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¿Qué quiere decir Podemos cuando habla de soberanía?

Pablo Iglesias, en el debate sobre la UE de la semana pasada.

Aitor Riveiro

“La salida de la crisis pasará por dotar de significado a la palabra soberanía. ¿Qué significa para usted la palabra soberanía?”. La pregunta se la lanzó Pablo Iglesias a Mariano Rajoy el pasado miércoles en el Congreso en el debate sobre el reciente Consejo Europeo. No es la primera vez que el líder de Podemos y otros dirigentes aluden a este concepto o a otros que tradicionalmente se han asimilado, como patria o patriotismo, y que la izquierda tradicional había desistido de utilizar en su favor. Algo que cambió con la llegada de Podemos, cuya estrategia ha pasado por reapropiarse de significantes para rearmar su significado.

“No mandan los parlamentos y no mandan los gobiernos. Mandan los mercados y sus representantes supranacionales como el FMI”, aseguraba Iglesias en una entrevista a una radio argentina en noviembre de 2016. La soberanía, para Podemos, no tiene tanto que ver con las fronteras como con la capacidad de decisión de quienes se encuentran dentro de dichas fronteras.

Un ejemplo que siempre utiliza el secretario general de Podemos es el de Grecia. El país celebró un referéndum para reforzar su posición negociadora ante la UE que ignoró el resultado, por lo que pasó a ser “un protectorado” sin ninguna capacidad de acción, en opinión de Iglesias. Sus fronteras permanecen intactas, pero cada movimiento bancario que el Gobierno de Alexis Tsipras quiere hacer debe ser aprobado por la troika.

La cesión de soberanía por parte de los Estados comenzó en 1992 con el Tratado de Maastricht, como recordaba Iglesias a Rajoy el pasado miércoles desde la tribuna del Congreso. “Había ‌un interés común por la prosperidad. Un consenso del antifascismo tras la II Guerra Mundial que se manifestó en una generación de constituciones que establecían que los derechos sociales eran la base para sostener la democracia”. Después, proseguía, llegó “la contrarrevolución neoliberal” del Tratado de la Unión Europea, que consagró la cesión de los Estados de parte de su soberanía a una organización supranacional.

El problema, argumenta Podemos, es que las decisiones de la UE cada vez son menos democráticas. “El Parlamento Europeo es una mera cámara colegislativa”, suele decir del lugar donde tuvo su primera responsabilidad institucional.

Esa pérdida de soberanía es lo que ha impedido a los países del euro luchar contra la crisis, en opinión de Iglesias. Ahí es donde Podemos engancha sus apelaciones a la patria. El ejemplo más paradigmático fue la Marcha del Cambio del 31 de enero de 2015, cuando cientos de miles de personas escucharon a Iglesias repasar algunos hitos como el levantamiento del 2 de mayo o la Constitución de 1812. Unas fechas que coinciden, además, con el nacimiento de las naciones y los estados modernos.

El patriotismo para Podemos tiene que ver con la democracia y el Estado del bienestar. Aquél 31 de enero, Iglesias declamaba en la Puerta del Sol: “Nuestra patria no es una marca, nuestra patria es la gente. Han querido humillar a nuestro país con esa estafa que llaman austeridad. Nunca más España sin sus gentes, nunca más España como marca para que hagan negocios los ricos. (...) Hoy decimos patria con orgullo y decimos que la patria no es un pin en la solapa, no es una pulsera. La patria es esa comunidad que asegura que se protege a todos los ciudadanos, que respeta la diversidad nacionalidad, que asegura que todos los niños, sea cual sea el color de su piel, van limpios y calzados a una escuela pública, la patria es esa comunidad que asegura que a los enfermos se les atiende en los mejores hospitales con los mejores medicamentos”.

Un estado que debe ser “democrático”, que respete los “servicios sociales” y “plurinacional”. O como resumieron en enero de 2016 cuando prometieron su cargo como diputados: “Nunca más un país sin su gente y sin sus pueblos”.

En ese mismo discurso, Iglesias daba también su noción de soberanía: “La soberanía europea es de los ciudadanos. Basta ya de secuestra la soberanía, basta ya de Gobiernos cobardes que no defienden a sus pueblos”. ¿Y qué tipo de soberanías? La soberanía tecnológica, la militar (lo que implica salir de la OTAN), alimentaria, energética y un largo etcétera.

En el plano militar Podemos cuenta con una voz autorizada, la del general Julio Rodríguez, antiguo Jefe del Estado Mayor de la Defensa, quien en una entrevista con eldiario.es este mismo sábado aseguraba: “Nosotros hablamos de la soberanía como la toma de decisiones que beneficie a todos, sin dobles velocidades ni hablar de periferias. El concepto de soberanía en la toma de decisiones hay que mantenerlo”. Y apuntaba a la necesidad de que Europa se desligue de EEUU: “La OTAN es una organización obsoleta que se creó para un escenario determinado y no ha sabido evolucionar”.

También Íñigo Errejón ha apelado a estos conceptos con mucha frecuencia.

El actual secretario de Análisis Político de Podemos hizo un paralelismo en la campaña del 26J entre “la soberanía de España” y “la soberanía de Panamá”, en referencia al abuso de los paraísos fiscales por las grandes fortunas para evadir impuestos.

El cofundador de Podemos siempre ha defendido la necesidad de que el partido se convierta en una fuerza “nacional-popular”, con referencias a Antonio Gramsci: “Una política patriótica, radicalmente democrática, que hace coincidir los intereses del país real con los de sus mayorías subalternas”. Tras el 26J, pedía que Podemos no fuera “expresión política de nada preexistente –ni siquiera de nosotros mismos-, derrotado o caduco, sino hacer política popular, patriótica, plurinacional, de radicalización democrática”.

La soberanía que defiende Podemos no está enfrentada con Europa como concepto, aunque sí con la actual arquitectura de la UE, que impide a los ciudadanos tomar sus propias decisiones. ¿Es reformable la UE? No todos en Podemos tienen la misma opinión. El eurodiputado de la formación morada y secretario para Europa de la ejecutiva, Miguel Urbán, cree que no. “¿Cómo vamos a plantear reformar algo si en el único sitio en el que los ciudadanos pueden votar de forma directa no tiene apenas ningún tipo de poder?”, se planteaba en una entrevista en junio de 2016.

Esto no implica volver a una Europa de Estados nación. La apuesta es construir otra Europa, lo que diferencia a Podemos de las formaciones extremistas y xenófobas con quienes a veces les comparan, como el Frente Nacional de Le Pen, que aboga por salir de la UE.

Mariano Rajoy respondió a Pablo Iglesias en el debate del Congreso: “La soberanía es que un pueblo pueda decidir su futuro”. El secretario general de Podemos cogió el guante en su réplica: “Exactamente lo contrario que hicieron ustedes y el PSOE cuando aprobaron la reforma del artículo 135 de la Constitución”.

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