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Arrimadas inicia la nueva etapa en Ciudadanos con Rivera distanciado de su proyecto

Ciudadanos se ofrece a presidir la comisión del Pacto por la Reconstrucción

Carmen Moraga

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Inés Arrimadas inaugurará oficialmente el próximo domingo una nueva etapa en Ciudadanos alejada totalmente del tutelaje de su antecesor, Albert Rivera, que dimitió tras el descalabro electoral del 10N y ahora dirige un importante bufete de abogados. El exlíder del partido, que desde entonces se ha mantenido al margen de la vida política y se ha mostrado muy distante con el giro estratégico decidido por su sucesora ante la crisis del COVID-19, anunció a la nueva dirección su decisión de no participar de la V Asamblea General extraordinaria, que fue aplazada por el estallido de la crisis sanitaria y se celebrará entre el próximo jueves, 30 de abril, y el domingo, 3 de mayo, íntegramente de forma telemática.

Sin embargo, ante la extrañeza que ha causado este mismo lunes por la tarde la publicación de la noticia, el exlíder del partido ha cambiado de idea y ha anunciado que participará “a través de un vídeo que se visionará el jueves”, durante la primera jornada de la Asamblea.

La versión que habían dado fuentes de la nueva dirección fue que Rivera había sido invitado a que acudiera al congreso antes y después de que se decidiera aplazarlo, pero en las dos ocasiones “declinó” hacerlo alegando que prefería “no interferir” en la nueva etapa del partido. Las mismas fuentes insistieron en restar importancia a su ausencia mientras recordaban que orgánicamente no está regulado en los Estatutos que los expresidentes tengan un papel activo en estos eventos.

Horas después de que los medios publicaran la noticia, el partido enviaba un comunicado en el que confirmaba que “atendiendo a las circunstancias excepcionales que ha hecho que Ciudadanos celebre su V Asamblea de forma telemática, el expresidente del partido participará en ella a través de un vídeo que se visionará el próximo jueves” y no el domingo, día de la clausura cuando está previsto un discurso en abierto de Arrimadas.

Y es que a muchos les chocaba que el todopoderoso presidente de Ciudadanos, que tiene pendiente aún la presentación de su libro, Un ciudadano libre, no quisiera despedirse por videoconferencia de sus militantes, ni tampoco dar la bienvenida públicamente a Arrimadas que coge ahora el testigo de un partido que en tanto solo nueve años de existencia ha terminado en la irrelevancia tras pasar de 57 a 10 diputados.

El que no participará, si no hay nuevo cambio de criterio, es José Manuel Villegas, que como exsecretario general saliente tendría que ser el encargado de presentar el informe de gestión y de rendir cuentas de la anterior etapa que les llevó a la debacle.

Ante el plantón de Villegas, que acaba de ser sido fichado por Rivera para trabajar en el mismo bufete de abogados, el equipo de Arrimadas busca fórmulas para ver cómo solventan ese escollo. Incluso podría ocurrir que dicho informe -toda una 'patata caliente' para la nueva Ejecutiva- no fuera defendido por nadie y se 'colgara' tras su aprobación directamente en la página web de la formación después de que una voz en off lo leyera. Todo está abierto a dos días de que comience el cónclave. Incluso una nueva rectificación.

Con este panorama, sin el calor que en otras circunstancias podría haber recibido de sus antiguos compañeros de partido, y en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes, afronta Arrimadas el nuevo futuro de la formación con la intención de hacerla resurgir de sus cenizas.

La nueva presidenta de Ciudadanos, por lo pronto, parece dispuesta a volver a situar al partido en el centro de tablero político de donde se había desplazado y de donde algunos de sus compañeros de filas creen que no debió nunca salir.

