No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com
El proceso de sustitución de los sentidos es algo llamativo porque, en cierto modo, la información se consigue por diferentes vías
Generalmente suelen ser las manos, las yemas de los dedos, la palma e incluso el reverso, pero hay personas que además de esto necesitan también más información y lo hacen a través del gusto
Hace unos días, @editora, a quien sigo en las redes sociales compartió un documental que había hecho hace algunos años y me pareció muy interesante su enfoque.
El documental se llama Ver a oscuras (Seeing in the dark) y muestra testimonios de personas ciegas sobre sus vivencias y su relación con el mundo. Cuenta uno de ellos que la vista es un sentido global, la persona ciega se relaciona con el mundo a través del oido y el tacto. Este último es secuencial, esto quiere decir que la información va llegando mientras tocas el objeto en cuestión. Se hace una idea global después de haberlo tocado, pero mientras tanto es como rellenar un puzzle táctil. El oído sirve como receptor espacial, es decir, para entender dónde están los objetos en relación a nosotros.
El tacto hace de intermediario entre las cosas y nuestra propia sensibilidad. Según uno de los testimonios del documental, el tacto produce una especie de vibración interior al igual que lo hace la música para los oídos.
El proceso de sustitución de los sentidos es algo llamativo porque, en cierto modo, la información se consigue por diferentes vías. Generalmente suelen ser las manos, las yemas de los dedos, la palma e incluso el reverso, pero hay personas que además de esto necesitan también más información y lo hacen a través del gusto.
Lo que más me gusta de este documental es que parte de un punto de curiosidad y no de condescendencia o pena que, por desgracia, es muchas veces el punto desde donde se suelen iniciar cuestiones relacionadas con la discapacidad. Es una propuesta estética diferente y arriesgada, apostando más por lo sensitivo que por lo emotivo. Es un viaje de sensaciones que nos acompaña durante todo el relato audiovisual con sugerentes imágenes. Y es curioso el contraste de un documental estéticamente muy cuidado que habla precisamente de la falta de visión.
Algunas de las personas que cuentan su testimonio en el documental se refieren a la memoria como solución frente a la falta de visión. Es muy interesante la percepción que tienen las personas ciegas y cómo los otros sentidos se multiplican. En un pasaje del documental una chica describe una habitación con mucha exactitud basándose en los materiales de la misma.
Estamos demasiado acostumbrados a vivir bajo el sentido de la vista, quizá porque es el que más información a priori nos da sobre el mundo. Pero quizá sería bueno trabajar otros sentidos para potenciar nuestra relación con el mundo. En ciertas ocasiones recordamos olores tan intensos como el petricor, olor a tierra mojada, o ciertos olores de platos familiares que nos retrotraen a los momentos de la infancia que, por lo general, suelen ser agradables.
La linea del documental me parece muy interesante, intentando innovar, interactuando con los protagonistas y dejando que cada persona tenga su propia opinión. Se aleja mucho, como dije antes, de los típicos documentales lacrimógenos y es algo que se agradece.
Ojalá se hagan más documentales así, contando experiencias sin testimonios de lágrima fácil, con dignidad y frescura. Aquí os dejo el documental
No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com