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El Ayuntamiento esconde sus cartas en el conflicto de Can Vies y la oposición le reprocha la falta de un plan

Vecinos y activistas reconstruyen el edificio de Can Vies / Enric Català

Jordi Molina

Barcelona —

Poca información ha facilitado hoy el primer teniente de alcalde de Barcelona, Joaquim Forn, sobre la estrategia que tiene previsto seguir el Ayuntamiento para desbloquear el conflicto de Can Vies. Como si se tratara de una partida de póquer, más que de uno de los conflictos sociales más importantes que se recuerdan en Barcelona, Forn ha dicho que sería “un error” sentarse a negociar “con una propuesta concreta o excluyendo alguna”, por lo que ha descartado avanzar cuál es el plan del Ayuntamiento comandado por Xavier Trias.

En una rueda de prensa celebrada esta mañana, después de reunirse con los grupos municipales, Forn ha vuelto ha monopolizar el concepto de violencia. Según el teniente de alcalde, el Ayuntamiento no negociará nada con los “grupos violentos”, justo cuando los incidentes han cedido en las últimas horas y cuando empiezan a haber denuncias de algunos manifestantes que advierten de la desproporcionalidad en la actuación policial.

Hechas estas aclaraciones, el Ayuntamiento ha insistido en su “predisposición al diálogo” y, para ello, ha citado los mediadores que entiende que son los más adecuados, como el Centro Social de Sants y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (Favb), fundamentales en las conversaciones que hubo la semana pasada, y la Síndica de Barcelona y el Síndic de Greuges. En cambio, ha descartado abrir la negociación a través de otros partidos políticos que puedan tener más sintonía con el colectivo.

De todo lo dicho, lo que abre un escenario de esperanzas para activar el diálogo con el tejido asociativo de la zona, es la decisión de retirar, mañana mismo, la excavadora, símbolo material del derribo. El teniente de alcalde, que también preside Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), ha asegurado que mañana la retirará. Antes de dar por terminada su comparecencia, ha dicho que esta semana se reunirá la junta local de seguridad y que, durante el mes de junio, se abordará un pleno extraordinario sobre Can Vies.

La oposición exige una hoja de ruta, pero no pide dimisión

Ni una palabra sobre dimisiones entre las fuerzas de la oposición. Y es que uno de los principales interrogantes de hoy era, precisamente, saber si alguno de los grupos pediría la cabeza del alcalde o del concejal del distrito de Sants-Montjuïc, Jordi Martí, tal y como exigieron desde el colectivo del edificio de Sants. Después de cerca de dos horas de reunión entre el alcalde y los grupos de la oposición, PSC, ICV y UxB han lamentado la indefinición del alcalde sin salirse de una línea moderadamente crítica.

Era una buena ocasión para el nuevo alcaldable del PSC, Jaume Collboni, que ha sido el primero en comparecer, para ganarse un lugar en el imaginario político de la ciudad. Collboni ha explicado que se celebrará un pleno extraordinario para abordar la problemática con el objetivo, dice, de conocer la hoja de ruta del equipo de Trias para solucionar el problema. Un hecho que, desde su punto de vista, “todavía no se ha dado”.

El líder del PSC ha dejado claro que “es pronto para pedir responsabilidades políticas”, pero ha subrayado que el gobierno de la ciudad ha tomado “decisiones erróneas”, en alusión a la forma en cómo se desalojó del edificio. Collboni ha dicho que sólo le dará apoyo al alcalde “si hace de alcalde”. Todo hace indicar que, dado que durante el largo mandato del PSC en la ciudad no se abordó el futuro de Can Vies, los socialistas hayan optado por una posición tibia. Más de lo mismo ocurre entre las filas ecosocialistas, eternos socios del PSC en Barcelona. Ninguna petición de dimisión, aunque Ricard Gomà, líder de ICV-EUiA en la ciudad, ha subido el tono con respecto a las “identificaciones masivas” del sábado. Gomà, que ha explicado que la reunión con el alcalde “no ha aportado nada nuevo”, ha pedido que el proyecto de Can Vies tenga continuidad y, ha dicho que, para garantizarlo, se abrirá un proceso “de amplia implicación ciudadana”.

Desde las filas republicanas, Jordi Portabella (UxB) también ha hecho hincapié en la negocición: “Lo que no puede ser es que tengamos la sensación de que cada semana cambian las condiciones de la negociación porque así no se va a ninguna parte”, ha espetado. Por este motivo, Portabella quiere una “hoja de ruta clara” y insiste en que “la actividad de los grupos no violentos” continúe.

Más allá de las intervenciones de hoy, el grave problema de falta de confianza mutua entre el consistorio y el colectivo de Can Vies persiste. Can Vies, que ya se ha puesto manos a la obra para rehacer el edificio, no quiere negociar directamente con el gobierno de Trias; mientras que el gobierno municipal no confía en la palabra de una parte del colectivo, que insiste en referirse a ella en términos de violencia y contrario a llegar a ningún acuerdo. Ahora, con el gesto de retirar la grúa más el hecho de haber parado el derribo el pasado viernes, el consistorio espera ganarse la credibilidad perdida y, como mínimo, evidenciar, a ojos del electorado, su voluntad de diálogo.

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