Diez cosas que (quizá) no sabías de Rumanía

El Castillo de Bran es conocido como el castillo del Conde Drácula

Roberto Ruiz

Rumanía es un destino que nunca defrauda. Será por su cultura medieval, su tremendamente verde naturaleza, por su pasado comunista, por su autenticidad o por su cercanía como país europeo. Eso, por supuesto, sin mencionar siquiera al mismísimo Conde Drácula.

Es un país fácilmente abarcable, de la mitad de tamaño que España y lleno de gente hospitalaria, por lo que cabe perfectamente en cualquier plan de vacaciones. Y aunque lo tenemos a menos de cuatro horas de avión seguro que hay un buen número de cosas que no sabías de Rumanía, y que además te llamarán poderosamente la atención. Estas diez son sólo algunas de ellas, las demás te animamos a descubrirlas en persona en tu próximo viaje a Rumanía. 

1. Donde está el castillo de Drácula en el que no vivió Drácula

Muchos conocen Rumanía por Transilvania, una región montañosa y muy visitada por sus castillos y ciudades medievales, ubicada en el centro del país. Aquí es donde está el Castillo de Bran, o el más popularmente conocido como “Castillo de Drácula”. Toda una leyenda pues el Conde Drácula (Vlad III o Vlad Drăculea, príncipe de Valaquia) no vivió aquí, sino que sólo pasó de visita una vez. Eso, y el mito creado por Bram Stoker, es más que suficiente para convertirlo en uno de los puntos más turísticos de Rumanía.

2. Donde comenzó el alumbrado eléctrico de las ciudades

Como lo oyes, la ciudad de Timisoara, al oeste del país y muy cerca de Serbia, fue la primera ciudad de la Europa continental que iluminó sus calles con farolas eléctricas. Fue en 1884 y eso le hizo ser también la segunda del mundo sólo por detrás de Nueva York. La implantación de la electricidad llegó incluso antes y en 1869 consiguió que fuera la segunda ciudad europea en sustituir los caballos por tranvías.

3. Donde se encuentra una de las carreteras más bonitas del mundo

Como sabes, Rumanía es un país de montañas y paisajes espectaculares, y uno de ellos está atravesado por una carretera no menos llamativa: la Transfăgărășan. Esta carretera está considerada una de las más bonitas del mundo, sube hasta alcanzar los 2.034 metros de altitud y une las regiones de Transilvania y Valaquia a lo largo de casi 100 km. El mejor momento para visitarla es en verano pues, aunque en invierno es incluso más bonita, puedes encontrarla cerrada por nieve. 

4. Donde está el segundo glaciar subterráneo más grande del mundo

La cueva glaciar de Scărișoara es uno de los lugares más visitados de Transilvania, es la más grande del país y en ella se encuentra el segundo glaciar subterráneo más grande del mundo. Se encuentra en los montes Apuseni, a 1.265 metros de altitud, y aquí además de una masa de 75.000 metros cúbicos de hielo fosilizado encontrarás estalactitas de hielo milenarias. En su interior, como comprenderás, siempre es invierno. 

5. Donde un cementerio puede ser alegre

En Săpânța hay un cementerio muy peculiar, muy lejos de los clásicos y lúgubres cementerios que podríamos imaginar. Aquí todo es alegre, desde sus colores hasta los epitafios de las lápidas. Verás que hay multitud de mensajes irónicos donde el humor negro es la principal herramienta para entender la muerte de una manera diferente. Obviamente, las inscripciones están escritas en rumano, por lo que te hará falta un guía o un traductor para sacarle su jugo. 

6. Donde la UNESCO reconoce su Patrimonio de la Humanidad

En Rumanía se ubican siete sitios que han sido reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tanto culturales como naturales. Aquí encontrarás el Delta del Danubio, las aldeas con iglesias fortificadas de Transilvania, la Iglesia de la Resurrección del monasterio de Suceviţa, el Monasterio de Horezu, el Centro histórico de Sighişoara, las Fortalezas dacias de los Montes de Orastia, y las Iglesias de madera de Maramureş. 

7. Donde los billetes son de plástico

En nuestro día a día estamos acostumbrados a utilizar billetes de papel, pero hay muchos países del mundo que no siguen esta técnica y Rumanía es uno de ellos. Aquí se opta por la alternativa de fabricarlos empleando un polímero, de manera que son billetes plásticos, más duraderos que los de papel. De primeras se hace raro al tacto pero pronto te acostumbras a su uso. El leu rumano cuenta con billetes de 1, 5, 10, 50, 100, 200 y 500 lei.

8. Donde la naturaleza es la protagonista

Rumanía es verde, la mires por donde la mires, y tiene montañas de sobra para enamorar a los más atrevidos senderistas. Pero también es hogar de una variada fauna salvaje, y de hecho la ciudad de Brasov es famosa por la alta concentración de osos que viven en sus alrededores. El delta de Danubio es otra de sus joyas naturales, vierte sus aguas en el Mar Negro y sus lagos y marismas acogen a más de 300 especies de aves y 45 de peces de agua dulce.

9. Donde es posible que te entiendan al hablar español

Seguro que alguna vez, al conocer a alguien de Rumanía, te ha llamado la atención lo bien que habla español, con una envidiable pronunciación. La explicación la encontramos en el origen de su lengua, tan latina como el español, lo cual facilita las cosas. De hecho no es raro encontrar a gente que habla español sin haberlo estudiado, simplemente aprendido por ver series y telenovelas. A la inversa no funciona igual de bien, podemos oír hablar rumano y no enterarnos de nada, pero al leerlo veremos que sí se aprecian las similitudes.

10. Donde el capitalismo aún está abriéndose paso

Rumanía aún arrastra su no tan lejano pasado comunista y el capitalismo puede parecer poco extendido aún. Esto lo veremos sobre todo en las zonas más rurales y seguramente estará aún más acentuado en los lugares por los que no pasarías en tu viaje. En Bucarest, obviamente, la globalización te recordará a cualquier gran ciudad europea.

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