La Iglesia española alza la voz por primera vez sobre el genocidio de Israel en Gaza: “Son actos de limpieza étnica”
“Es urgente e inaplazable terminar con el asedio a la población, así como con el ataque a los hospitales, con los bombardeos a la población civil, la destrucción sistemática de infraestructuras y vecindarios, y la negación de asistencia humanitaria, lo que supone una violación de los derechos humanos más básicos y del derecho internacional humanitario, actos de ocupación equivalentes a una limpieza étnica”. Con inusitada dureza, la Conferencia Episcopal española, a través de la Comisión General de Justicia y Paz, ha criticado la crueldad israelí en Palestina.
Los obispos claman por que “se respete el Derecho Internacional Humanitario; que se permita la entrada de ayuda humanitaria sin restricciones, que se respete la defensa de la vida, especialmente de las personas más vulnerables, infancia, enfermas, mujeres, y se libere a todas las personas secuestradas y que se abran corredores humanitarios para asistir a la población civil”.
“Un embargo militar integral”
Es la primera vez que, de manera oficial, la Iglesia española responde al genocidio (en palabras del difunto papa Francisco) que se está perpetrando en Palestina, y con palabras contundentes, exigiendo “que los dirigentes de los Estados sigan imponiendo sanciones a los acuerdos con quienes no respetan el derecho internacional humanitario y cese el rearme, con un embargo militar integral, en búsqueda de una paz 'desarmada y desarmante'”, citando las palabras del nuevo papa, León XIV.
La iglesua católica española clama “que se dé fin a la guerra en Gaza, y se inicie la reconstrucción de las infraestructuras para una vida digna del propio pueblo palestino en su territorio, hasta consolidar una Paz con Justicia y reparación”.
“La realidad que estamos viviendo clama a gritos el fin de todo enfrentamiento y el establecimiento de la paz llena de justicia, en todos los territorios que sufren este flagelo de la guerra, y especialmente en la querida tierra de Palestina, donde, en palabras de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, la escalada militar plantea condiciones de vida incompatibles con la supervivencia”, recuerda la nota, que insiste en que “en Gaza, las personas mayores, menores y familias están ya muriendo de hambre”.
“No podemos olvidarnos ni mirar para otro lado”
“No queremos que Atila recorra la franja de Gaza, no queremos ni bombas ni rehenes, queremos justicia y paz para quienes viven en Israel y en Palestina, queremos el pleno respeto de todos los derechos humanos en todas las tierras que pisó nuestro señor Jesucristo y en todo el mundo. No podemos olvidarnos ni mirar para otro lado cuando los hermanos y hermanas sufren y están muriendo a causa de las guerras”, denuncia el escrito, que incide en que “quedarnos indiferentes es una incoherencia total con nuestro cristianismo”.
“Con el Papa León XIV, decimos que la paz no es el silencio sepulcral después del conflicto, no es el resultado de la opresión ni del exterminio, sino un don que mira a las personas y reactiva su vida”, se lee en la nota, que reclama “valentía para pasar página y volver a comenzar en una relación de respeto y convivencia”.
“Debemos implicarnos todo lo que podamos en este esfuerzo de reparación y de exigencia de parar la guerra como condición primera e ineludible”, subraya el comunicado que apoya la propuesta de la Santa Sede de acoger conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia, “para que las personas enemigas se encuentren y se miren a los ojos, para que a los pueblos se les devuelva la esperanza y se les restituya la dignidad que merecen, la dignidad de la paz”.
“Las armas pueden y deben callar, porque no resuelven los problemas, sino que los aumentan; porque pasarán a la historia quienes siembran la paz, no quienes cosechan víctimas; porque las demás personas no son ante todo enemigas, sino seres humanos: no son seres malos a quienes odiar, sino personas con quienes hablar”, finaliza.
Toda la información en www.religiondigital.org
12