Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“Equis asterisco punto uno”, clave para trabajar en el Alicante de Ortiz

El empresario Enrique Ortiz a su llegada a los juzgados de Alicante

Rubén Peñalba

Alicante —

Las conversaciones del caso 'Brugal' demuestran cómo el empresario Enrique Ortiz y José Candel, director de la contrata de limpieza de Alicante, gestionaban las incorporaciones y las bajas del personal en función de las necesidades políticas y del 'amiguismo' en la empresa adjudicataria, Inusa.

En una de ellas, Candel deja claro que la clave para no quedarse sin empleo en la contrata que paga el Ayuntamiento es tener la referencia “equis asterisco punto uno, que quiere decir que es retorno inmediato”. Así, señala que “todos” los que le manda Manuela Carratalà 'Maleles' –mujer de Ortiz-, tienen clave x. “Como no los llamen les corto los huevos”, advierte.

Las llamadas, interceptadas por la Policía en el marco de la investigación por el supuesto amaño del Plan General de Alicante y del Plan Rabassa, revelan cómo daban y quitaban puestos de trabajo en el inicio de la crisis económica en los años 2008 y 2009.

En ellas, se escucha al empresario hablar con su director para pedirle un puesto de trabajo para un hombre “que está con la alcaldesa” –Sonia Castedo-, y al que hay que contratar por seis meses. “Le llamas ahora, le preguntas qué sabe hacer, que no sé que sabrá hacer, y le haces un contrato de seis meses en Inusa (empresa de Ortiz encargada de la limpieza y socia en UTE Alicante). Ya. Llámalo ahora, que está con la alcaldesa y quiero que le llames ya”, apremia el empresario.

Además, ambos hablan de tres personas vinculadas políticamente al PP, sobre una de las cuales, una mujer, Ortiz advierte que “tiene que empezar ya” -febrero de 2009-, y su sueldo debe ser de “200.000 pelas” -1.200 euros-, a lo que el director de la contrata pone reparos porque los administrativos cobran unos 1.100 euros. Ortiz insiste: “Habrá que ponerle un poco más, porque ella está cobrando 250.000 ahora”.

Candel se queja porque Ortiz no le habla claro y le recrimina irónicamente que “no se pueden hacer así las cosas», en referencia a la improvisación. ”Tengo que tirar a uno para meterla a ella“, subraya Candel, a lo que Enrique Ortiz responde: ”Que no me cuentes problemas. No hay opción, tienes que meterla a trabajar de secretaria o de lo que sea por ese dinero».

La otra situación se produce cuando Ortiz le comenta a Candel que la alcaldesa, en referencia a Castedo, le ha hablado de “dos personas” que “son del partido” para darles “una oportunidad” de “dos o tres meses”, “de esos contratos así...”, zanja.

Además, hablan de buscarle un puesto a “la ex del ex” una “tía importante” a la que hay que buscarle algo pero “no tiene que ir de curranta, tiene que ir a administración”. Ortiz se lamenta porque “no valía” ni para vender pisos y, por eso, le da igual dónde la coloquen: “De secretaria de... que se la folle o que haga lo que le salga de los cojones”. Eso, sí, «que se la coma el Ayuntamiento, antes que me la coma a mi». Y es que el empresario a esas alturas tenía que “quitarse gastos”.

Familia Ortiz

Además, en el compadreo que tienen ambos, el apellido Ortiz es considerado como “de los nuestros” y prevalece a la hora de acceder a puestos de trabajo “indefinidos” que van quedando libres en la contrata que paga el Ayuntamiento, pero gestiona con libertad el empresario alicantino imputado en los casos Brugal y Gürtel.

Candel le dice a Ortiz que de todos sus familiares hay dos hombres que pueden optar a una plaza nocturna en la contrata de limpieza, y el director pregunta a su jefe cuál de los dos prefiere contratar. “Se puede meter a uno”, le insiste.

Hablan sobre otra persona: “Que pida la baja en un lado y lo das de alta de oficial de primera, porque, si no, me toca pagar a mi la diferencia”. Todo rápido, urge Ortiz: “Este mes ya cobra allí”.

Etiquetas
stats