del Gobierno con estas meteduras de pata no la habría con el PSOE. Pero en fin, están apretando la tuerca y a ver hasta dónde llegan.

P:¿Cuál crees que será el desenlace de todo esto?

Yo espero de verdad que Alfon esté pronto con nosotros, que podamos traerle a casa a través de la presión social y el sentido común. Y por lo demás, habrá que seguir peleando y resistiendo, y luchando, que vienen tiempos muy duros y no podemos dejar que nos quiten nuestros derechos.

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