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The Guardian en español

Sube la tensión en EEUU por la represión en las protestas raciales de San Luis

Manifestantes se concentran frente a la comisaría de la policía en San Luis el pasado 17 de septiembre.

Chris Campbell

San Luis —

Las protestas por la absolución del exagente de policía de la ciudad de San Luis (Missouri) Jason Stockley llegaron a su cuarta noche y muchos afirman que la respuesta de las fuerzas de seguridad se ha vuelto cada vez más dura. Denuncian que las autoridades locales y estatales no han aprendido nada de sus acciones en las protestas de Ferguson, en el mismo estado.

Stockley, blanco, fue acusado de matar a Anthony Lamar Smith, negro, tras una persecución en coche a alta velocidad.

Durante intensas protestas el domingo por la noche en el centro de San Luis, se acusó a la policía de cantar el conocido eslogan de protesta: “¿De quién son estas calles? ¡Nuestras!”. El jefe de policía en funciones, Lawrence O'Toole, cuyo departamento detuvo a más de 120 personas, afirmó en una rueda de prensa: “La noche pertenece a la policía”.

Cara Spencer, concejala del distrito 20 de la ciudad ha afirmado sentirse “profundamente decepcionada” por la retórica utilizada. “Los cantos eran desoladores y el lema 'la noche es nuestra' establece un mal tono”, añade. Aunque reconoce la necesidad de proteger la seguridad de los agentes, Spencer también critica la respuesta de las autoridades por su tinte militarista.

“Ver tropas y tanques o blindados desfilando por la calle es una escena horrible”, afirma. “Los responsables de las protestas se merecen un respeto por pedir a todo el mundo que se disperse a una hora razonable. La gente que se queda son agitadores con objetivos diferentes”, añade.

Desfilando al unísono por las calles del centro y ataviados con material antidisturbios, la policía adoptó una posición más dura el domingo, tras varias jornadas de intensas protestas, detenciones y daños a la propiedad por toda la ciudad.

Christian Misner, residente en el centro de San Luis y testigo de algunas de las escenas callejeras que ocurrieron frente a su casa, afirma que le pilló por sorpresa el tono de la respuesta policial. “Era militarista, coordinada e intimidatoria”. “Cantaban y se golpeaban al unísono con sus porras en las espinilleras y en el suelo”. Misner asegura que hay una desproporción entre el comportamiento de los manifestantes y la respuesta de los agentes de policía.

“No vi lanzamiento de botellas, escupitajos ni nada de eso”, sostiene. “Todo el mundo estaba por ahí, hablando y haciendo fotos y vídeos. Solo dos personas expresaron verbalmente su frustración”, añade. El viernes, los manifestantes rodearon la casa de la alcaldesa de San Luis, Lyda Krewson, rompiendo ventanas y lanzando pintura.

Los líderes de las protestas han prometido celebrar grandes manifestaciones con el objetivo de perturbar la economía de la ciudad y han fomentado el canto “Matáis a nuestros hijos, matamos vuestra economía”.

Mientras las protestas en Ferguson tras la muerte de Michael Brown se limitaron en su mayoría a unas cuantas manzanas en el pequeño suburbio de San Luis, estas protestas han tenido por objetivo áreas de la ciudad con concentración de riqueza y actividad empresarial.

Estas tácticas ya han dado sus frutos: tanto el grupo U2 como el cantante Ed Sheeran han cancelado sus conciertos en la ciudad como resultado de las protestas (por no haber suficientes policías para la seguridad de sus actuaciones). Las manifestaciones también han tenido como resultado una reducción en las horas de actividad comercial, cancelaciones en reservas hoteleras y han afectado a la actividad del pequeño comercio y de restaurantes.

Muchos manifestantes creen que alterar la economía es la mejor opción para lograr el cambio. “Esta fue una mala decisión”, afirma Percy Woodbury, uno de los manifestantes. “Lo correcto es correcto y lo que no lo es, no lo es. Esto no es justo”.

El lunes por la tarde, los manifestantes se volvieron a reunir en el distrito de Delmar Loop, escenario de las protestas del sábado, esperando aprovechar el impulso. Por la noche las protestas continuaron de forma pacífica, siguiendo el patrón de las anteriores.

Tras una breve marcha, los manifestantes se trasladaron al centro de San Luis, donde se reunieron alrededor del Ayuntamiento. Varios centenares de personas corearon el nombre de Smith e hicieron dos minutos de silencio en su memoria. Poco después empezó una fuerte lluvia, aunque la gente elevó el tono y no se dispersó. Las manifestaciones siguieron siendo pacíficas.

La concejala Spencer, que asegura que los agentes de policía de San Luis en su distrito han logrado estrechar vínculos con la comunidad a nivel vecinal, pide una mayor comunicación entre aquellos que coordinan a las fuerzas de seguridad y los líderes locales. “Mucha gente no participa en el debate”, afirma. “Tenemos que atraer a gente que está trabajando para cambiar el sistema”.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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