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Extremadura, destino de lujo para las aves

Málaga lleva su oferta de turismo ornitológico a la mayor feria especializada del mundo

Pilar Armero

Las grullas son tan elegantes como escandalosas. Más bien chillonas, el gorjeo que emiten en bandada se convierte en toda una sensación para los oídos. No menos sorprendente es su vuelo, en grupos que dibujan una perfecta ‘uve’ que será fácil de adivinar de aquí a las puertas de la primavera en los cielos de Extremadura.

La presencia de miles de grullas por las provincias de Cáceres y Badajoz se ha convertido en el espectáculo ornitológico estrella de la comunidad autónoma. Se trata de un reclamo al que acuden cada vez más amantes de los pájaros y de la naturaleza y por eso se ha empaquetado bajo sellos como los del Festival de las Grullas de Navalvillar de Pela o las Jornadas Moraleja Vuela, con el deseo de convertirlo cada vez más en un aliciente turístico.

Es solo un ejemplo de show de la avifauna que puede contemplarse en la región, uno de los principales paraísos europeos de aves que cuenta con hasta 69 zonas declaradas de especial protección (ZEPA) entre las que se reparten hasta 337 especies distintas a lo largo del año. Un 35% de ellas son especies protegidas, lo que le concede todavía más valor.

Al batir de todas esas alas acuden cada año miles de visitantes. Lo hicieron más de 20.000 en 2011, procedentes principalmente de otros puntos de España, del Reino Unido, Holanda, Alemania, Bélgica y Francia principalmente. Es el último dato numérico que maneja el Gobierno de Extremadura, que está poniendo al día ese registro cuya conclusión seguramente arrojará un aumento en el número de visitas.

Se miran silencio y a distancia

La coexistencia de ecosistemas como el bosque mediterráneo, los cultivos de regadío, pastizales, embalses y charcas, dehesas, zonas de matorral, roquedos, ríos y arroyos hacen que las aves encuentren en Extremadura un escenario de primera categoría para aposentarse. No sólo en el medio rural sino también en pueblos y ciudades con campanarios, castillos y casas palaciegas llenos de huecos y soportes en los que construir nidos. En unos y otros encuentran comida, agua y cobijo, el trío perfecto para fijar su residencia o utilizarla como zona de paso en sus viajes migratorios.

Lo hacen, por ejemplo, las entre 80.000 y 100.000 grullas que volarán hasta aproximadamente el mes de marzo por Extremadura, destino de su migración, desde donde irán tomando de nuevo rumbo al norte de Europa.

“Las grullas que invernan en la región proceden del norte de Europa, de Suecia, Finlandia, Noruega, Alemania, Polonia… Entre febrero y marzo volverán a sus lugares de nidificación”, explica Jesús Valiente, de Adenex.

Su llegada se celebra con eventos como las III Jornadas Ornitológicas de Turismo Moraleja Vuela, organizadas por el Ayuntamiento de la localidad cacereña, que tiene en su entorno el embalse de Borbollón, uno de los miradores más aconsejables para disfrutar de esta visita. Es su manera de dar la bienvenida a las primeras bandadas, con avistamientos guiados, talleres y ponencias sobre ornitología que se desarrollaron la semana pasada.

Le tomará el testigo el fin de semana que viene el Festival de las Grullas organizado por el Gobierno de Extremadura, que tendrá lugar los días 29 y 30 en la Moheda Alta de Navalvillar de Pela, otras de las áreas que acogen un mayor número de estos ejemplares.

Silencio y respeto, guardando una distancia adecuada para disfrutar del espectáculo sin alterar a las grullas son las dos premisas que los expertos piden que se tengan en cuenta si se quiere contemplarlas.

“Durante el día se las puede encontrar en la dehesa, barbechos y campos de cultivo en los que buscan comida y si se prefiere observarlas en la partida y en su vuelta hacia los dormideros que tienen en zonas húmedas el momento perfecto es el amanecer y el ocaso”, indica José Rivero, gerente y guía de naturaleza de Natur Extremadura.

Escucharlas y verlas volar es ya un aliciente de peso, pero quienes quieran descubrirlas más de cerca deben proveerse de prismáticos.Como zonas en las que hacerlo al margen de las elegidas en los eventos ya programados, los embalses de Valdecaballeros, Orellana y Cornalvo, los entornos de Palazuelo, Valdehornillos, Zorita, Azuaga y Navalmoral se consideran especialmente importantes por la cantidad de especies que albergan, según el portal Birding Extremadura de la consejería de Ordenación del Territorio y Turismo.

No son los únicos y en cualquier caso la ubicación perfecta debe estar entre los comederos y los dormideros.

Cuidado con las especies amenazadas

Extremadura es un observatorio espontáneo de aves todo el año y no son solo las grullas las que ofrecen espectáculo. El cortejo nupcial de las avutardas en cultivos y pastizales de La Serena, Llanos de Cáceres y Alcántara, Trujillo, Magasca, Brozas o la Campiña Sur es otra de las puestas en escena que merecen la pena. Lo mismo ocurre con las colonias de reproducción de garzas que eligen los tramos urbanos del Guadiana en Mérida y Badajoz; con los vencejos reales que entran y salen de los grandes puentes de la capital emeritense; con los cernícalos primilla que anidan en la iglesia de la Purificación de Almendralejo o los buitres que sobrevuelan el Salto del Gitano en el Parque Nacional de Monfragüe.

Colonias de cigüeñas blancas, comunidades de golondrinas y vencejos de varias especies que hay en muchos pueblos y ciudades son también referentes para la observación, según se apunta desde Adenex.

Monfragüe es precisamente la sede de la Feria Internacional de Turismo Ornitológico que el próximo mes de febrero celebrará su décimo aniversario. El certamen ha servido para colocar Extremadura en el mapa internacional de la observación de aves y se ha convertido en una de las citas más importantes de su género en Europa.El Festival de las Aves de la Ciudad de Cáceres que se desarrolla en primavera y el Certamen Internacional de Cine de Turismo de Naturaleza, son las otras citas con las que la región rinde tributo a esas miles de alas que la han convertido en un paraíso.

Los planes no cesan y uno de los que se manejan en estos momentos es la reintroducción del quebrantahuesos en la comarca de Villuercas-Ibores, elegida para intentar devolver esta especie amenazada por considerar que reúne el hábitat perfecto para un ave que junto a los buitres leonado y negro y el alimoche es de los más importantes de la avifauna ibérica. En este sentido, el Gobex está manteniendo contactos con la Dirección General del Medio Natural de Aragón, que lidera la conservación del quebrantahuesos, para sacar adelante este proyecto con el que se pretende dinamizar el turismo de naturaleza y ornitológico.

Si sale adelante, el quebrantahuesos se sumaría a algunas de las especies más amenazadas de Europa que ya viven en Extremadura: águila imperial ibérica y la perdicera, cigüeña negra, buitre negro, alimoche, cernícalo primilla, aguilucho cenizo y avutarda, donde encuentran su paraíso.

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