¿Cómo funciona el agua hidrogenada?

Agua hidrogenada

Darío Pescador

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A lo largo de la historia, siempre han existido muchos tipos de “aguas mágicas” con supuestas propiedades curativas. La última versión de este mito es el agua estructurada, que es una imposibilidad química y un timo. Pero no hay que confundirla con otro tipo de agua que sí ha demostrado tener propiedades beneficiosas para la salud: el agua hidrogenada.

Es fácil entender la diferencia. El agua hidrogenada es simplemente agua normal (H2O) en la que se ha disuelto el gas hidrógeno. No cambia su composición; simplemente estamos introduciendo ese gas hidrógeno en nuestro cuerpo cuando la bebemos. Estamos más que acostumbrados a beber agua y otros líquidos con gases disueltos. El agua con gas que te ponen en tu bar es agua con gas carbónico disuelto (CO2), que también es responsable de las burbujas en la Coca Cola y en la cerveza.

El hidrógeno no solo es un elemento esencial en la química del cuerpo. La teoría dice que, dado que los enlaces entre el hidrógeno y el oxígeno en el agua son muy fuertes, puede que no consigamos suficiente hidrógeno del agua. Así que, por qué no disolver hidrógeno en agua, como si se tratara de un refresco, y venderla a buen precio.

El agua hidrogenada se puede comprar embotellada y también hay dispositivos que ionizan el agua normal para añadirle hidrógeno, que van desde menos de 100 euros hasta varios cientos o miles de euros, dependiendo de su sofisticación. 

Puesto así, podría parecer pseudociencia, pero las apariencias engañan. Aunque no hay consenso, hay estudios controlados y serios que han comprobado que el agua hidrogenada puede tener beneficios para la salud que van desde una mejor función cerebral, perfeccionamiento del rendimiento deportivo, beneficios en el metabolismo y disminución de la inflamación, hasta mayores niveles de energía y una mejor calidad del sueño. Estos son algunos de los resultados de los estudios:

  • Disminución de la inflamación: un estudio controlado encontró que en los sujetos que consumían agua con hidrógeno, esta reducía la inflamación y evitaba la muerte celular de las células sanguíneas.
  • Mejora de los síntomas en pacientes de cáncer: el agua hidrogenada mejoró la calidad de vida de los pacientes de cáncer tratados con radioterapia.
  • Mejora los niveles de colesterol: las personas con síndrome metabólico sufren dislipidemia, niveles alterados de colesterol en sangre, y el agua hidrogenada parece ayudar a normalizarlos.
  • Mejor rendimiento deportivo: varios estudios han comprobado que el agua hidrogenada reduce la fatiga y aumenta el rendimiento en los atletas. 

Todos estos efectos parecen estar mediados por las propiedades antinflamatorias del hidrógeno, un gas que se utiliza de forma terapéutica desde hace mucho tiempo.

La pregunta es si el agua con hidrógeno que se compra embotellada o la que producen las máquinas caseras, tiene la concentración necesaria, ya que no hay ningún estándar al respecto. En el peor de los casos, podría no ser suficiente para tener efecto alguno, aunque tampoco haría ningún daño. Tampoco se ha estudiado suficientemente la cantidad de agua con hidrógeno que hay que consumir para obtener sus posibles beneficios, que va desde dos vasos hasta dos litros al día en los experimentos.

Si te animas a probar el agua con hidrógeno, los expertos recomiendan beberla rápido y no dejar que se escape el gas.

¿En qué se basa todo esto?

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