Loporvenir gobierna Loporzano (Huesca): un pueblo que mira al futuro

Con un juego de palabras y un programa de futuro, los vecinos de Loporzano (Huesca) se presentaron a las elecciones locales, y tras pactar con PSOE y el PAR, se han hecho con las riendas de este municipio de apenas 520 habitantes.

Aseguran que no son políticos, sino vecinos que, desde el día en el que se constituyeron los ayuntamientos, gestionan las arcas y los servicios municipales del consistorio sin cobrar nada.

Para su agrupación, eligieron un nombre que apela al futuro, Loporvenir y que refleja bien su verdadero propósito: mantener vivo el pueblo. Y a tenor de los resultados, convenció.

En las elecciones municipales, a las que se presentaban por primera vez, se situaron como segunda fuerza en votos con dos concejales, por detrás del PP (3), un resultado que les valió para hacerse con el bastón de mando, gracias a un acuerdo de última hora con el PSOE (1 concejal) y el PAR (1). Así, Roberto Malumbres se convirtió en alcalde, relevando en el cargo al popular Jesús Escario.

Esta iniciativa, que surgió como un movimiento vecinal, comenzó a germinar antes de la manifestación de la España vaciada, que el pasado mes de marzo reunió a miles de personas en Madrid y despertó conciencias sobre el interior de un país que se siente olvidado.

El descontento con los partidos tradicionales les movió a dar un paso al frente para comprometerse todavía más con el territorio.

Para el nuevo alcalde es más necesaria que nunca la implicación de los vecinos. Los políticos o, incluso, algunos alcaldes, no viven a diario en el municipio, y esa falta de cercanía es la que hace que las cosas no funcionen como deberían, explica a Efe.

Los integrantes de Loporvenir sí viven en Loporzano, o en uno de los 15 núcleos, algunos minúsculos, que forman parte del término municipal, situado en un enclave privilegiado, en torno al Parque Natural de la Sierra de Guara, a ocho kilómetros de Huesca.

Algunos han residido allí toda la vida y otros han huido de la ciudad buscando otro estilo de vida, más sostenible. Son estos últimos los que han llevado la iniciativa para llegar al ayuntamiento y luchar por su pueblo.

“Es curioso, pero es así”, reconoce Malumbres, quien también dejó el centro de Zaragoza por Loporzano: “El cambio tan radical de vida hace que eches en falta servicios de la ciudad que deberían existir también en los pueblos y eso te lleva a reclamarlos. Luego además ves el paisaje y el entorno, y te da pena que esto se pueda perder”.

Jorge Luis Bail es otro de los integrantes de la lista, que dejó la ciudad para comenzar un proyecto de vida en Loporzano, donde reside desde hace un año. “Tenía claro que no quería vivir en la ciudad buscaba algo donde pudiera criar a una familia con niños de forma más saludable”, afirma el teniente de alcalde y exdiputado de Podemos en el Congreso en la pasada legislatura.

Ahora a Loporvenir le toca gobernar. Su alcalde sostiene que entre las primeras medidas que tomarán para garantizar el futuro de esta localidad, que vive sobre todo de la agricultura, serán la recuperación de senderos para atraer un turismo de naturaleza o la rehabilitación de las viviendas.

Éste último es uno de los problemas con los que se encuentran los nuevos vecinos. No hay casas en venta o en alquiler, aunque la mayoría estén vacías porque las familias, por arraigo, las siguen manteniendo. “Les duele venderlas”, precisa.

Mejorar la conexión a Internet, que hasta ahora solo llega al centro del pueblo pero no a las casas, y atraer actividades y eventos culturales son otros de los objetivos a corto plazo.

“Queremos organizar jornadas de convivencia, mercadillos, eventos culturales... en resumen, dar vida cultural al pueblo para que la gente pueda salir de casa y participar”, plantea.

Pero esta es una tarea que harán entre todos. Ese fue el requisito de Malumbres cuando aceptó encabezar la lista: contar con la ayuda de los vecinos, en quienes confía para sacar adelante todos los proyectos. De momento, están participando y eso es lo que más le gusta a su alcalde.