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The Guardian en español

El Brexit ha sembrado la duda: los temporeros rumanos dan la espalda a las granjas de Reino Unido

Cada año, será más difícil conseguir temporeros que quieran trabajar por unos meses en Reino Unido

Kit Gillet

Bucarest —

“Está siendo el año más duro”, explica Alexandru Barbacaru, director de Est-Vest Services, una agencia de empleo temporal rumana que contrata a temporeros que quieran trabajar en Reino Unido.

Sentado en su despacho situado en el centro de Bucarest, frente a un escritorio abarrotado de formularios de solicitud de empleo debidamente rellenados y de documentación fiscal de los trabajadores actuales y pasados, Barbaracu explica que para agencias como la suya cada vez es más difícil proporcionar recolectores de fruta y otro tipo de temporeros a las explotaciones agrícolas del Reino Unido cuando llega el momento de la cosecha.

“Hace tres años, conseguimos llenar 5.000 puestos de trabajo. En cambio, este año seguramente llenaremos entre 3.000 o 3.500”, puntualiza: “En junio me gasté unos 2.000 dólares en anuncios de empleo en Facebook. El año pasado no tuvimos que contratar anuncios”.

Desde hace tiempo, los agricultores de Reino Unido dependen de la mano de obra temporal de los países de Europa del Este y en los últimos años los temporeros eran mayoritariamente de nuevos estados miembros de la Unión Europea, como Rumanía y Bulgaria.

Sin embargo, debido al Brexit, a la debilitada libra esterlina y a las sólidas economías en otras partes de Europa, las granjas en el Reino Unido han perdido atractivo para estos trabajadores y las agencias de contratación tienen dificultades para encontrar mano de obra y también la necesidad de subir sus tarifas.

“Este año será una prueba de fuego para algunos agricultores”, explica Barbacaru, con más de 20 años de experiencia en el sector de la contratación. Su empresa ha decidido centrar sus esfuerzos en la contratación de mano de obra cualificada, como soldadores y carniceros. Muestra un correo electrónico que ha recibido esa misma mañana de una granja en Escocia, que está buscando a unas 50-100 personas que estén dispuestas a empezar a trabajar de inmediato.

Cada año será más difícil

“Muchas granjas están acostumbradas a explicar a sus trabajadores que necesitan de 30 a 40 personas y les preguntan si tienen amigos que puedan estar interesados. Normalmente, llenaban las vacantes en una semana. Esto ya no ocurre. No hay trabajadores disponibles, la tasa de desempleo es muy baja. Probablemente el año pasado ya se percataron de que era más difícil que el año anterior y, de hecho, cada año va a ser más difícil”.

En junio, la organización comercial British Summer Fruits (BSF) anunció que a sus miembros les faltaba entre un 10% y un 15% de mano de obra, y que se esperaba que en otoño el déficit superara el 30%. Mientras tanto, en una encuesta realizada por el Sindicato Nacional de Agricultores, las granjas de horticultura en Reino Unido señalaron que en 2017 el déficit de trabajadores estacionales había sido del 12,5%.

En Rumanía, la tasa de desempleo está en su punto más bajo de los últimos 25 años y en 2017 la economía creció un 7%, la tasa de crecimiento más rápida de la UE. La tasa de desempleo de Bulgaria, el país vecino, también ha disminuido constantemente en los últimos años. Y mientras que muchos europeos del este siguen marchando de sus hogares para aceptar un trabajo temporal, cada vez son más los que optan por trabajar en otros países del continente, con salarios que suelen ser más altos.

“En el pasado, ningún trabajador preguntaba por vacantes en Alemania, la pregunta siempre era '¿podemos ir al Reino Unido? en cambio ahora, el 30% de las personas interesadas que nos llaman quieren ir a trabajar a otro lugar”, indica Barbacaru, que destaca el impacto de la depreciación de la libra, que cayó a su punto más bajo en 31 años inmediatamente después del referéndum del Brexit y no se ha recuperado desde entonces.

Otras agencias de contratación también tienen el mismo problema. “Si atendemos a la demanda, deberíamos reclutar a más de 4.000 personas. Es poco probable que alcancemos ese objetivo, por lo que a las granjas les faltará personal y tendrán sobrecarga de trabajo”, indica Douglas Amesz, quien, junto con su esposa rumana, dirige AG Recruitment and Management, que busca mano de obra principalmente en Rumania y Bulgaria. “La mayoría de las granjas británicas entienden la situación pero la tensión va en aumento y entre los agricultores crece la frustración”.

Amesz señala que el Brexit ha tenido un efecto psicológico: “Ha generado reservas y dudas, los trabajadores optan por otros países. Antes, tenían al Reino Unido en un pedestal. El Brexit nos ha hecho bajar del pedestal de golpe”, señala.

“He oído cómo muchas personas hablan del impacto del Brexit”, afirma Catalin Pascanu, director general de Albatross, una agencia de viajes con sede en Bucarest que trabaja con una agencia de reclutamiento para llevar a trabajadores temporales de Rumania al Reino Unido. “[Antes del referéndum] las autoridades de Reino Unido no hicieron una consulta a las organizaciones de horticultura o agricultura, que lamentablemente ahora sufren las consecuencias”.

Con menos trabajadores potenciales, los reclutadores se ven obligados a buscar más lejos para encontrar personas dispuestas a trabajar temporalmente en el Reino Unido.

“Hace tres años sólo teníamos una oficina en Rumanía y otra en Bulgaria, y siempre me sorprendió lo lejos que viajaba la gente para venir a vernos, se desplazaban 400 kilómetros para venir a nuestra oficina”, dice Amesz. “Desde el Brexit, somos nosotros los que tenemos que viajar a cada rincón del país para reclutar. Ahora tenemos cuatro oficinas en Rumanía y dos en Bulgaria. Tenemos que salir a reclutar, y a explicar las ventajas de trabajar en una granja del Reino Unido”.

Indica que el coste del proceso de reclutamiento se ha triplicado o “cuadruplicado”. Hace diez años la mayoría de trabajadores que reclutaban eran estudiantes universitarios que hablaban inglés. Ahora, el perfil del trabajador es muy distinto: “Ya no contratamos a estudiantes, ahora las personas que reclutamos no tienen estudios universitarios y no hablan inglés”.

A pesar de todo, siguen siendo muchos los rumanos que quieren ir al Reino Unido para un trabajo temporal. “Prefiero ir a Reino Unido”, indica Alex Avram, un joven de 20 años de la ciudad de Oradea, situada en el oeste del país, cerca de la frontera con Hungría.

Avram, que no habla inglés, espera marchar al Reino Unido en un mes, cuando encuentre una agencia de contratación y una granja que le convenza.

Sus futuros suegros hicieron un trabajo similar en el Reino Unido el año pasado y planean ir de nuevo este año, y Avram no está preocupado por la situación generada por el Brexit. “Nunca he estado en el extranjero antes, así que soy prudente, solo quiero asegurarme de que me paguen”, dice.

Amesz tiene un mensaje algo sombrío para los granjeros que tenían la esperanza de que las dificultades de contratación de este año y del año pasado fueran excepciones a la norma y que los temporeros del este de Europa volverían a apostar por el Reino Unido.

“No es un problema que se vaya a evaporar. Fue difícil el año pasado, está siendo difícil este año y será todavía más difícil el año que viene”, advierte.

Traducido por Emma Reverter

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