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Lorenzo Silva: “Los comuneros fueron la expresión de la libertad del pueblo”

Lorenzo Silva

Alicia Avilés Pozo

Desde 1988, el Partido Castellano (PCAS) celebra en Toledo su tradicional Homenaje a los Comuneros en la emblemática Plaza de Padilla de la capital regional. Su edición número 29 se celebra este sábado, día 4 de febrero, y cuenta con la participación del escritor madrileño Lorenzo Silva, que protagoniza la ofrenda floral del evento. En una entrevista con eldiarioclm.es, el novelista ha manifestado su pasión por este episodio de la historia española, que se produjo entre los años 1520 y 1521 cuando varias revoluciones populares en las regiones castellanas pusieron en jaque a la monarquía de Carlos I.

Silva, que se considera “medio castellano, medio andaluz” afirma que la figura de estos hombres y mujeres sigue sin estar lo suficientemente reconocida, sobre todo cuando el levantamiento de las Comunidades supuso “la expresión de la mayor defensa de las libertades de un pueblo que entiende que no le debe una sumisión ciega ni perruna a su monarca, sino que este merece serlo en la medida en que reconoce y garantiza los derechos de sus súbditos”.

Interpreta así que esa es la significación principal de su papel en la historia, frente a un poder como el que representaba entonces la monarquía española recién constituida y “puesta en manos de alguien tan ambicioso” como el que luego iba a ser también el emperador Carlos V de Alemania. “Impuso su voluntad en el resto de los reinos de España sin que nadie osara a enfrentarla salvo como lo hicieron los comuneros castellanos”.

“Estas revoluciones fueron la expresión de una voluntad del pueblo castellano de no obedecer sin más a quienes les dirigían, sino de exigir compromisos y lealtad por parte de sus dirigentes, que es algo que tiene un contenido muy moderno y muy reivindicable desde la época actual”, subraya.

El escritor, que aclara que no tiene ninguna afiliación política y que acude al acto por la importancia histórica que concede al levantamiento de los comuneros, habla del castellanismo como la expresión de ese espíritu, “no tanto en términos de una expresión política concreta, como en una valoración histórica y personal”.

En base a esta fascinación particular, dice tener la sensación de que “Castilla es una ”realidad postergada“. ”Con el aplastamiento del levantamiento de los comuneros cayó para siempre esa voz y desde entonces ha sido como un sujeto pasivo de la historia y creo que ha dejado que otras regiones impongan su agenda y vayan recibiendo atención preferente. Mientras, paradójicamente, esa Castilla postergada ha ido cargando con todas las culpas y con todas las responsabilidades por parte de un poder que no se ejerce en su beneficio“, argumenta.

También esta convencido de que Castilla, “sin entrar en reivindicaciones identitarias, románticas y excesivas”, sí que debería “hacer valer su papel histórico y su realidad humana, social, política y cultural”, que incluye, subraya el escritor, la autoría de la segunda lengua del mundo, “que parece que a veces los castellanos nos tengamos que avergonzar de eso”.

Castilla y su supuesta “responsabilidad histórica”

El autor de ‘La marca del meridiano’, ‘El alquimista impaciente’ o ‘La flaqueza del bolchevique' rechaza que se asocien los males de la sociedad con el antiguo Reino de Castilla “porque los demás territorios también tenían sus reinos y además los funcionarios de la Corona de Castilla eran casi todos vizcaínos, por ejemplo”. En su opinión, no se entiende que se “cargue” a Castilla con esa “responsabilidad histórica”.

Rememora con ello que su ascendencia es castellana, toda de hombres y mujeres trabajadores que “jamás expoliaron ni sojuzgaron a nadie”. Y concluye resaltando que muchos de los valores castellanos están expresados en su literatura, como sucede con Garcilaso de la Vega, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca o Miguel de Cervantes. “Lo que define ese carácter es la franqueza, la honestidad y el ir con la verdad por delante. Un carácter de hombres celosos de su dignidad y su libertad que ahora supone un legado muy valioso”.

Los actos organizados por el PCAS comienzan a las 12.00 horas y tras el recorrido de un pasacalles festivo y reivindicativo por las calles de Toledo, los asistentes se desplazarán hasta la Plaza de Padilla, donde tendrá lugar la ofrenda floral en la plaza donde se hallaban las casas de la familia Padilla y Pacheco, y donde desde hace menos de dos años se alza la escultura a Juan de Padilla. Por este motivo, la reclamación principal de este acto gira en torno a María Pacheco, heroína toledana de las Comunidades y esposa de Juan de Padilla, que “aún no ha recibido el homenaje y la escultura que merece en su ciudad”, afirman desde el PCAS.

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