Ese giro estratégico más moderado emprendido por Arrimadas desde que comenzó la pandemia, que no parece haber agradado a Rivera, al menos si ha logrado cerrar las heridas abiertas con el líder del sector crítico, Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León, con el que la catalana protagonizó un encarnizado duelo en las primarias hace tan solo un mes y medio. Tal y como están las cosas, ni tan siquiera el debate sobre la enmienda a la totalidad que presentó este sector a la ponencia de Estatutos cobra ya demasiado interés, teniendo en cuenta la abrumadora mayoría de compromisarios que cuenta el sector oficialista de Arrimadas. Además, Igea tampoco participará en la Asamblea dado que no se presentó a delegado,

Sin embargo, la crisis sanitaria les ha llevado a ambos a estar en permanente contactos estos días. Este martes, Igea, a través de un mensaje en Twitter, llamaba a la “unidad” del partido“ ante la Asamblea y alababa la postura que está adoptando la que fuera su rival.

En otra reciente entrevista con la Agencia EFE, el dirigente castellano leonés reconocía que aquellos duros enfrentamientos que mantuvieron durante las primarias se le habían “olvidado”.

A su juicio, la nueva dirigente del partido “está actuando con responsabilidad y haciendo un buen trabajo. Hace lo que le toca, que es trabajar por su país, y yo creo que eso es una cosa que se agradece y los españoles agradecen”, zanjó Igea.

De hecho, en estos días de pandemia, Arrimadas, según el CIS, ha logrado situarse como la segunda dirigente política mejor valorada por los españoles (4,4), por detrás de Pedro Sánchez (5). Pese a todo, Ciudadanos no consigue despegar y sigue en quinta posición con un 7,6% de los votos, aunque sí experimenta una subida de 0,4 puntos respecto al anterior barómetro de marzo.

Precisamente, esa buena imagen que logra entre el electorado es la que quiere afianzar la nueva dirección, dejando atrás las rencillas del pasado. “Las heridas durante el proceso de primarias fueron leves. Ahora estamos todos a una”, asegura a eldiario.es uno de los actuales miembros de su Ejecutiva. “Si pedimos grandes acuerdos a los demás partidos, qué menos que estar de acuerdo todos nosotros”, añade, mientras destaca que “también ayuda mucho la opinión generalizada de que tanto Igea en su Gobierno como Inés en la oposición en el Congreso están realizando una buena labor”.

La propia Arrimadas parece decidida a trazar una nueva hoja de ruta que otorgue más protagonismo a Ciudadanos en el Congreso con el fin de buscar su propio hueco entre el PP de Pablo Casado, sumamente crítico con el Gobierno, y el actual PSOE que cree que está “contaminado” por Podemos. No obstante, pese a sus diferencias con Casado, la líder de Ciudadanos sigue defendiendo las alianzas de gobierno que mantienen en Madrid, Murcia o Andalucía.

Pero ahora no se cierra en banda a otros pactos con otros partidos. Desde que estalló la crisis sanitaria Arrimadas ha manifestado “lealtad” al Gobierno sin dejar de hacer propuestas, pese a no ocultar su malestar con Sánchez por sus “improvisaciones” y no buscar “el consenso”. Primero se ofreció a apoyar unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) de “emergencia nacional” y ahora ha propuesto que sea su partido el que presida la Comisión del Pacto de la Reconstrucción -cuya idea se atribuye-, ante la falta de entendimiento entre el PSOE y el PP.

La líder de Ciudadanos ha proclamado que quiere que su partido sirva de “puente” entre los dos grandes partidos. Todo con tal de evitar, dice, que los socialistas dejen en manos de “los nacionalistas o los populistas” la presidencia de dicho órgano cuyo fin es buscar un gran acuerdo parlamentario entre todos los partidos y agentes sociales para afrontar entre todos la crisis sanitaria del COVID-19.

Fuentes de la nueva Ejecutiva, sin embargo, niegan que Arrimadas esté dando ningún cambio en la estrategia a raíz de la pandemia. Aseguran que siempre han estado abiertos a acuerdos tanto con el PP como con el PSOE, y con el propio Pedro Sánchez. “Le ofrecimos la vía de los 221 escaños y no quiso”, recuerdan. Ahora dicen que son “leales” al Ejecutivo porque lo que más les importa es “la salud de las personas” y no “los intereses partidistas” .

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