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Pedaleando tras las ocho maravillas

Sendero en el Parque Natural de Cazorla.

Francisco J. Jiménez

Son muchas las maneras de conocer Andalucía, pero una muy original es hacerlo montado en una bici de montaña y atravesando algunos de sus parajes naturales más valiosos. Se trata de un interesante híbrido que toma forma en el cicloturismo, un modo de salir de la rutina que cada uno lo interpreta a su modo. No hay un guía metiendo prisas ni unas etapas que cumplir de forma obligatoria. Cada cual se marca su ritmo.

La TransAndalus es una ruta de largo recorrido para los amantes del mountain-bike de alforja. Tiene un carácter circular alrededor de Andalucía recorriendo todas sus provincias. Intenta ofrecer una gran ruta que venga a completar la oferta nacional: Camino Francés (Camino de Santiago), Vía de la Plata, Transpirenáica y Ruta del Cid. Se echaba en falta en una comunidad con un clima óptimo para la práctica del cicloturismo. El gran número de amantes de la bicicleta demandaba una ruta de largo recorrido.

Nada menos que 2.000 kilómetros para atravesar espacios protegidos como el Cabo de Gata, Karst de Yesos en Sorbas, Sierra de Baza, Cazorla, Despeñaperros, Andújar, Cardeña y Montoro, Sierra Norte, Aracena y Picos de Aroche, Doñana, El Estrecho, Los Alcornocales, Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, Sierra Nevada… sin mencionar otros espacios naturales sin figura de protección ambiental por ahora como el Valle de Los Pedroches, la Sierra de los Filabres y la Sierra de Gádor.

La TransAndalus es un proyecto que ha sido posible gracias al trabajo y esfuerzo desinteresado de ciclistas andaluces que, de forma voluntaria, han trabajado juntos gracias a internet, contribuyendo cada uno con información sobre sus respectivas provincias.

A la hora de presentar el proyecto hay que destacar su carácter colaborativo. La forma de afrontarlo y abordarlo fue pionero: voluntarios de toda Andalucía y de fuera, pues cuenta con traductores al inglés hasta en Australia, comparten documentación a través de los medios gratuitos disponibles en internet. Este modelo ha sido luego empleado para otros proyectos parecidos en España: Transmurciana, M-500 (Madrid), TransCatalunya, Transibilbideak (Euskadi)... donde en algunos casos sí que están teniendo apoyo institucional.

La iniciativa de Transandalus, que es una asociación sin ánimo de lucro, además de promover un turismo rural (en Andalucía sigue prevaleciendo el turismo de sol y playa), es un turismo rural de calidad en varios sentidos: se reparte por las ocho provincias, es un turismo desestacionalizado (no es el típico turismo rural de fines de semana y puentes), debe ser el tipo de turismo rural que deja más estancias (casi 6,5 días de pernoctaciones), llega a muchas zonas que no eran destinos habituales turísticos, y en algunos casos además, poco conocidos. Además, desmiente la imagen de un ciclista como turista que no tiene dinero para otro tipo de turismo, que deja dinero, porque quitando una cifra del 10% de viajeros que hacen vivac, el resto se hospeda en hostales u hoteles y come en bares y restaurantes. Según un cálculo realizado por los organizadores y basado en encuestas online que rellenaron los viajeros, el gasto medio de cada uno se sitúa en unos 55 euros por persona.

Todas las provincias andaluzas cuentan con protagonismo en una iniciativa que cada uno recorre como cree más oportuno. Fran Cortés, coordinador del proyecto, revela que “nosotros diseñamos un recorrido y aportamos información, pero realmente no organizamos nada. Tú decides cuándo y qué parte recorres. Eso sí, hay que tener una información actualizada porque una de las características del proyecto era conseguir el feedback entre los viajeros. A la hora de preparar el viaje, al ser una ruta no señalizada, requiere un esfuerzo. No sólo son viajeros, sino que además reportan informan y ayudan a otros”.

El cicloturismo se está imponiendo como una forma de adentrarse en parajes desconocidos de un modo activo. Aquí no hay un espíritu competitivo: lo importante es conocer y disfrutar. “No hay un único cicloturismo, depende de las características de quien lo practique, del tiempo de que disponga, de su economía… Nos gusta remarcar el componente del turismo. Lo que lleva debajo de las piernas es la excusa, la cosa es conocer Andalucía”, subraya Cortés.

La TransAndalus no tiene una etapa de inicio. El trazado está distribuido en tramos, entendidos como el recorrido entre dos poblaciones que dispongan de unos servicios mínimos para la pernoctación de los ciclistas, así cada viajero se confeccionará la ruta a su gusto, eligiendo donde empezar (y acabar), así como la longitud de las etapas sumando varios tramos.

“No buscamos pasar por parajes naturales, salió así. Empezamos a contar y vimos que hay muchos kilómetros de protección ambiental en la ruta elegida. Se intentaba que fuera atractivo para cualquier aficionado al mountain bike, no que fuera un área verde. Queríamos que con una sola jornada fuera atractivo para el que practica mountain bike a diario. Pasar por pueblos que ofrecieran un mínimo de servicios, no forzar el recorrido buscando gran capitales. Hay pueblos turísticos que se han quedado fuera”, explica el coordinador.

Llama la atención el hecho de que casi un diez por ciento de los viajeros que han participado en la ruta recientemente son extranjeros. Según Fran Cortés, es una cifra importante porque “tienes que embarcar la bici en el avión y eso no es barato. Si hubiera empresas en Andalucía para dar soporte, más gente vendría. Un 30% son andaluces. Además, lo bueno es que hemos conseguido que les pique el bicho. Mucha gente salía un día o dos con la bici, nunca habían hecho esto, y le hemos metido el gusanillo. El resto de los viajeros suelen venir de España, sobre todo de Madrid, Cataluña y País Vasco”.

Es evidente que se trata de un excelente modo de dar a conocer la región para los visitantes, pero por el momento las instituciones han dado la espalda. “Queda la desazón de que apenas hemos tenido colaboración de las administraciones. Quien va a ganar dinero con esto es el restaurante o el hostal de los pueblos, no yo. Yo trabajo en una Universidad y esto no me da de comer. Lo mínimo que pedimos es promoción. Tenemos firmado un acuerdo con la Junta para entrar en los planes de promoción turística, pero de momento no se ha concretado en nada”.

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